Las vacunas protegen a los niños de muchas enfermedades incapacitantes o mortales. Gracias a décadas de vacunas, enfermedades como el sarampión y la poliomielitis son en su mayoría cosa del pasado en los EE. UU.
“A pesar de lo que puede haber oído, las vacunas son muy seguras para los niños”, dice el Dr. Jeffrey Kahn, director de Enfermedades infecciosas en Children's Health℠. “De hecho, los riesgos para su hijo de contraer las enfermedades que previenen las vacunas superan con creces cualquier amenaza planteada por las propias vacunas”.
Por qué los niños necesitan vacunas
Durante las primeras semanas de vida, los bebés tienen cierta protección contra los gérmenes que causan enfermedades. La madre transmite esta inmunidad natural a su hijo a través de la placenta justo antes del nacimiento. Lamentablemente, esta protección desaparece rápidamente y pone al bebé en riesgo de sufrir decenas de enfermedades potencialmente peligrosas. Ahí es donde entran en juego las vacunas. Las vacunas “entrenan” el sistema inmunitario de su hijo para combatir los virus y bacterias.
Cómo funcionan las vacunas
Las vacunas funcionan exponiendo a su hijo a una pequeña cantidad segura de virus o bacterias debilitadas o muertas. Si su hijo entra en contacto con ese germen en particular en el futuro, su sistema inmunitario lo reconocerá y lo combatirá. Los niños que se han vacunado no enfermarán en absoluto o tendrán una forma más leve de la enfermedad. Las vacunas son una forma natural de proteger a los niños de enfermedades infecciosas.
¿Cuándo deben vacunarse los niños?
Se desarrollan e introducen nuevas vacunas aproximadamente cada dos años. Consulte los calendarios de vacunación vigentes por grupo etario, según lo recomendado por los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades).
Estos son algunos tipos comunes de vacunas y las enfermedades contra las que protegen:
- La vacuna contra la COVID-19 es muy eficaz para prevenir la enfermedad grave por COVID-19. Los CDC recomiendan que todas las personas de 6 meses de edad o más reciban la vacuna contra la COVID-19 de forma rutinaria.
- Obtenga más información sobre las recomendaciones de dosis de refuerzo.
- La vacuna DPT protege contra tres enfermedades: difteria, tétanos y tos ferina. Se da en una serie de cinco inyecciones.
- La difteria es una infección bacteriana que ataca la garganta y el corazón. Puede provocar insuficiencia cardíaca y la muerte.
- El tétanos es una enfermedad mortal del sistema nervioso central que causa espasmos musculares graves.
- La tos ferina provoca tos intensa que hace que su hijo tenga dificultades para respirar, comer o beber. Puede provocar neumonía, convulsiones, daño cerebral e incluso la muerte.
- La vacuna contra la hepatitis B ayuda a prevenir el virus de la hepatitis B (VHB). La vacuna se administra en una serie de tres o cuatro inyecciones.
- La hepatitis B es una infección hepática que puede causar cáncer de hígado.
- La vacuna Hib ayuda a prevenir Haemophilus influenzae tipo b. La vacuna Hib se administra en una serie de tres o cuatro inyecciones.
- Haemophilus influenzae tipo b es una enfermedad infantil frecuente que puede provocar neumonía, meningitis o infecciones graves de garganta.
- La vacuna IPV (poliovirus inactivado) previene la poliomielitis. Su hijo recibirá una serie de cuatro inyecciones con IPV.
- La poliomielitis, que antes era común en los niños, ha sido prácticamente erradicada en el mundo occidental gracias a la vacuna. La poliomielitis puede causar parálisis o incluso la muerte. No tiene cura.
- La vacuna meningocócica conjugada (MCV4) protege contra cuatro cepas diferentes de meningitis bacteriana. Los niños de entre 11 y 12 años deben recibir la vacuna MCV4.
- N. meningitidis es un tipo de bacteria que causa infecciones del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. La meningitis puede causar ceguera o daño cerebral.
- La vacuna MMR es otra vacuna 3 en 1 que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola. Se da en dos inyecciones.
- El sarampión causa tos, fiebre, sarpullido y secreción nasal. Los casos graves pueden provocar otitis, neumonía, inflamación cerebral y la muerte.
- Las paperas causan dolor de cabeza, fiebre e inflamación de las glándulas salivales. Las paperas pueden causar meningitis (una infección del cerebro y la médula espinal). Puede provocar infertilidad en los varones.
- La rubéola causa sarpullido, fiebre e inflamación de las glándulas del cuello.
- La vacuna neumocócica conjugada (PCV) protege contra una bacteria que causa otitis. Los bebés y los niños pequeños reciben cuatro dosis de la vacuna PCV.
- Las bacterias neumocócicas conjugadas pueden causar enfermedades graves, como meningitis e infecciones del torrente sanguíneo.
- La vacuna contra el rotavirus (VR) protege contra dos tipos diferentes de rotavirus. Según la recomendación del médico, su bebé recibirá una serie de dos o tres inyecciones.
- El rotavirus causa diarrea y vómitos en bebés y niños pequeños. También puede causar deshidratación en casos graves.
- La vacuna contra la varicela previene la varicela. A los niños de 12 meses o más se les administra una dosis única.
- El virus varicela-zóster (VVZ) que causa la varicela es altamente contagioso. Produce ampollas con picazón que pueden dejar cicatrices. En raras ocasiones, puede provocar enfermedades más graves o incluso la muerte.
- La vacuna contra el VPH protege contra el virus del papiloma humano (VPH). Se administra en una serie de dos inyecciones con al menos seis meses de diferencia. Se puede recomendar una serie de tres dosis para las personas con sistemas inmunitarios debilitados o para los mayores de 15 años.
- El VPH es un virus común que puede causar cáncer de cuello uterino en las mujeres y verrugas genitales en mujeres y hombres.
¿Cuáles son los riesgos de las vacunas?
Las vacunas modernas son más seguras que nunca. Pero, como con cualquier medicamento, las vacunas conllevan un pequeño riesgo de daños, incluidas las reacciones alérgicas graves.
Las reacciones frecuentes a las vacunas pueden incluir dolor (en el lugar de la inyección), molestias o disminución del apetito. Las reacciones más graves, como fatiga, fiebre y vómitos, son poco frecuentes. Las reacciones graves, como fiebre alta, convulsiones o reacciones alérgicas, son aún menos frecuentes. La muerte por vacunas es extremadamente poco frecuente. Los síntomas leves pueden tratarse en el hogar con un analgésico sin aspirina. Si su hijo experimenta reacciones graves, comuníquese con el pediatra.
¿Qué hay del debate sobre el autismo?
Algunos padres no dejan que su hijo reciba la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) porque les preocupa el autismo. Pero esa decisión puede llevar a mucho más que a un sarpullido rojo y con bultos. Según el Dr. Kahn, puede producirse encefalitis, una inflamación del cerebro. “No hay evidencia científica o médica que respalde la teoría de que las vacunas causan autismo. Hay al menos 14 estudios que han demostrado que no hay ninguna relación causal”.
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