Deshidratación pediátrica

Se genera deshidratación cuando se produce una pérdida extrema de agua corporal.

¿Qué es la deshidratación infantil?

El agua habitualmente sale del cuerpo humano a través de la sudoración, la respiración y la orina. Se vuelve una preocupación médica cuando existe una pérdida extrema de agua, conocida como deshidratación. Esto provoca un desequilibrio de electrólitos, que son nutrientes que necesita el cuerpo para funcionar adecuadamente. Estos nutrientes incluyen calcio, cloruro, magnesio, fosfato, potasio y sodio.

¿Cuáles son los síntomas de la deshidratación infantil?

Los siguientes síntomas indican deshidratación.

Síntomas en bebés (del nacimiento al primer año*) y niños pequeños (de 1 a 3 años**)

  • Orina de color oscuro
  • Boca seca
  • Desmayo
  • Cansancio
  • Hipotensión (presión arterial baja)
  • Irritablilidad
  • Ausencia de lágrimas al llorar
  • Ausencia de pañales mojados durante más de tres horas
  • Ojos, mejillas o fontanela (parte blanda del cráneo) hundidos

Síntomas en niños de más de 3 años

  • Confusión
  • Orina de color oscuro
  • Boca seca
  • Sed extrema
  • Desmayo
  • Fatiga (cansancio)
  • Hipotensión (presión arterial baja)
  • Menos micción
  • Vértigo (mareos)

* Edad de infantes como la define la OMS (Organización Mundial de la Salud).
**Edad de niños pequeños como la define el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

¿Cuáles son las causas de la deshidratación infantil?

La deshidratación leve puede producirse por muchos motivos, como sudoración leve durante las actividades o por no beber suficiente líquido durante el día. Las formas más graves de deshidratación tienen las siguientes causas:

  • Diarrea o vómitos: un episodio repentino o recurrente (repetitivo) de cualquiera de estos provocará una gran pérdida de líquido. Si un niño tiene diarrea y vómitos, la pérdida de agua aumentará (posiblemente, se duplicará).
  • Calor o sudor excesivo: sudar es la forma natural en que el cuerpo trata de enfriarse durante el ejercicio o cuando hace calor. La deshidratación se produce cuando se pierde por la piel más sudor que el líquido que el niño bebe: algo que hay que tener en cuenta durante las actividades veraniegas.
  • Fiebre: tal como con las temperaturas externas extremas, un niño puede ser afectado por su propia temperatura alta.
  • Enfermedad: diversas afecciones pueden provocar que un niño no coma ni beba. Esto puede deberse a la dificultad para respirar, dolor, fatiga (cansancio), náuseas o inflamación de garganta. 
  • Orina incrementada: esto puede ser un síntoma de azúcar en sangre elevada con diabetes u otra enfermedad. Determinados medicamentos, como los diuréticos, también provocarán frecuentes viajes al baño.
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