En la mañana del 8 de abril de 2017, los padres Kaci y Brad sentían que algo no andaba bien con su hijo de apenas 2 semanas, Kade. No se había alimentado desde la medianoche, y su aspecto y respiración no parecían normales. Entonces, llamaron al pediatra de Kade para que les aconsejara.
El pediatra sugirió a Kaci que midiera los signos vitales de Kade, ninguno de los cuales planteó ninguna preocupación, por lo que el médico le indicó que volviera a llamar si algo cambiaba. Aun así, a Kaci le parecía que algo no estaba bien. El médico la animó a seguir su intuición de madre y llevarlo al departamento de urgencias del Children’s Medical Center Plano.
“No hay duda de que llevarlo a Children’s le salvó la vida a Kade”, dice Kaci.
La Dra. Pamela Okada revisó a Kade y, en 10 minutos, estaba recibiendo antibióticos y reanimación cardiopulmonar. Kaci se preparó para lo peor.
“La Dra. Okada me dijo que aún no estaban seguros de cuál era el problema de Kade exactamente, pero sabían que estaba muy enfermo”, dice. “Decidieron trasladarlo al Centro médico Children’s de Dallas”.
Un diagnóstico que le salvó la vida
Mientras los expertos del departamento de urgencias de Plano trabajaban para estabilizar a Kade, el equipo de traslado se preparó para llevarlo en ambulancia al hospital de Dallas para atender sus necesidades agudas con los recursos disponibles entre las dos instalaciones. Lo ingresaron en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Centro médico Children’s de Dallas, donde un ecocardiograma del corazón mostró que su organismo estaba dejando de funcionar, pero los médicos aún no podían identificar exactamente cuál era la causa.
Finalmente, cerca de las 8 p.m., los resultados del análisis de sangre de Kade revelaron algunas de las respuestas que habían estado buscando: Kade tenía meningitis bacteriana. Los médicos siguieron tratándolo con una ronda intensa de antibióticos. Además, una TC reveló que había tenido un accidente cerebrovascular ese mismo día y una IRM posterior determinó que afectaba aproximadamente al 60 % del lado derecho del cerebro.
A lo largo de toda la odisea, Kaci dice que se sintió segura de que su hijo estaba en las manos correctas. Estaba agradecida de que Kade estuviera exactamente donde debía estar, con acceso a especialistas dedicados a atender sus necesidades complejas.
“Todos hicieron un excelente trabajo en mantenernos informados e involucrados en la atención de Kade”, explica. “Se aseguraron de que entendiéramos lo que estaba sucediendo y respondieron todas nuestras preguntas”.
Kade pasó la semana siguiente en la UCI (unidad de cuidados intensivos) y otras dos semanas en la unidad de neurología, donde los médicos siguieron controlándolo para detectar cualquier problema adicional. Después de 21 días, le dieron el alta del hospital, pero poco después, lo ingresaron en Our Children’s House Dallas para recibir terapia del habla y la alimentación porque un estudio de deglución reveló que estaba teniendo algunos problemas.
Avanzó durante la terapia y, después de solo dos semanas y media, Kade se fue a casa.
Un nuevo susto
Kade estuvo muy bien durante los meses que siguieron, pero el 1 de julio, mientras pasaba un tiempo en el lago con la familia, se puso muy molesto, dejó de comer y empezó a tener fiebre. Kaci decidió llevarlo otra vez a Children's Health℠, donde las pruebas confirmaron que tenía meningitis nuevamente. Esta vez, era una cepa viral que afectaba el líquido cefalorraquídeo.
Internaron a Kade para supervisarlo mientras su cuerpo luchaba contra el virus, y los médicos centraron su atención en por qué se había vuelto tan susceptible a la enfermedad. Un análisis de sangre reveló que el cuerpo de Kade estaba produciendo un nivel anormalmente bajo de inmunoglobulinas (anticuerpos que combaten las bacterias y los virus). Un inmunólogo empezó a controlar los niveles con regularidad para tratar de determinar la causa.
Una TC también mostró que los ventrículos del cerebro de Kade eran más grandes de lo esperado, por lo que se lo derivó a un neurocirujano
de Children's Health℠, que controla cualquier cambio de tamaño para determinar si es necesario colocar una derivación para ayudar a drenar el líquido del cerebro.
Un joven luchador prospera
Al enfrentar todo esto, Kade ha demostrado ser todo un luchador. A los 5 meses, tiene una sesión de terapia ocupacional ambulatoria por semana, que, según cuenta su madre, va muy bien, y los médicos están satisfechos con su progreso.
“Acaba de empezar a sentarse hace unas semanas y está cumpliendo todos sus hitos”, dice. “Si no conociera su historia, no tendría ni idea de que ya ha pasado por tanto”.
Los equipos de Inmunología y Neurología de Children's Health℠ seguirán controlando a Kade, que tiene visitas periódicas con su pediatra para realizar un seguimiento de su progreso y determinar los siguientes pasos. Kaci es optimista con respecto al futuro y agradece el apoyo que han recibido durante su recorrido.
“Si pudiera volver y agradecer personalmente a todas y cada una de las personas de Children’s que cuidaron a Kade, lo haría”, dice. Pero fue gracias a su propia intuición que Kade estuvo rodeada por el apoyo que le salvó la vida a su hijo en el momento y el lugar en los que más lo necesitaba.
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