Con su primer hijo, Miloh, Megan tuvo lo que muchos considerarían un embarazo de manual. Si bien después del parto estuvo varias horas en la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) por la presencia de líquido en sus pulmones, rápidamente regresó a la habitación con su madre y se fue a casa unos días después, feliz y sano.
Sin embargo, en su chequeo de las 2 semanas, el recuento de bilirrubina de Miloh era extraordinariamente alto. Inmediatamente fue ingresado en un hospital en su ciudad natal de Austin, Texas, donde los médicos trabajaron para determinar lo que estaba sucediendo. Se fue a casa una semana después, pero regresó al hospital para someterse a una cirugía hepática exploratoria cuando tenía solo 5 semanas.
“Los médicos querían que Miloh pesara al menos 11 libras antes de practicar cualquier tipo de cirugía exploratoria, por lo que solo teníamos que esperar y ver que aumentara de peso”, dice Megan.
Durante la cirugía, los médicos confirmaron que Miloh tenía atresia biliar, una afección grave de los conductos biliares del hígado y que estaba causando cirrosis o lesiones en el hígado. Las lesiones eran tan graves que Miloh necesitaría un trasplante de hígado.
“El médico de Miloh explicó que su hígado no filtraba las cosas que necesitaba y probablemente ya se estaba lesionando mientras estaba en el útero”, dice Megan. “La noticia trajo tantas emociones ambivalentes”.
Miloh y su familia encuentran atención experta en Children's Health
Miloh fue remitido a Children's Health℠, donde él y su familia conocieron al Dr. Dev M. Desai, jefe de trasplantes pediátricos de Children's Health y profesor de cirugía en UT Southwestern. El Dr. Desai evaluó a Miloh, y un equipo de enfermeros, nutricionistas, trabajadores sociales, psicólogos y otras personas explicaron a Megan qué esperar a lo largo del proceso de trasplante.
Durante el siguiente año y medio, Miloh entró y salió del hospital mientras Megan esperaba ansiosamente una llamada de que había un hígado disponible. Comenzó terapia física en casa para fortalecerse.
“Cualquier pequeñez podía llevarlo de vuelta al hospital”, dice Megan. “Tenía sarpullido o fiebre, o incluso tenía hemorragias internas que podían hacer que se quedara durante meses”.
Por último, poco antes del segundo cumpleaños de Miloh, Megan recibió la llamada que estaba esperando: Había un hígado para Miloh y era hora de ir a Dallas.
“Estaba haciendo recados cuando recibí la llamada”, recuerda Megan. “Llamé a mi madre para pedirle que empacara nuestras maletas y que preparara a Miloh para que pudiéramos irnos en cuanto yo llegara a casa. Mi madre llamó a todos los condados entre Austin y Dallas para explicar la situación, e incluso tuvimos una escolta policial en la I-35 en algunos momentos porque estábamos con el tiempo muy justo”.
Cuando Miloh llegó al Centro médico Children’s de Dallas, el equipo comenzó a prepararlo para la cirugía. Megan dice que, cuando se llevaron a Miloh, sentía todo el cuerpo adormecido.
“Nos habíamos esforzado todo el día a toda velocidad para llegar a Dallas y prepararnos para la cirugía y luego, una vez que se lo llevaron para la cirugía, supe que todo lo que podía hacer era simplemente sentarme y esperar las próximas 12 horas”, cuenta.
Sin embargo, la espera valió la pena. El trasplante de Miloh fue un éxito y Megan comenzó a ver mejoras de inmediato.
“Inmediatamente después de abrir los ojos, pudimos ver que ya no estaban amarillos”, dice Megan.
Miloh se recuperó de la cirugía sin complicaciones y abandonó el hospital 11 días después. Él y Megan permanecieron en la Casa de Ronald McDonald de Dallas durante tres semanas para estar cerca del hospital y hacer chequeos regulares con el Dr. Desai antes de regresar a su casa en Austin, solo un mes después del trasplante. Megan y Miloh siguieron visitando Dallas para chequeos periódicos con el Dr. Desai mientras Miloh se seguía fortaleciendo cada día.
Miloh prospera después del trasplante de hígado
Ahora, casi cinco años después, el progreso de Miloh sigue siendo supervisado de cerca por el Dr. Desai, y seguirá tomando medicamentos durante toda la vida para evitar que su cuerpo rechace el hígado del donante.
“A Miloh le fue muy bien después del trasplante y sigue prosperando”, dice el Dr. Desai. “Continuamos supervisándolo para asegurarnos de que su hígado permanezca sano, y ahora podemos verlo en Austin, cerca de su casa, para que no tenga que faltar a la escuela y su familia no tenga que dejar de trabajar para viajar a Dallas. Nos esforzamos por proporcionar no solo la mejor atención, sino también una atención centrada en el paciente”.
En la actualidad, Miloh es un niño activo de 5 años al que le encanta todo lo relacionado con los vehículos, los deportes, y la caza y la pesca con su abuelo. Quiere ser operador de servicios públicos cuando sea grande para poder ayudar a la gente y disfrutar visitando a sus amigos en el restaurante mexicano de su vecindario.
Aparte de una cicatriz en el abdomen, nunca se adivinarían los desafíos a los que se enfrentó a una edad tan temprana, un hecho por el que Megan está inmensamente agradecida.
“Somos muy afortunados y nos sentimos bendecidos”, dice.
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Children's Health ofrece uno de los programas de trasplantes pediátricos de varios órganos con más trayectoria y experiencia del país. El programa de trasplantes pediátricos es uno de los dos únicos programas de trasplante de hígado del país con una tasa de supervivencia del 100 % a los 30 días, al año y a los 3 años. Obtenga más información sobre nuestro programa de trasplantes.
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