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Un ECG (electrocardiograma) pediátrico hace referencia a una prueba de detección indolora que mide la actividad eléctrica del corazón. En Children's Health℠, solo los médicos que están especialmente capacitados en problemas del ritmo cardíaco (conocidos como “electrofisiólogos”) evalúan los ECG.
Cada año, las familias de Texas confían en nuestro equipo experimentado para evaluar los resultados del ECG de sus hijos. Leemos más de 15,000 ECG de niños de todas las edades cada año.
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Un ECG mide la fuerza y la frecuencia de los latidos cardíacos de un niño. Esta prueba también nos proporciona información sobre el tamaño de las cavidades cardíacas y cómo los impulsos eléctricos pasan a través del corazón.
Para un ECG, colocamos electrodos (parches adhesivos especiales) en el pecho, los brazos y las piernas del niño. La prueba dura unos 10 minutos y usted puede permanecer con su hijo durante toda la evaluación.
Un ECG puede decirnos lo siguiente:
Un ECG puede ayudar a detectar problemas cardíacos, como arritmia, actividad eléctrica anormal o un riesgo elevado de futuros problemas del ritmo cardíaco.
También usamos los ECG para hacer lo siguiente:
Un ECG es una prueba muy segura, sin efectos secundarios conocidos.
Un ECG no tiene riesgos conocidos. Durante la prueba, colocamos pequeños adhesivos de plástico (llamados electrodos) en el pecho, los brazos y las piernas de su hijo. Es posible que la piel quede ligeramente irritada después de retirar los adhesivos. Si su hijo tiene piel sensible, podemos usar adhesivos especiales.
Su hijo puede comer y beber como de costumbre. No debe usar cremas, lociones, polvos ni aceites para bebés en el cuerpo de su hijo el día de la prueba, ya que estas sustancias podrían interferir con la conexión entre la piel y los electrodos.
El ECG es una prueba breve e indolora. Le pedimos a su hijo que se acueste en una cama y se quede quieto. A continuación, conectamos los electrodos al cuerpo del niño, mientras que los cables conectan los electrodos a la máquina de ECG. El ECG detecta y registra las señales eléctricas procedentes del corazón del niño.
Desconectamos los cables y retiramos los adhesivos del cuerpo de su hijo. Nuestro equipo examinará los resultados inmediatamente y le dirá cuáles son los siguientes pasos. Si el ECG revela un problema en el corazón de su hijo, es posible que sea necesario realizar otro u otras pruebas diagnósticas. Cualquier tratamiento dependerá de la causa del problema cardíaco de su hijo.
Su hijo puede necesitar un ECG si el pediatra o uno de nuestros cardiólogos pediátricos presume que el niño tiene un problema cardíaco, por ejemplo:
Podemos compartir los resultados de las pruebas con usted inmediatamente después del ECG de su hijo. La prueba en sí suele durar menos de 10 minutos.