Cuando Nadia tenía tan solo 3 años de edad, su mamá, Natalie, la llevó al médico, porque pensaba en una posible infección urinaria. El médico estuvo de acuerdo y le recetó antibióticos, pero cuando la familia regresó una semana después para una cita de seguimiento, un análisis de orina reveló la presencia de glucosa. Un análisis de sangre adicional determinó que el nivel de A1C (o nivel de azúcar en sangre promedio) de Nadia estaba elevado al 9 %. El intervalo normal es del 4.6 al 6.0 %.
El médico de Nadia la remitió a un endocrinólogo en Children's Health℠. Allí, la familia se enteró de que Nadia tenía diabetes tipo 1 y que debía ser ingresada en el Centro médico Children's de Plano para recibir tratamiento.
“Esa fue la primera y, hasta la fecha, la única estadía hospitalaria de Nadia en Children's, y todavía recuerdo lo emocionada que estaba por prepararse para su ‘pijamada’ en el hospital”, dice Natalie. “Empacó libros y animales de peluche en su mochila, tomó su manta favorita y estaba muy entusiasmada por tener su propio televisor y cama”.
Natalie dice que las sonrisas de Nadia se desvanecieron cuando llegó el momento de la primera inyección intravenosa y las numerosas inyecciones y pinchazos en los dedos. Pero luego, un voluntario le trajo un gran conejo esponjoso rosado para aliviar sus miedos.
“Desde entonces, los golpes a la puerta para pinchazos se alternaron con visitas de personas que venían a hacerla feliz con regalos o palabras de aliento”.
Nadia y su familia se reunieron con educadores en diabetes y nutricionistas que les dieron una idea más amplia de lo que implicaría vivir con diabetes tipo 1. Una educadora, ella misma con diabetes tipo 1, destacó la importancia de seguir un sistema de monitoreo continuo de glucosa (MCG) para Nadia, algo en lo que su familia trabajó inmediatamente después del alta hospitalaria.
Después de tres días, Nadia y su familia volvieron a casa, un poco sorprendidos por las nuevas responsabilidades a las que ahora se enfrentaban con su cuidado, pero Natalie cuenta que el malestar no duró mucho, gracias a Nadia.
“Cuando empecé a sentirme abrumada por el peso de las nuevas responsabilidades sobre mis hombros, pareció que mi mundo había pasado a ser en blanco y negro”, dice Natalie. “Pero luego miré a Nadia, con su conejito grande y esponjoso, y vi que estaba sonriendo. Me miró y me dijo: ‘Mamá, me gusta el médico con el globo rojo. ¿Podemos volver mañana?’”
Nadia se adapta a su nueva normalidad
Nadia y su familia comenzaron a controlar sus niveles de azúcar en sangre de día y de noche, usado un MCG y una bomba de insulina, además de los pinchazos tradicionales en los dedos. Natalie dice que controlar la diabetes de Nadia requiere que se detengan antes de casi cualquier actividad, como comer, dormir y jugar. Pero a medida que Nadia crece, se ha vuelto más responsable con el tratamiento de su enfermedad y comprende lo que debe hacer para prosperar.
“En la escuela, controla sus niveles antes de todas las comidas y tiene una estación especial en el aula donde puede controlar sus niveles de glucosa y gestionar también sus necesidades de insulina después del receso”, dice Natalie. “Actualmente juega en dos equipos de fútbol y, cuando tiene tiempo en el banco entre partidos, busca su bolso de diabetes para controlarse el azúcar, incluso antes de buscar su botella de agua”.
Nadia entiende que, aunque la diabetes puede hacerla diferente de sus compañeros, hay otros como ella, muchos de los cuales conoció en Camp Sweeney, un campamento de verano para niños con diabetes.
“En el campamento, Nadia pudo conocer muchas personas como ella, lo que la ayudó a aceptar su enfermedad y darse cuenta de que la hace única”, dice Natalie. “Además, tiene dos tíos que tienen diabetes tipo 1, y la ve como algo que los une”.
Un encuentro fortuito en el campo de fútbol en el que Nadia encuentra a su nuevo médico
“De hecho, estábamos en una reunión de entrenadores de fútbol juvenil y mi marido por algún motivo comenzó a hablar con un hombre sobre la diabetes tipo 1”, dice Natalie. “Ese hombre era el Dr. Adhikari. Compartía muchas de nuestras perspectivas sobre empoderar a los niños con la enfermedad. Antes de irnos, le pregunté si sería posible tenerlo como nuevo médico de Nadia y me dijo que lo analizaría”.
El Dr. Adhikari ha supervisado la atención de Nadia desde ese encuentro y ha sido un recurso valioso para la familia durante el proceso.
“El Dr. Adhikari es experto en nuevas tecnologías y técnicas para controlar la enfermedad”, dice Natalie. “Todavía no se ha sorprendido por ninguna de las preguntas que le hice, y cuando nos dimos cuenta de que era uno de los médicos de Camp Sweeney el primer verano que asistió Nadia”, fue la cereza del postre”.
Por su parte, el Dr. Adhikari dice: “Desde su sonrisa hasta su forma de caminar, todo en Nadia grita ‘puedo hacerlo’, y atenderla ha sido un privilegio”. Nadia ahora tiene 6 años y es “la niña más feliz con el corazón más grande”, como dice su madre. Es una niña activa que disfruta de la escuela y ha adoptado plenamente su función de “hermana mayor” con sus hermanos gemelos.
Le encanta hablar sobre su diagnóstico con los demás y se enorgullece de mostrar que no le impide hacer nada.
“Nadia ha aceptado su diabetes y es capaz de brillar a pesar de ella, algo que le encanta demostrar en cualquier oportunidad”, dice Natalie. “Le encanta hablar sobre sus dispositivos médicos y su diabetes con los demás, y se enorgullece de mostrar que no le impiden hacer nada”.
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Children's Health cuenta con uno de los programas de diabetes infantil más grandes del país, y fue el primero en recibir la Certificación de atención de enfermedad específica por la diabetes del Comité conjunto. Descubra cómo nuestros expertos pueden ayudar a diagnosticar y tratar la diabetes en niños de todas las edades.
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