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Nutrición para bebés y niños pequeños
La leche materna proporciona vitaminas, nutrientes e inmunidad para su pequeño: cada gota cuenta. Saber cómo almacenar la leche materna de forma segura puede evitar que la leche se estropee o se desperdicie.
Dawn Schindler, RN, BSN, IBCLC, asesora de lactancia de la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal Nivel IV (NICU) de Children's Health℠, responde las preguntas más frecuentes sobre cómo almacenar la leche materna extraída (bombeada).
La leche materna puede almacenarse en cualquier recipiente limpio con tapa como:
Bolsas de almacenamiento de leche materna (preferible a las bolsas de bocadillos o sándwiches normales).
Botellas de vidrio o plástico con tapones.
Schindler recomienda etiquetar todos los recipientes que contengan leche materna con:
La fecha y la hora
La cantidad
“Las bolsas para almacenar la leche no miden con precisión la cantidad de leche que tiene. Es más preciso utilizar el medidor de la botella en la que extrajo la leche y escribir esa cantidad en la bolsa o el recipiente”, dice Schindler.
Si el bebé va a la guardería o recibe atención en un hospital, es posible que deba agregarle más información a cada recipiente, como:
El nombre y la fecha de nacimiento del bebé
El nombre y la fecha de nacimiento de la madre
Hora y fecha en que se extrajo la leche
Cualquier medicamento recetado o de venta libre que tomó la madre.
Los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) recomiendan almacenar la leche materna en el refrigerador durante un máximo de cuatro días y en un congelador profundo durante 6 a 12 meses.
Busque un lugar en la parte posterior del refrigerador donde esté más frío y tenga menos probabilidades de golpearse. En el congelador profundo, es útil mantener la leche materna junta para que sea fácil de encontrar. Dondequiera que la guarde, organice la leche con la más antigua delante para asegurarse de usarla antes de que caduque.
Un consejo que Schindler recomienda a todas las madres que deseen congelar su leche materna es congelar la leche en el volumen que su bebé esté tomando. “No ponga 8 onzas en una bolsa si su bebé solo toma 4 onzas por vez”, explica. “Esto ayuda a asegurarse de descongelar la cantidad correcta y evitar desperdiciar leche”.
La leche materna recién extraída puede estar a temperatura ambiente durante unas cuatro horas antes de dársela al bebé o puede guardarse en el refrigerador. Schindler les aconseja a las madres que anoten la hora en la que se extrajo la leche para no olvidar cuánto tiempo ha pasado.
Sí, las madres pueden mezclar y guardar la leche materna que extrajeron en diferentes momentos.
Schindler recomienda mezclar la leche materna fría que ha estado en el refrigerador. “Puede guardarla en varias botellas en el refrigerador y una vez que esté toda a la misma temperatura, puede ponerla en una botella o en una bolsa. Luego etiquétela con la hora y la fecha de la primera (más antigua) sesión de extracción”, dijo.
Según los CDC, después de alimentar al bebé, se puede almacenar la leche que haya sobrado en el mismo biberón que usó para alimentarlo en el refrigerador durante dos horas más. Después de eso, se debe tirar la leche que sobró para evitar el riesgo de que se multipliquen las bacterias en la tetina del biberón.
Comience a descongelar la leche colocándola en el refrigerador. Cuando no haya más pedazos o cristales de hielo en la leche, quiere decir que está descongelada. Descongelar la leche en el refrigerador puede tardar varias horas o incluso hasta un día.
Cuando la leche se haya descongelado, puede conservarla dentro del refrigerador por 24 horas.
Si necesita descongelar la leche más rápidamente, puede hacerlo en un recipiente con agua tibia. Una vez que la leche se haya descongelado, puede calentar la cantidad que necesita para alimentar al bebé y refrigerar lo que no vaya a usar por un máximo de 24 horas.
Después de descongelarla, es posible que note que la parte grasa de la leche materna está separada de la parte líquida y tiene el aspecto de pequeños trozos blancos. También puede notar que la parte líquida es más amarilla que blanca.
Para unir ambas partes, simplemente mezcle la leche.
Los alimentos que comemos y las enzimas de nuestro cuerpo pueden modificar el olor de la leche materna.
“La mayoría de las veces, los bebés no notan un pequeño cambio en el gusto o el olfato”, dice Schindler. “Si su bebé rechaza la leche descongelada, intente mezclarla con leche recién extraída”.
Si sigue notando un olor diferente, hable con el pediatra o con un asesor de lactancia.
La leche materna que se echa a perder tiene un olor a agrio o a pescado, similar a la leche de vaca vencida. Si tiene olor feo, es probable que haya echado a perder.
Si el bebé toma leche materna que se echó a perder, probablemente se lo haga saber. Pueden vomitar o tener malestar estomacal, diarrea o fiebre. Es importante que llame a su pediatra si cree que el bebé puede estar enfermo por haber tomado leche materna vencida.
Los recién nacidos suelen preferir la leche templada. Pero a medida que los bebés crecen, aceptan tomar la leche más fría o a temperatura ambiente.
Si el niño prefiere la leche materna caliente, puede calentarla en una taza o en un recipiente con agua tibia.
Cuando deba viajar y lleve la leche materna, siga estas pautas:
Coloque la leche que vaya a necesitar en una nevera con hielo o compresas frías.
No abra la nevera a menos que necesite usar la leche.
Consérvela en una nevera, con hielo, durante un máximo de 24 horas.
A través de nuestros asesores de lactancia altamente capacitados y del laboratorio de lactancia pediátrica, Children's Health se dedica a dar apoyo a mamás que amamantan de todas las maneras posibles.
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