Hacer que los hijos duerman en la cama de los padres es una situación bastante común en la que muchas familias se encuentran, ya sea por elección o por accidente. La Dra. Elisa Basora-Rovira, pediatra especializada en medicina del sueño en Children's Health℠ y profesora adjunta en UT Southwestern, recibe numerosas consultas sobre el colecho por parte de padres que desean que su familia duerma lo mejor posible.
Comprenda los términos comunes
Hay algunos términos relacionados con lo que las personas generalmente denominan “colecho”, por lo que primero es importante comprender las sutiles diferencias entre los términos. La Dra. Basora-Rovira explica:
- Colecho: Esta es la práctica de dormir en la misma cama con su hijo o muy cerca.
- Uso compartido de la cama: Un subtipo del colecho, cuando el niño comparte la cama con uno o ambos padres.
- Dormir solo: Este es el niño que duerme en su propia habitación, sobre su propia superficie de descanso.
- Colecho reactivo: Esto ocurre cuando el niño se queda dormido en su propia habitación, pero luego se despierta por la noche y termina en la cama de los padres en algún momento durante la noche.
Ventajas y desventajas del colecho
La Dra. Basora-Rovira señala que el colecho es una práctica normal en muchas partes del mundo y que tiene lugar en muchas culturas diferentes. Sin embargo, hay mucha controversia con respecto a los efectos físicos y psicológicos de que su hijo comparta su cama. Algunos estudios indican que el colecho puede disminuir la calidad del sueño, lo que hace que tanto los niños como los padres se despierten más por la noche y tengan sueño durante el día.
La investigación indica los siguientes beneficios para los niños que duermen solos:
- menos dificultad para conciliar el sueño
- dormir más tiempo y despertarse menos
- menos problemas para despertarse por la mañana
- menos problemas de sueño en el futuro
La Dra. Basora-Rovira señala: “La recomendación general es que los niños duerman solos, sobre su propia superficie, en su propia habitación”. Si la familia elige el colecho, debe implementar medidas de sueño seguro y practicar el colecho de manera coherente.
Establecer hábitos de sueño saludables
“Uno de los principales inconvenientes del colecho”, dice la Dra. Basora-Rovira, “es que los niños pequeños no establecen hábitos de sueño saludables desde un principio”. Los hábitos de sueño saludables promueven el bienestar físico y mental para las personas de todas las edades. “Si establecemos buenos hábitos de sueño a una edad más temprana”, explica la Dra. Basora-Rovira, “los niños tendrán menos problemas conductuales de sueño en el futuro”. Uno de los pasos principales para establecer hábitos de sueño saludables es implementar una rutina constante de sueño, que incluya un horario regular para acostarse y despertarse, los siete días de la semana.
Los padres también deben asegurarse de que el niño duerma lo suficiente para su edad y desarrollo. La Dra. Basora-Rovira recomienda consultar las pautas de sueño infantil de la AAP (Academia Estadounidense de Pediatría) para asegurarse de que su hijo duerma lo suficiente cada día.
Seguir las pautas de la AAP para reducir el riesgo de SMSL
La Dra. Basora-Rovira recuerda a los padres que antes de los 12 meses de edad no debe compartirse la cama con el niño en absoluto. La AAP actualizó sus pautas sobre el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) en 2016 para recomendar compartir la habitación durante el primer año del bebé, pero evitar compartir la cama debido a los riesgos de asfixia accidental. Obtenga más información sobre estas pautas y cómo reducir el riesgo de SMSL de su bebé.
¿Mi hijo tiene demasiada edad para el colecho?
La Dra. Basora-Rovira dice que no hay una edad específica para dejar de practicar el colecho. Recomienda a los padres no empezar a practicar el colecho en primera instancia. Y, si ya está practicando el colecho con su hijo, páselo de su cama a su propia habitación lo antes posible. “Hacerlo será beneficioso tanto para el niño como para los padres”, asegura la Dra. Basora-Rovira.
Cómo hacer la transición de su hijo a su propia habitación
Si su familia decidió que llegó el momento de que su hijo comience a dormir en su propia habitación, hay algunas maneras de hacer que este proceso sea lo menos problemático posible para toda la familia.
- Hágalo gradualmente: La mayoría de los niños (y padres) responden mejor a una transición más gradual, a lo largo de varios días o semanas. Con este método, su hijo aprende progresivamente que puede quedarse dormido sin usted en la habitación. Ponga al niño en su cama cuando tenga sueño (no cuando esté dormido) y luego aumente gradualmente el tiempo fuera de la habitación del niño a la hora de acostarse para que se acostumbre a dormir y se quede dormido solo. Eventualmente, el niño podrá quedarse dormido y permanecer dormido solo, habrá aprendido a dormirse sin usted y sabrá que estará cerca para controlarlo, si es necesario.
- No se rinda: La transición de su hijo a su propia habitación no es un proceso de una noche. Algunos niños pueden hacer la transición en solo tres o cuatro noches, mientras que otros pueden tardar semanas o incluso hasta meses.
- Sea coherente: Establezca la rutina para la hora de acostarse y sea constante en cuanto a dónde duerme su hijo, la cama en la que se acuesta y se despierta, y a que debe permanecer en su habitación al despertarse en mitad de la noche. Mantener a su hijo en su propia habitación durante cinco noches seguidas y luego dejar que el niño se pase a la cama de los padres en mitad de la sexta noche le demuestra que usted se va a rendir y que volver a su cama es una opción.
- Use un sistema de recompensas: Según la edad de su hijo, puede considerar el uso de un gráfico de sueño o un sistema de recompensas para ayudarlo a pasar a su habitación. Este sistema es más adecuado para niños mayores de 3 años, que pueden comprender el concepto y la asociación del sistema de recompensas. La Dra. Basora-Rovira explica que un sistema de recompensas puede implicar darle al niño una ficha o adhesivo si permanece en su cama toda la noche. A continuación, el niño puede “canjear” un cierto número de fichas, como 3 o 5, para obtener una recompensa mayor. Las recompensas pueden incluir un paseo al parque, un poco más de tiempo de televisión o una salida para tomar helado.
Consejos para desarrollar una buena rutina de sueño
La Dra. Basora-Rovira comparte los siguientes consejos para ayudar a los padres a establecer una buena rutina de sueño, que puede durar entre 30 y 60 minutos:
- Asegúrese de que la rutina termine en la habitación del niño.
- Comience la rutina con un baño caliente.
- Cepille los dientes de su hijo y use hilo dental.
- Lean juntos su cuento favorito.
- Cante una canción relajante con su hijo.
- Hable con su hijo sobre un evento favorito y positivo del día o rece con él, si lo desea.
- Nada de dispositivos electrónicos 1 o 2 horas antes de acostarse, incluidos televisión, teléfonos móviles y computadoras.
- Dele el biberón a su hijo antes de cepillarle los dientes y bañarlo, en lugar de enviar al niño a la cama con un biberón, ya que esto genera una asociación con el sueño y contribuye a problemas de salud dental.
- Coloque al niño en su propia cama cuando esté somnoliento, pero no dormido.
- No mezca al niño para dormir (genera una asociación con el sueño).
Cómo romper las asociaciones con el sueño
Un aspecto importante de implementar una buena rutina de sueño es ayudar a su hijo a romper cualquier asociación con el sueño que pueda tener, como quedarse dormido con un biberón o mientras lo amamanta, tener al padre o madre en la habitación para dormir o que lo mezcan para dormir.
La Dra. Basora-Rovira explica: “Todos nos despertamos entre 5 y 9 veces durante la noche. Si lo último que el niño recuerda es amamantarse, tomar un biberón o ser mecido por uno de los padres, eso es lo que pensará cuando se despierte por la noche. A continuación, llorará porque está confundido, porque ese objeto o actividad ha desaparecido”. Por lo tanto, un elemento clave de la transición de su hijo a dormir solo es hacer que entienda que puede quedarse dormido y permanecer dormido por sí solo sin estas asociaciones con el sueño.
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