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Solicitar una cita con códigos: Inmunología
Remitir a un paciente with Primary Immunodeficiency Diseases (PIDD)
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Las EIP (enfermedades de inmunodeficiencia primaria) hacen referencia a un grupo de más de 150 trastornos hereditarios poco frecuentes en los que la característica en común es una anomalía en el sistema inmunitario de un paciente. Los niños con EIP son más propensos a contraer infecciones en comparación con otros niños y tienen un riesgo mayor de padecer determinados trastornos autoinmunitarios.
Los niños con EIP suelen ser más propensos a las infecciones, tienen infecciones que no desaparecen o contraen infecciones graves de manera recurrente. En el transcurso del tiempo, un niño que tiene una EIP puede presentar enfermedades o trastornos más perjudiciales. Entre los signos de EIP en los niños, se pueden incluir los siguientes:
Consulte a un médico si su hijo contrae infecciones graves de manera recurrente o no responde al tratamiento.
Las EIP (enfermedades de inmunodeficiencia primaria) hacen referencia a un grupo de trastornos hereditarios que afectan el sistema inmunitario de un niño. A diferencia de la inmunodeficiencia secundaria o adquirida, que se debe a un virus o a medicamentos, las EIP están presentes al nacer. Generalmente, los síntomas aparecen en el primer año de vida y pueden variar de leves a graves.
Los niños con EIP suelen tener infecciones graves y recurrentes, que a veces requieren hospitalización. Entre las infecciones, se pueden incluir sinusitis o bronquitis, infecciones de oído o neumonía. Algunos niños con EIP tienen un trastorno autoinmunitario, como diabetes de tipo 1 o lupus. Consulte a un médico si su hijo contrae infecciones particularmente graves o si tiene antecedentes familiares de EIP.
El médico de su hijo comenzará a determinar un diagnóstico de enfermedad de inmunodeficiencia primaria mediante una serie de preguntas, como las siguientes:
El médico le hará un examen físico a su hijo; y es posible que le realice algunas pruebas. Entre las pruebas para detectar la EIP, se incluyen las siguientes:
Pruebas de sangre. Pueden revelar si el niño tiene niveles normales de inmunoglobulina en la sangre. La inmunoglobulina es una proteína que combate las infecciones. Las pruebas de sangre también pueden medir los niveles de otras células del sistema inmunitario.
Pruebas prenatales. Si usted está embarazada y ya tiene un hijo que tiene una EIP, es posible que el médico quiera hacerle pruebas antes de que nazca el próximo bebé. Las muestras de líquido amniótico, sangre y tejido pueden revelar anomalías para que una EIP pueda tratarse en cuanto nazca su hijo.
El sistema inmunitario está formado por glóbulos blancos que se trasladan a través del torrente circulatorio y los ganglios linfáticos para detener los gérmenes invasores y prevenir enfermedades. En el caso de muchas EIP, hay una carencia de determinados tipos de glóbulos blancos, lo que deja al organismo vulnerable a las infecciones frecuentes. Existen seis categorías de EIP, según la parte del sistema inmunitario afectada:
Las infecciones pueden afectar muchas partes del organismo, incluidos el sistema respiratorio, el cerebro y la médula espinal. Algunas EIP atacan determinados órganos y tejidos, mientras que otras pueden frenar el crecimiento de un niño. Las EIP suelen ser hereditarias.
La mayoría de las EIP (enfermedades de inmunodeficiencia primaria) se diagnostican en el primer año de vida o en la primera infancia. La mayoría de los 150 tipos diferentes de EIP son poco frecuentes, y afectan a alrededor de 200,000 personas en los Estados Unidos. Si bien el riesgo de contraer infecciones graves es alto en los niños con una EIP, la mayoría puede ir a la escuela y llevar una vida relativamente normal.
Entre los tratamientos, se incluyen la prevención y el manejo de las infecciones, la estimulación del sistema inmunitario y el tratamiento de la deficiencia subyacente.
La mayoría de las EIP son extremadamente poco frecuentes. Alrededor de 200,000 personas en los EE. UU. presentan las formas más frecuentes de la enfermedad.
Algunos niños que tienen formas leves de EIP pueden llevar una vida normal. Otros niños pueden tener un riesgo mayor de presentar trastornos autoinmunitarios, como diabetes de tipo 1 y determinados tipos de cáncer.