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Autoimmune encephalitis (au·to·im·mune - en·ceph·a·li·tis) or AE refers to a group of disorders in which the body's immune system makes antibodies that target brain cells called neurons. En particular, los componentes de la superficie externa de las neuronas pueden verse afectados, lo que altera el funcionamiento normal de las neuronas y provoca síntomas neurológicos y psiquiátricos.
Los tipos de EA tienen distintos nombres y clasificaciones. Algunas de las primeras formas de EA identificadas involucran el sistema inmunitario en la lucha contra un tumor o cáncer que provoca la producción de anticuerpos que reaccionan de forma cruzada a partes del sistema nervioso (encefalitis autoinmunitaria paraneoplásica). Estos anticuerpos a menudo atacan las proteínas dentro de las células y no responden favorablemente a las inmunoterapias, por lo que se requiere el tratamiento del tumor subyacente o del propio cáncer. Cuando el objetivo de los anticuerpos era una parte del cerebro importante para la memoria y las emociones, llamada sistema límbico, también se utilizaba el término encefalitis límbica.
More recently, forms of AE in which the immune system makes antibodies targeting the outer surface of neurons have been discovered, including anti-NMDA receptor encephalitis, LGI1 encephalitis, and Caspr2 encephalitis, among others.
Estas formas de EA se han nombrado en función del objetivo de los anticuerpos y suelen responder mejor a las inmunoterapias, ya que los anticuerpos pueden provocar cambios reversibles en la función neuronal. En algunos casos, estos también son desencadenados por tumores, pero la mayoría de las veces, no se encuentra ninguna causa conocida y se cree que una infección puede haber desencadenado esta respuesta inmunitaria anómala.
Dependiendo de la parte del sistema nervioso afectada, los signos y síntomas de la EA pueden variar.
Cuando el objetivo de la inflamación son partes del cerebro implicadas en la formación de memoria y el procesamiento emocional (el sistema límbico), los síntomas frecuentes incluyen cambios en el pensamiento, el estado de ánimo y el comportamiento. Esto puede aparecer externamente como confusión, agitación, ver u oír cosas que no existen (alucinaciones visuales o auditivas) o pensamientos inusuales o irracionales (delirios).
Cuando las partes del cerebro involucradas en el movimiento se ven afectadas, los síntomas pueden ser movimientos involuntarios de torsión o sacudidas, rigidez muscular o pérdida de movimiento voluntario. Las convulsiones suelen aparecer debido a la disfunción de las neuronas, lo que provoca patrones anómalos de actividad eléctrica. Es posible que las convulsiones relacionadas con la EA no respondan como se espera a los medicamentos anticonvulsivos, sino que requieran el tratamiento del proceso autoinmunitario subyacente.
La EA se diagnostica en función de la identificación de anticuerpos específicos que atacan a las neuronas como anticuerpos contra receptores NMDA, anti-LGI1 o Caspr2 en la sangre o el líquido cefalorraquídeo.
A veces, no se identifica un anticuerpo específico, pero los estudios de neuroimagen o de líquido cefalorraquídeo identifican signos de inflamación (como el escape de contraste intravenoso a partes del cerebro donde la barrera hematoencefálica está alterada o la presencia de demasiadas células inmunitarias en el líquido cefalorraquídeo). Es importante descartar la infección, ya que esto puede dar lugar a hallazgos similares, pero requiere tratamiento con antibióticos y medicamentos antivirales.
Un EEG (electroencefalograma) es un estudio para observar la actividad eléctrica del cerebro; y se usa para buscar patrones eléctricos anómalos relacionados con convulsiones o trastornos del pensamiento. En casos poco frecuentes en los que el diagnóstico es incierto, puede ser necesaria una biopsia cerebral para buscar indicios de inflamación.
Al igual que otros trastornos autoinmunitarios e inflamatorios del sistema nervioso central, la EA se trata tanto durante el período de tiempo agudo y con tratamientos a largo plazo si es necesario suprimir la inflamación en curso o prevenir la inflamación futura.