Un norovirus causa inflamación del estómago y los intestinos, también se conoce como gastroenteritis. Esta infección a menudo se denomina “gripe estomacal” y es la causa más frecuente de gastroenteritis en los Estados Unidos, y provoca diarrea, náuseas, vómitos, calambres abdominales, fatiga y fiebre leve en más de 20 millones de personas cada año.
Los norovirus son muy contagiosos y pueden propagarse rápidamente en lugares donde las personas están en contacto cercano, como escuelas, guarderías y cruceros. Las personas pueden contraer un norovirus tocando una superficie u objeto contaminado y llevándose la mano a la boca. O pueden comer o beber una bebida contaminada por norovirus, ya sea que se transfiera durante la preparación o a través de un vaso o utensilio compartido.
El norovirus en los niños es extremadamente común porque los niños pasan mucho tiempo en espacios cerrados en la escuela. Los niños pequeños y los bebés son especialmente susceptibles, ya que tienden a poner sus manos, juguetes y otros objetos en la boca.
¿Puedo evitar que mi hijo contraiga un norovirus o que se lo contagie a otros?
Si hay un brote de norovirus, es imposible evitar por completo que el niño contraiga el brote. Sin embargo, puede tomar medidas sencillas para reducir el riesgo de infección.
- Mantenga la higiene de las manos. Aliente al niño a lavarse o desinfectarse las manos con frecuencia, especialmente después de ir al baño y antes de comer. Guarde una botella de desinfectante de manos en las mochilas, bolsas o bolsos para acceder rápidamente cuando no haya agua y jabón disponibles.
- Mantenga las manos fuera de la boca. Disuada al niño de morderse las uñas, masticar un bolígrafo o cualquier otra cosa que implique ponerse las manos u objetos en la boca.
- Desinfecte. Limpie los pomos de las puertas, los inodoros, los lavabos y otras superficies de su hogar que se toquen con frecuencia. Las soluciones de lejía con cloro y las toallitas son eficaces para matar norovirus. Lave la ropa contaminada, la ropa de cama y los juguetes de peluche. Esto puede ayudar a reducir la probabilidad de que un virus se propague entre hermanos.
- Tenga cuidado al preparar alimentos. Lave y cocine bien los alimentos y no los prepare si está enfermo.
- Cambie los pañales con cuidado. Si el bebé tiene norovirus, considere usar guantes durante los cambios de pañal, sellar los pañales sucios en bolsas y limpiar o lavar las superficies donde se cambian con frecuencia para evitar la propagación del virus en su familia.
- Mantenga al niño enfermo en su casa. Si su hogar ha sido afectado por norovirus, no ponga en riesgo a los compañeros de clase de su hijo enviándolos a la escuela mientras contagia. Mantenga al niño enfermo en casa hasta que coma y beba normalmente, no haya tenido fiebre durante 24 horas y no haya tenido un episodio de vómitos o diarrea durante al menos 48 horas.
Síntomas del norovirus en niños
Los síntomas del norovirus son muy similares en todos los grupos de edad, aunque los niños tienen un poco más de probabilidades de tener vómitos como síntoma predominante, mientras que los adultos pueden tener más diarrea. Estos son los síntomas de norovirus más frecuentes:
- Náuseas o vómitos
- Diarrea acuosa
- Aparición repentina de la enfermedad.
- Cólicos
- Fiebre leve
- Dolores corporales.
Los síntomas suelen aparecer entre 24 y 48 horas después de la exposición al virus y duran entre uno y tres días. El norovirus puede contagiar hasta tres días después de que los síntomas desaparezcan.
¿Cuál es el mayor riesgo para mi hijo?
Cuando un bebé o niño pequeño tiene norovirus, es más probable que se deshidrate que un adulto o un niño mayor. Es importante tomar pequeños sorbos frecuentes de agua o bebidas que repongan electrolitos, incluso si el niño aún vomita.
En el caso de los bebés, aliméntelos con leche materna o fórmula y una solución de rehidratación para bebés o niños pequeños como Pedialyte®, si así lo recomienda su pediatra. Los niños pequeños deben beber Pedialyte o agua. Los niños mayores pueden beber agua, agua de coco, bebidas deportivas y chupar una paleta de agua.
Si el bebé o el niño tiene fiebre alta o muestra signos de deshidratación grave, como micción poco frecuente, llanto sin lágrimas, una mancha blanda hundida (en bebés), inquietud excesiva, falta total de energía o incapacidad para retener líquidos, llame a su médico de inmediato.
¿Cómo puedo ayudar al niño a sentirse mejor?
Mantenga al niño enfermo en su casa lejos de la escuela y de las actividades hasta que coma y beba normalmente, no haya tenido fiebre durante 24 horas y no haya tenido un episodio de vómitos o diarrea durante al menos 48 horas. Mientras tanto, puede aliviar los síntomas de esta manera:
- Mantenga al niño hidratado.
- Vuelva a introducir los alimentos con cuidado. Coma solo alimentos neutros como helados de agua y Jell-O®; refrigerios suaves y de fácil digestión como cereales secos, galletas saladas, pan, pasta y pretzels; o la dieta tradicional BRAT de banana, arroz, compota de manzana y tostadas.
- Favorezca el descanso. Mantenga al niño cómodo con mantas acogedoras (no para bebés), con juguetes favoritos (que se pueden desinfectar) y distracciones como libros, películas o dibujos animados.
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