Quistes aracnoideos en niños

Un quiste aracnoideo es una acumulación de líquido benigno en el tejido entre el cráneo y el cerebro. Muchos niños con esta afección no tienen síntomas y no necesitan tratamiento. Para los niños que necesitan tratamiento, nuestros reconocidos neurocirujanos pediátricos son expertos a nivel nacional en quistes aracnoideos y utilizan los últimos tratamientos quirúrgicos.

¿Qué es un quiste aracnoideo?

Un quiste aracnoideo es un tipo de quiste cerebral (saco lleno de líquido) que se produce en el tejido entre el cráneo y el cerebro. El líquido en el quiste es líquido cerebral normal y no es canceroso. La mayoría de los quistes aracnoideos son congénitos, lo que significa que el bebé ya tiene el quiste aracnoideo cuando nace.

Estos quistes pueden variar en tamaño. La mayoría de los quistes pequeños no causan síntomas ni necesitan tratamiento. Algunos quistes aracnoideos se agrandan poco después del nacimiento, y los quistes grandes pueden ejercer presión sobre el cerebro y requerir tratamiento quirúrgico.

¿Cuáles son los signos y síntomas de un quiste aracnoideo?

Los signos y síntomas de los quistes aracnoideos varían según la edad del niño y el tamaño y la ubicación del quiste. Los signos y síntomas pueden incluir:

  • Retrasos en el desarrollo
  • Golpeteo involuntario (no se puede controlar) de la cabeza
  • Convulsiones
  • Bultos o protuberancias visibles en la cabeza
  • Crecimiento anormal de la cabeza
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos
  • Problemas de visión

En raras ocasiones, los quistes aracnoideos pueden romperse y provocar un traumatismo craneal, lo que causa dolores de cabeza agudos y requiere atención médica de emergencia.

¿Cómo se diagnostica un quiste aracnoideo?

Los médicos diagnostican quistes aracnoideos con exploraciones que les permiten ver imágenes del cerebro y el cráneo, como una tomografía computarizada y una IRM.

¿Qué causa un quiste aracnoideo?

Nadie conoce la causa exacta de los quistes aracnoideos, pero se cree que la mayoría son congénitos, lo que significa que el bebé tiene la afección desde el nacimiento. Algunos quistes aracnoideos son causados por tejido cicatricial de una lesión o infección en la cabeza.

¿Cómo se trata un quiste aracnoideo?

Algunos niños necesitan cirugía para tratar el quiste aracnoideo, mientras que muchos otros no necesitarán ningún tratamiento. En el caso de los niños que necesitan cirugía, hay dos tipos de tratamientos quirúrgicos. Ambos tratamientos drenan líquido, alivian la presión en el cerebro y evitan que los líquidos se vuelvan a acumular.

El neurocirujano puede recomendar un tratamiento llamado fenestración. En este procedimiento, los neurocirujanos hacen aberturas en la pared del quiste para permitir que el líquido drene hacia las vías normales del líquido en el cuerpo. Esto puede hacerse por vía endoscópica (con un tubo largo y delgado) o mediante microcirugía (con un microscopio).

El otro tratamiento quirúrgico se denomina derivación. En un procedimiento de derivación, los neurocirujanos insertan una derivación (tubo delgado) en el quiste. La derivación desvía el líquido hacia el abdomen, donde es absorbido por el cuerpo. La derivación permanece en su lugar después de la cirugía.

Cada niño es único, por lo que las recomendaciones de tratamiento se individualizan según la ubicación y el tamaño del quiste, así como la edad del niño. Nuestros reconocidos neurocirujanos pediátricos son expertos nacionales en quistes aracnoideos y tratamos a la mayoría de los niños con esta afección en nuestra región. Esto significa que nuestro equipo tiene mucha experiencia en elegir el mejor tratamiento para cada niño y mantener el número de cirugías, riesgos y efectos secundarios al mínimo absoluto.

Médicos y proveedores que tratan quistes aracnoideos

Nuestros neurocirujanos pediátricos son expertos nacionales en quistes aracnoideos y tratamos a la mayoría de los niños con esta afección en nuestra región.

Preguntas frecuentes

  • Si mi hijo recibe tratamiento quirúrgico, ¿cómo será la recuperación?

    Pasará un tiempo recuperándose en el hospital después del procedimiento. La mayoría de los niños se recuperan en una habitación normal del hospital en el piso neurológico. A veces, los niños pasan una noche en la UCI después del procedimiento antes de ser trasladados a una habitación normal del hospital.

    Una vez en su casa, seguirán acudiendo al neurocirujano para revisiones periódicas, para asegurarnos de que se esté recuperando bien. La mayoría de los niños pueden retomar sus actividades habituales pocas semanas después del tratamiento.

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