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La angustia, los sentimientos incómodos y otros factores estresantes pueden llevar a algunos niños y adolescentes a realizarse autolesiones no suicidas, como cortarse o arañarse. Si este es el caso de su hijo, estamos aquí para ayudarlo. El equipo de expertos de Children's Health℠ tiene como objetivo llegar a la raíz de por qué los niños y adolescentes presentan estos comportamientos y ayudarlos a sobrellevarlos de maneras más saludables. También realizamos investigaciones para encontrar nuevas maneras de ayudar a estos niños.
La autolesión no suicida, también conocida como autolesión, es el daño intencional al propio tejido corporal (p. ej., la piel) que con frecuencia se realiza para lidiar con emociones incómodas y siempre se hace sin tener intención de suicidarse.
La mayoría de los niños se autolesionan como una forma de sobrellevar y regular sus emociones. Algunos lo ven como una forma de disminuir el dolor emocional y la tensión porque el dolor físico puede parecer más tolerable.
Los niños y adolescentes que se lesionan pueden:
Los signos y síntomas comunes de autolesión en niños y adolescentes incluyen:
Los científicos no saben exactamente qué causa las autolesiones no suicidas en niños. La mayoría de los niños se lesionan para sobrellevar la angustia. Algunos, al principio, pueden lastimarse a sí mismos por accidente y descubrir que disminuye la intensidad de sus emociones en ese momento, y luego, autolesionarse a propósito cuando se sienten emocionalmente abrumados nuevamente.
Otras personas pueden haber aprendido el comportamiento por medio de otros, por ejemplo, a través de los medios de comunicación o amigos, como una forma de afrontamiento y para probarlo por sí mismas. La afección suele aparecer con depresión, ansiedad o trastornos alimentarios, pero incluso los niños y los adolescentes que no tienen un trastorno de salud mental pueden autolesionarse.
Es probable que su hijo comprenda que usted no quiere que se lesione; pero decirle que simplemente deje de hacerlo no funcionará. En cambio, hablaremos con él sobre las razones por las que tiene este comportamiento. Luego, crearemos un plan de tratamiento, adaptado a su respuesta.
La mejor manera de tratar la autolesión es ayudar a los niños a regular sus emociones y agregar estrategias saludables de afrontamiento que tengan la misma función o una similar para reemplazar la autolesión. El foco en este tipo de tratamiento no es cambiar las emociones en sí, sino cambiar la forma en que los niños y adolescentes responden a sus emociones.
Uno de los principios rectores de esta terapia es aprender a experimentar voluntariamente emociones incómodas para poder realizar actividades significativas en la vida.
Contamos con una variedad de psicólogos y psiquiatras que pueden ayudar a tratar a su hijo.
En lugar de preguntar por qué lo hace, intente preguntar en qué lo ayuda.
Si demuestra compasión, le hará saber a su hijo que siempre estará allí para él, sin importar lo que esté pasando. Es aceptable expresar amablemente su inquietud sobre el comportamiento y, al mismo tiempo, ofrecer apoyo. Iniciar una conversación honesta ayuda a inducir la idea de visitar a un profesional.
Según la Sociedad Internacional para el Estudio de las Autolesiones, el 18 % de los adolescentes tuvo algún tipo de autolesión no suicida.
Los desencadenantes principales incluyen aquellos que implican angustia, como el rechazo, molestar a un amigo o un ser querido y sentir culpa, una ruptura o pérdida de una amistad, o acoso escolar. Estos sucesos pueden hacer que los niños sientan que merecen ser castigados.
Entre los demás motivos, se incluyen inestabilidad en el hogar; tener amigos que se autolesionan; consumo de alcohol o drogas; confusión sobre la identidad personal o sexual; sufrir maltrato debido a la identidad sexual o de género; o afecciones de salud mental subyacentes.