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IBD (enfermedad inflamatoria intestinal) y salud mental: siete formas de ayudar

Cuando a un niño se le diagnostica enfermedad inflamatoria intestinal, cuidar de su bienestar emocional es tan importante como tratar sus síntomas físicos

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Madre hablando con su hija Madre hablando con su hija

La IBD (enfermedad inflamatoria intestinal) puede afectar muchas partes de la vida del niño, como la escuela, las amistades y las actividades. Los síntomas físicos asociados con la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son solo un aspecto. El niño también puede sufrir efectos en su salud mental, como estrés, depresión y ansiedad.

Existe un vínculo bien establecido entre las enfermedades crónicas y las tasas más altas de enfermedades psiquiátricas. De hecho, las investigaciones muestran que los pacientes con diagnóstico de IBD de inicio en la infancia tienen aproximadamente el doble de probabilidades de presentar una enfermedad psiquiátrica que sus pares sanos. Es por eso que es fundamental enseñar a los niños formas positivas de sobrellevar y detectar problemas de salud mental a largo plazo.

¿Cómo puede afectar la IBD a la salud mental?

Aunque el diagnóstico de cualquier enfermedad crónica puede ser emocionalmente difícil de aceptar, los niños con IBD pueden experimentar desafíos únicos relacionados con su enfermedad, por ejemplo:

  • Funcionamiento físico y calidad de vida: los niños con IBD pueden tener que ir al baño con frecuencia, tener sangre en las heces o sufrir dolor abdominal o articular crónico. Estos pueden afectar a su funcionamiento físico y calidad de vida, especialmente durante las exacerbaciones.
  • Desafíos emocionales: los niños pueden sentir que hay algo malo en ellos o tener sentimientos de tristeza por la pérdida de normalidad. Pueden creer que se les considera niños enfermos en la escuela o que no se sienten abiertos a hablar sobre la IBD debido a las características de la enfermedad.
  • Cambios conductuales: los trastornos del sueño son frecuentes en niños con IBD. Esto, junto con los cambios en el apetito y la disminución de los niveles de actividad, afecta a la calidad de vida.

También existe una conexión entre el cerebro y el intestino, lo que significa que la salud gastrointestinal puede estar ligada de forma particular a la salud mental. El “cerebro del intestino”, que los científicos llaman sistema nervioso entérico, se comunica entre el intestino y el cerebro, y envía señales que pueden influir en el estado de ánimo.

Por último, es importante reconocer los factores familiares al cuidar a un niño con una enfermedad crónica. El apoyo familiar es fundamental para la atención de la IBD (enfermedad inflamatoria intestinal).

Cómo ayudar al niño a sobrellevar la IBD de forma positiva

Los niños con un diagnóstico de IBD pueden lidiar con los síntomas físicos todos los días, pero su bienestar mental y emocional es igualmente importante. Así como hay tratamientos físicos eficaces disponibles, hay formas de abordar los efectos de la IBD en la salud mental.

Los padres pueden ayudar a su hijo a encontrar formas positivas de sobrellevar y establecer objetivos para hábitos saludables.

Los objetivos saludables para los niños con IBD incluyen:

  • Tener una participación positiva en las actividades
  • Participar en grupos sociales
  • Mantener una asistencia escolar constante en la medida de lo posible
  • Tener hábitos alimentarios normales
  • Garantizar una buena higiene del sueño
  • Tener un horario diario predecible

Los padres deben hablar con el médico de su hijo si surgen inquietudes emocionales o conductuales. Puede remitir al niño a un proveedor de salud mental para ayudar a controlar la ansiedad y el estrés, aumentar los niveles de energía y mejorar la confianza en sí mismo. Puede analizar algunas de las siguientes opciones:

  1. Técnicas de relajación: lo ideal es que los niños dediquen entre 10 y 20 minutos al día a la respiración abdominal, también llamada respiración diafragmática. Las aplicaciones móviles pueden ayudar a guiar la práctica visual de la respiración profunda. La atención plena y la meditación también pueden mejorar las habilidades de afrontamiento, la calidad de vida y ayudar a aliviar los síntomas.
  2. Visualización e imágenes guiadas: los niños pueden usar su mente para centrar su atención para evitar los pensamientos preocupantes al imaginar un lugar tranquilo y pacífico.
  3. Hipnoterapia dirigida al intestino: con la ayuda de un proveedor, los pacientes pueden entrar en un estado en el que pueden centrarse más fácilmente en sugerencias verbales para ayudar a reducir el dolor y el estrés.
  4. Biorretroalimentación: se puede utilizar para enseñar a los niños a identificar y regular sus respuestas fisiológicas, como la respiración, la frecuencia cardíaca, la temperatura y la tensión muscular. Esto puede ayudarles a controlar mejor el estrés.
  5. TCC (terapia cognitivo-conductual): tratamiento estándar para la depresión y la ansiedad que utiliza técnicas específicas como diálogo interno para calmarse y la reflexión para ayudar a controlar los síntomas y cambiar los patrones de pensamiento. Puede ayudar con su percepción, reducir el dolor, mejorar el funcionamiento y ayudar a aumentar su resiliencia.
  6. Comunicación familiar positiva: para los padres, es importante buscar apoyo social y conectarse con otros padres en situaciones similares. Los padres también pueden reconocer y validar continuamente los sentimientos de un niño, sin importar en qué punto del proceso de la enfermedad se encuentren.
  7. Buscar un grupo de apoyo entre pares para su hijo: los grupos de apoyo y los campamentos específicos de la afección pueden ayudar a su hijo a sentirse menos aislado y darle la oportunidad de conectarse con otros niños que tienen sentimientos similares. Buscar un grupo de apoyo cerca de usted.

Si el niño tiene dificultades para sobrellevar los síntomas asociados con la IBD, hable con el médico del niño sobre las maneras de intervenir. Cuando se les dan las herramientas que necesitan para ayudar a hacer frente a un diagnóstico crónico, los niños pueden sentir que tienen más control para manejar sus síntomas físicos y emocionales.

Los niños son increíblemente resilientes y hay excelentes opciones de tratamiento disponibles que les dan esperanza tanto a ellos como a los padres.

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Clasificado entre los 10 mejores del país por U.S. News & World Report, la división de Gastroenterología de Children's Health es sede del Programa de Enfermedad Inflamatoria Intestinal Pediátrica (IBD) Southwestern, un programa multidisciplinar líder de excelencia en el cuidado de niños con IBD (enfermedad inflamatoria intestinal). Obtenga más información sobre nuestro programa de IBD y servicios.

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