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La dieta cetogénica y la epilepsia
Lo más probable es que haya oído hablar sobre la dieta cetogénica. La popular dieta está acaparando los titulares y avales de celebridades, y con toda la atención, una multitud más joven también podría considerar probar la dieta cetogénica para bajar de peso.
Pero, ¿es segura la dieta cetogénica para los adolescentes? ¿Y es una solución para los padres que intentan ayudar a los niños con sobrepeso a perder libras y mantenerse sanos?
Muchos médicos y nutricionistas creen que se necesitan más estudios para determinar si la dieta cetogénica es un método seguro para bajar de peso durante un período prolongado. Melissa Fossier, nutricionista registrada de Children's Health℠, NO recomienda la dieta cetogénica para niños y adolescentes, a menos que se use solo por razones médicas específicas. Descubra por qué.
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La dieta cetogénica se creó inicialmente alrededor de 1920 como tratamiento para la epilepsia bajo supervisión médica. Más recientemente, se ha convertido en una dieta popular para bajar de peso. Es una dieta rica en grasas y muy baja en carbohidratos, que también incluye cantidades moderadas de proteínas.
Generalmente, las personas que siguen esta dieta de moda consumen alimentos ricos en grasas y no restringen los alimentos proteicos. Entre los ejemplos de alimentos cetogénicos comunes, se incluyen la mantequilla, el aceite, el aguacate, la crema batida espesa, el queso rico en grasas, el tocino, las salchichas y los pescados grasos, como el salmón. Los frutos secos, los huevos, los vegetales de hoja verde y otros vegetales coloridos también forman parte de una dieta de cetogénica.
La dieta cetogénica no incluye cereales, pan, arroz y pasta, frutas, dulces o jugos, o contiene cantidades reducidas de estos.
Esta dieta rica en grasas y baja en carbohidratos tiene como objetivo llevar al cuerpo a un estado de cetosis. Normalmente, los carbohidratos que consume se descomponen en un azúcar llamado glucosa, que el cuerpo utiliza como energía. Pero cuando se restringen los carbohidratos, el cuerpo no produce tanta glucosa. Cuando esto sucede, el cuerpo recurre a la grasa como fuente de energía y produce una sustancia llamada cuerpos cetónicos. Cuando hay grandes cantidades de cuerpos cetónicos en la sangre, el cuerpo entra en cetosis.
“El cuerpo piensa básicamente que está en modo de inanición, por lo que recurre a la grasa como fuente de energía de respaldo, y eso es parte de la razón por la que se produce el descenso de peso”, explica Fossier.
No se recomienda la dieta cetogénica para bajar de peso en los niños porque limita seriamente los carbohidratos, y los niños necesitan carbohidratos para estar mental y físicamente activos. Los niños que siguen una dieta saludable y bien equilibrada deben comer normalmente unos 130 gramos de carbohidratos al día (aproximadamente del 45 % al 65 % de sus calorías), mientras que la dieta cetogénica limita los carbohidratos a aproximadamente 20 a 30 gramos al día.
Los alimentos ricos en un carbohidrato llamado fibra ayudan a promover la sensación de saciedad y ayudan a controlar el peso o a bajar de peso. La fibra que se encuentra en los vegetales, frutas y cereales integrales ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre y también a prevenir el estreñimiento.
“Los carbohidratos nos proporcionan energía y nutrientes importantes”, explica Fossier. “Los niños necesitan carbohidratos para el crecimiento y el desarrollo, para hacer la tarea, leer libros y salir a jugar”.
Cuando el cuerpo entra en cetosis, los niños (y los adultos) pueden sentir algunos efectos secundarios iniciales, entre ellos:
Estreñimiento
Diarrea
Cansancio
Irritabilidad
Náuseas
Vómitos
“Los efectos secundarios ocurren porque el cuerpo literalmente piensa que se está muriendo de hambre”, explica Fossier.
Además, la dieta cetogénica puede afectar la concentración, causar carencias nutritivas y provocar niveles altos de colesterol y triglicéridos, huesos débiles y cálculos renales.
La dieta cetogénica se desarrolló por primera vez en la década de 1920 como tratamiento para la 1920sepilepsia. Hoy en día, en ciertos casos, los médicos podrían recomendar la dieta cetogénica para ayudar a controlar las convulsiones en niños con epilepsia, espasmos y otros tipos de trastornos. Hay investigaciones en curso sobre el impacto de la dieta en otras enfermedades, con mayor frecuencia en adultos, como la ELA, la enfermedad de Alzheimer y Parkinson, el cáncer y la diabetes tipo 2.
Antes de comenzar la dieta, el médico examina el análisis de sangre del paciente y considera otros factores.
Los tipos y cantidades de alimentos se eligen y controlan cuidadosamente. Los pacientes trabajan en conjunto con un nutricionista. No todos los pacientes con trastornos convulsivos son buenos candidatos para la dieta cetogénica. Consulte siempre con su médico primero.
Para los niños y adolescentes que necesitan alcanzar un peso saludable, los nutricionistas de Children's Health recomiendan establecer hábitos saludables en lugar de dietas de moda específicas. Fossier recomienda siete consejos:
Para proporcionar a los niños una amplia variedad de alimentos nutritivos, consulte las pautas de MyPlate. “Si prepara un plato como ese en cada comida, estás haciendo un excelente trabajo”, dice Fossier. “Ya sea que el peso de un niño sea alto o bajo, al menos usted sabe que está proporcionando todos los nutrientes que su hijo necesita para crecer y prosperar”.
Estos alimentos incluyen refrescos, bebidas endulzadas, galletas, caramelos, papas fritas, postres y productos horneados
Asegúrese de que los niños coman solo cuando realmente tengan hambre y elija opciones saludables. Fomente las porciones pequeñas que incorporen uno o dos grupos de alimentos. Por ejemplo, pruebe con medio sándwich de mantequilla de cacahuate en pan integral, vegetales cortados en rodajas con salsa de humus o frijoles, o yogur sin endulzar con fruta.
Explíquele al niño que es más importante comer los alimentos adecuados para mantener un crecimiento saludable y la energía durante todo el día. Por ejemplo, dígale: “Es necesario comer frutas y vegetales, porque ayudan a concentrarse en la escuela, dan energía para jugar y nos hacen sentirse mejor en general”.
“Los niños vienen en todas las formas y tamaños. Lo importante es cómo funciona nuestro cuerpo, cómo nos sentimos y lo sano que es un niño”, dice Fossier.
Incluso si a un niño no le gustaron ciertos alimentos nutritivos hace un año, ofrézcaselos nuevamente. Los gustos de los niños cambian a medida que crecen.
Caminar, correr, montar en bicicleta. Si a su hijo le gustan los videojuegos, descargue un juego que requiera que esté activo. Encuentre su deporte favorito. Encienda la música y baile. Si le gusta el movimiento, ¡adelante!
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