Cuando Jireh tenía 14 años de edad, su mamá, Sharonda, lo llevó de urgencia al médico un fin de semana porque tenía miedo de que estuviera teniendo una reacción alérgica extrema a algo que había comido. Su rostro estaba considerablemente hinchado y, al principio, el médico llegó a la misma conclusión, pero pidió una muestra de orina por si acaso. Para sorpresa de todos, el análisis de orina detectó que había sangre en la muestra y remitieron a Jireh al Children's Health℠ para continuar con las pruebas.
Fue ingresado en Children's Health, donde fue evaluado por expertos en el departamento de nefrología. El equipo realizó una biopsia en una muestra del riñón y le diagnosticó glomeruloesclerosis focal y segmentaria, o GEFS. La GEFS es una enfermedad poco frecuente que afecta la capacidad de los riñones para filtrar la sangre en el cuerpo y es una de las causas del síndrome nefrótico, que en última instancia puede provocar insuficiencia renal.
Desafortunadamente para Jireh, sus riñones ya estaban en insuficiencia renal, pero el Dr. Mouin Gerios Seikaly, nefrólogo pediátrico de Children's Health, esperaba que pudiera tratarse con medicamentos. Los medicamentos funcionaron durante un tiempo, pero en agosto de 2016, su función renal había disminuido tanto que necesitaba someterse a diálisis tres días a la semana durante cuatro horas seguidas.
La diálisis es un tratamiento que filtra los desechos y el exceso de líquido de la sangre cuando los riñones no pueden hacerlo por sí mismos. El programa de diálisis el Centro médico Children's es el programa de diálisis pediátrica más grande del norte de Texas y uno de los más grandes del país.
No fue fácil, pero su madre Sharonda dice que el apoyo que recibieron del departamento de nefrología y el equipo de diálisis de Children's Health marcaron una gran diferencia.
“Son como una familia para nosotros”, dice. “No bien ingresamos por la puerta y comenzamos a ver todas las caras conocidas, nos ayuda a tranquilizarnos y Jireh sonríe”.
Sharonda dice que su hijo sigue afrontando cada nuevo desafío con una perspectiva positiva impulsada por la fe, el apoyo de su familia y… el amor por la música.
Jireh, hijo y nieto de un predicador, creció en el coro de su iglesia, cantando y tocando casi cualquier instrumento que se necesitara los domingos. Por lo tanto, tiene sentido que durante uno de sus mayores desafíos en el tratamiento, fuera la música la que los ayudó a superarlo.
“Un día en el hospital, nos dimos cuenta de que Jireh parecía estar un poco decaído, lo que era increíblemente inusual para él”, dice su madre. “Uno de sus enfermeros sabía de su amor por la música y sugirió que visitara Seacrest Studios y experimentara con los instrumentos”.
Jireh y su tía, que también es cantante, bajaron al estudio, y decir que disfrutaron es poco. Su madre dice que su estado de ánimo había cambiado por completo cuando volvió.
“Cantó y tocó el piano y, aunque no lo sabía en ese momento, comenzó a escribir una canción que le ayudó a poner en palabras algunas de las cosas que había sentido ese día”, dice. “La tituló ‘La cura’”.
La música sigue siendo una parte importante de la vida y los planes futuros de Jireh. Actualmente está en la lista de espera para un trasplante de riñón y dice que después de eso espera asistir a la Full Sail University para seguir desarrollando sus pasiones musicales.
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