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Remitir a un paciente with Hereditary Hemorrhagic Telangiectasia (HHT) or Osler-Weber-Rendu Syndrome
La THH (telangiectasia hemorrágica hereditaria), o síndrome de Osler-Weber-Rendu, es una afección circulatoria genética complicada que pueda afectar muchos órganos. Children's Health℠ en asociación con la Universidad Southwestern de Texas, un centro de excelencia de THH, ofrece el único programa de THH pediátrico del norte de Texas y la región.
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Remitir a un paciente with Hereditary Hemorrhagic Telangiectasia (HHT) or Osler-Weber-Rendu Syndrome
La THH (telangiectasia hemorrágica hereditaria) afecta los vasos sanguíneos y puede provocar sangrado cuando se rompen los vasos sanguíneos que tienen una estructura anómala. También se conoce como “síndrome de Osler-Weber-Rendu”.
La THH puede afectar muchos órganos. Sin embargo, el primer signo suelen ser las hemorragias nasales graves e impredecibles.
Normalmente, la sangre circula del corazón a las arterias y luego a vasos más pequeños llamados “arteriolas” y “capilares”. Desde allí, la sangre debe trasladarse a las venas y luego regresar al corazón. En el caso de la THH, parte de la sangre fluye directamente a las venas desde las arterias. En consecuencia, se acumula presión arterial más elevada en las venas, que tienen paredes más delgadas y menos elásticas y pueden estallar. Este sangrado se conoce como “hemorragia”.
Cuando los capilares estallan en vasos más pequeños cerca de la piel o dentro de la nariz, la afección se denomina “telangiectasia”. Tiene el aspecto de pinchazos rojos o morados en la piel.
Las MAV (malformaciones arteriovenosas) son malformaciones vasculares grandes que pueden aparecer en cualquier otra parte del cuerpo, incluidos los pulmones, el hígado, el cerebro y la columna vertebral. Pueden ocurrir problemas graves debido a las MAV en estos órganos. Las MAV en el cerebro pueden causar complicaciones críticas y potencialmente mortales. Las MAV en los pulmones pueden producir niveles bajos de oxígeno en la sangre.
Existen tres tipos de telangiectasia hemorrágica hereditaria. Se diferencian principalmente por la causa genética, los signos y los síntomas.
La THH a veces se conoce como la “gran enmascaradora” porque los niños quizás no presenten síntomas. Si los síntomas aparecen, pueden confundirse con migrañas, anemia, falta de aire, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca congestiva o incluso cirrosis hepática. A veces, la THH no se diagnostica correctamente; y las personas obtienen un diagnóstico certero entre los 40 y los 59 años de edad. Para la mayoría de los pacientes, las hemorragias nasales recurrentes son el primer síntoma.
Children's Health y la Universidad Southwestern de Texas ofrecen el único programa de detección de THH pediátrica del norte de Texas y la región. Este programa de detección puede identificar anomalías vasculares. A menudo, los hijos de personas que reciben tratamiento para la THH se someten a pruebas de detección. Si los niños obtienen un resultado positivo en la prueba de detección de anomalías vasculares, se solicitarán pruebas adicionales. Si el resultado de la prueba es negativo, igualmente se someterán a pruebas de detección cada tres a cinco años. Children's Health puede darle al pediatra de su hijo una lista de control de los síntomas a los que debe estar atento a medida que continúa con los controles normales.
Children's Health ofrece una clínica de THH pediátrica; y es posible reunirse con las familias para analizar las pruebas, los síntomas y los tratamientos.
Deben cumplirse tres de cuatro de los siguientes criterios para que los médicos realicen un diagnóstico clínico de THH:
Entre las demás pruebas, se incluyen las siguientes:
La THH es un trastorno genético autosómico dominante. Si uno de los padres tiene THH, sus hijos presentan un 50 por ciento de probabilidades de obtener el mismo diagnóstico.
En general, el tratamiento para la THH depende de las partes del cuerpo afectadas. No existe una cura, pero el tratamiento puede ayudar al paciente a evitar complicaciones graves.
La anemia, causada por el sangrado nasal o gastrointestinal, se debe principalmente a la carencia de hierro. La anemia puede tratarse con suplementos de hierro y al abordar el sangrado nasal o gastrointestinal. Algunos pacientes pueden recibir hierro por vía intravenosa periódicamente. Algunos requerirán transfusiones de sangre.
Generalmente, las MAV del cerebro se tratan quirúrgicamente mediante la extirpación, a través de la embolización o con radiación en la zona afectada. Con la embolización transcatéter, se introducen medicamentos o materiales sintéticos llamados “agentes embólicos” a través de un catéter en un vaso sanguíneo para bloquear la circulación sanguínea.
Las MAV en el hígado se tratan si el paciente tiene insuficiencia cardíaca. El tratamiento es altamente individualizado en función de los síntomas.
La mayoría de las MAV pulmonares se tratan con terapia de embolización con un catéter que ingresa a través de la pierna. El tratamiento de las MAV pulmonares también depende de los síntomas.
La ablación, la embolización y la terapia hormonal pueden usarse para tratar las hemorragias nasales graves. Con la ablación, se usa luz láser o radiofrecuencia para reducir el tejido de la nariz. Los remedios caseros, como los humidificadores, los aerosoles nasales y evitar sonar la nariz fuertemente, pueden ayudar con las hemorragias nasales menores. También se pueden considerar tratamientos quirúrgicos.
La terapia con láser puede usarse para destruir el tejido decolorado.
El tratamiento de las telangiectasias en el tracto GI es difícil debido a qué tan diseminadas pueden estar. La terapia láser, una sonda térmica o la terapia hormonal son posibles planes de tratamiento.
No existe una cura; pero el tratamiento y una detección apropiada pueden ayudar al paciente a evitar complicaciones graves.
La THH afecta a aproximadamente 1 de cada 6,000 personas en los EE. UU. En comparación, la fibrosis quística se produce en aproximadamente 1 de cada 2,500 personas nacidas vivas. Tanto los hombres como las mujeres pueden verse afectados por la THH; y aproximadamente la mitad de los hijos de un adulto con THH también heredará la afección.
La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, la THH no pone en riesgo la vida, siempre y cuando los síntomas se controlen de manera eficaz.