Megan siempre ha sido una niña activa. Ha practicado deportes desde los 5 años, y es muy común encontrarla con sus amigos o jugando al aire libre. Por eso, cuando sus padres, Brian y Joy, observaron que no actuaba de ese modo unos meses antes de cumplir 11 años, comenzaron a preocuparse pensando que algo andaba mal.
“Estaba muy letárgica y pálida, y dormía constantemente”, dice Brian. “Su apetito había desaparecido y se quejaba de dolor de estómago”.
Después de que las pruebas de detección de estreptococos y gripe dieran negativas, el pediatra sospechó que el cuerpo de Megan podría estar luchando contra un virus que estaba circulando en la escuela y sugirió que bebiera mucho líquido e intentara descansar. Pero después de varios días, sus síntomas no habían mejorado. Megan regresó al consultorio de su pediatra para realizar pruebas adicionales, incluido un análisis de orina para detectar cualquier anomalía o infección.
“El médico volvió a la habitación y nos dijo que acababa de hablar por teléfono con Children's Health℠, que tenían una habitación lista para nosotros y que teníamos que dirigirnos allí de inmediato”, cuenta Brian. “Como se puede imaginar, mi esposa y yo estábamos preocupados”.
Megan aprende a controlar la diabetes tipo 1
Megan y sus padres condujeron hasta el Centro médico Children’s de Dallas, donde fue ingresada en la unidad de endocrinología y diagnosticada con diabetes tipo 1. Durante los siguientes cinco días, ella y su familia se reunieron con la Dra. Abha Choudhary, endocrinóloga pediátrica de Children's Health y profesora adjunta de UT Southwestern, así como con un equipo de educadores en diabetes y nutricionistas para aprender a lidiar con la afección antes de regresar a casa.
No hace falta decir que fue un momento difícil para Megan.
“Megan no entendió plenamente lo que significaba para ella el diagnóstico cuando los médicos le dijeron por primera vez que tenía diabetes”, dice Brian. “Y a medida que se informaba sobre todo lo que tenía que hacer para mantenerse saludable, se asustó y entristeció mucho”.
Afortunadamente para Megan, sin embargo, su hermano mayor, Tyler, estaba listo para ayudar. Cuando se enteró del diagnóstico de Megan, Tyler estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para ayudar a Megan a sentirse mejor con respecto a vivir con diabetes. Tyler ayudó a Megan a calcular carbohidratos, la animó a beber más agua cuando lo necesitaba e incluso le dio las inyecciones de insulina hasta que se sintió cómoda haciéndolo ella misma.
Con el tiempo, Megan se sintió más cómoda para controlar a diabetes y comenzó a reconocer los signos de que sus niveles de azúcar en sangre fluctuaban y estaban demasiado bajos o demasiado altos a lo largo del día. También pudo cambiar a un monitor de glucosa continuo y a una bomba de insulina para eliminar la necesidad de numerosos pinchazos en los dedos e inyecciones de insulina a lo largo del día. Esto le permite a ella, a sus padres e incluso al enfermero de la escuela controlar fácilmente sus niveles de glucosa a través de una aplicación móvil.
La valentía de Megan inspira a su hermano a retribuir
Hoy en día, Megan controla su diabetes y está prosperando. Juega en un equipo de vóleibol competitivo y sueña con ser enfermera pediátrica cuando sea grande. El verano pasado, Megan asistió a Camp Sweeney, un campamento de verano para niños con diabetes tipo 1; su padre cuenta que esto marcó una diferencia real en el proceso de manejo de la enfermedad.
“Asistir a un campamento con otros niños con diabetes tipo 1 y darse cuenta de que no está sola fue invaluable”, dice Brian. “Habla de ello todo el tiempo e hizo amigos locales con los que seguimos en contacto. No hay duda de que regresará este verano”.
Tyler, el hermano de Megan, que quiere ser médico cuando crezca, se sintió tan inspirado por la valentía de su hermana que decidió dedicar su proyecto de servicio Eagle Scout de los Boy Scouts a su afección. Preparó paquetes de atención para pacientes diagnosticados recientemente con diabetes tipo 1. Hasta la fecha, Tyler armó 500 bolsas para ayudar a los pacientes como su hermana de Children's Health.
“Estoy muy contento con este proyecto y disfruté de pasar tiempo preparando estas bolsas para diabéticos recién diagnosticados”, dice Tyler. “Espero que esto los haga sonreír mientras están en el hospital”.
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Children's Health cuenta con uno de los programas de diabetes infantil más grandes del país, y fue el primero en recibir la Certificación de atención de enfermedad específica por la diabetes del Comité conjunto. Descubra cómo nuestros expertos pueden ayudar a diagnosticar y tratar la diabetes en niños de todas las edades.
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