La lactosa es un azúcar que se encuentra en los productos lácteos, como la leche y el queso. Para ayudar a digerirlo, nuestro intestino delgado contiene una enzima llamada lactasa. La lactasa convierte la lactosa en glucosa, que nuestros cuerpos utilizan para obtener energía. Sin embargo, en niños y adultos con intolerancia a la lactosa, este proceso digestivo no se produce correctamente, lo que puede provocar síntomas gastrointestinales molestos.
“La intolerancia a la lactosa es cuando el intestino carece de lactasa”, explica la Dra. Charina Ramirez, gastroenteróloga pediátrica de Children's Health℠ y profesora adjunta de UT Southwestern. “Sin lactasa, su organismo no puede descomponer la lactosa correctamente”.
¿Cuáles son los síntomas de intolerancia a la lactosa en los niños?
Cuando un niño no puede digerir correctamente la lactosa, esto puede causar muchos síntomas. Los signos de que su hijo puede tener intolerancia a la lactosa incluyen:
- Hinchazón
- Diarrea
- Gases
- Náuseas.
- Dolor estomacal y cólicos
Los bebés con intolerancia a la lactosa pueden estar muy molestos y no aumentar de peso ni crecer bien. Los síntomas de intolerancia a la lactosa pueden variar de leves a graves, dependiendo de la cantidad de lactosa que consume un niño y de la cantidad de lactasa que produce el cuerpo del niño.
¿Hay alguna diferencia entre la intolerancia a la lactosa y la alergia a la leche?
La intolerancia a la lactosa no es lo mismo que la alergia a las proteínas de la leche, la alergia alimentaria más frecuente en los bebés. Los bebés que tienen alergia a las proteínas de la leche son alérgicos a las proteínas de la leche de vaca. Los niños con intolerancia a la lactosa no pueden digerir adecuadamente la lactosa, que es un azúcar. Aunque ambos grupos de niños pueden experimentar síntomas similares, las dos afecciones son muy diferentes. Obtenga más información sobre los síntomas de una alergia alimentaria en los niños.
¿Qué causa la intolerancia a la lactosa en los niños?
La intolerancia a la lactosa puede ocurrir en los niños por diferentes motivos, dependiendo de su edad. Los motivos pueden incluir prematuridad, deficiencia congénita de lactasa, deficiencia primaria de lactasa y deficiencia secundaria de lactasa.
Prematuridad y deficiencia de lactasa
Aunque la intolerancia a la lactosa no es frecuente en los bebés, algunos bebés que nacen antes de las 34 semanas no tienen un tubo digestivo completamente funcional. Pueden carecer de lactasa y otras enzimas que necesitan para digerir los alimentos, aunque pueden desarrollarse más tarde a medida que el niño crece. Curiosamente, estos bebés prematuros pueden seguir tolerando las fórmulas basadas en proteínas de la leche intactas.
Deficiencia congénita de lactasa
En casos poco frecuentes, los bebés nacen con intolerancia a la lactosa, que se conoce como deficiencia congénita de lactasa.
“Los bebés con deficiencia congénita de lactasa nacen sin la enzima lactasa”, explica la Dra. Ramirez. “Estos bebés se diagnostican los primeros días de vida porque tienen diarrea intensa y no aumentan de peso. Sabrá de inmediato si su hijo la tiene”.
Deficiencia primaria de lactasa
La causa más frecuente de intolerancia a la lactosa en los niños es la deficiencia primaria de lactasa. Estos niños no tienen suficiente enzima lactasa, y la cantidad de lactasa que tienen puede disminuir a medida que crecen. Aunque puede parecer que la intolerancia a la lactosa comienza de repente, empeora gradualmente con el tiempo y los síntomas se hacen más evidentes.
Alrededor del 65 % al 70 % de la población mundial se ve afectada por la deficiencia primaria de lactasa, que es una afección genética. Es extremadamente frecuente entre las personas de ascendencia asiática y africana, así como entre los indígenas americanos. Si bien la deficiencia primaria de lactasa puede comenzar a partir de los 2 años, los síntomas pueden no ser perceptibles hasta la adolescencia y los primeros años de vida adulta.
Deficiencia secundaria de lactasa
Otros niños pueden desarrollar deficiencia secundaria de lactasa, que puede ocurrir repentinamente después de una enfermedad.
“Cualquier enfermedad que lesione el intestino delgado, como la gastroenteritis, puede provocar una deficiencia de lactasa temporal o a largo plazo”, dice la Dra. Ramirez. “Los bebés menores de 3 meses tienen más riesgo de verse afectados por esto. Pueden experimentar diarrea intensa y un crecimiento deficiente”.
Las afecciones crónicas, como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca, también pueden provocar deficiencia de lactasa.
¿Cómo se diagnostica la intolerancia a la lactosa en los niños?
Una manera simple de determinar si su hijo tiene intolerancia a la lactosa es dejar de darle productos lácteos (como leche, queso, helado, pizza) y ver si los síntomas desaparecen. Para asegurarse de que su hijo mantenga una dieta equilibrada, puede ofrecerle sustitutos lácteos, como suplementos de vitamina D y calcio. El pediatra de su hijo también puede ofrecerle recomendaciones adicionales y remitirlo a un especialista para obtener más ayuda.
Un gastroenterólogo pediátrico puede diagnosticar la intolerancia a la lactosa en los niños realizando una prueba de hidrógeno en el aliento. “Podemos hacer una prueba de hidrógeno en el aliento en el laboratorio de gastroenterología”, dice la Dra. Ramírez. “El aumento de las cantidades de hidrógeno en la prueba después de beber un producto que contiene lactosa indica intolerancia a la lactosa”.
También se puede diagnosticar a su hijo tras una endoscopia, un procedimiento mínimamente invasivo para tomar muestras de los tejidos del esófago, el estómago y el intestino delgado. La muestra de tejido del intestino delgado puede analizarse para detectar lactasa y otras enzimas de azúcares.
Qué hacer si su hijo tiene intolerancia a la lactosa
Si su hijo tiene intolerancia a la lactosa, hay muchas soluciones que le permiten tener una dieta saludable y completa. Con los alimentos y tratamientos adecuados, puede ayudar a detener los síntomas de su hijo.
Para los bebés con verdadera intolerancia a la lactosa, se recomienda que los padres busquen la ayuda de un gastroenterólogo pediátrico para tratar esta afección. Dado que estos bebés a menudo son “incapaces de crecer” y tienen diarrea, pueden necesitar una fórmula especial y deben ser supervisados de cerca para comprobar que tengan un aumento de peso adecuado.
Los niños mayores tienen múltiples opciones, como elegir leche sin lactosa y productos de queso sin lactosa o usar comprimidos de Lactaid, que contienen enzimas de lactasa. Los comprimidos de Lactaid vienen en forma masticable para niños de 4 años o más.
“Puede tomar comprimidos de Lactaid con el primer sorbo o bocado de lácteos”, dice la Dra. Ramirez. “Esto les da la enzima que necesitan para descomponer la lactosa durante 45 minutos al comer o beber. Tomar un comprimido de Lactaid debería ayudar a prevenir síntomas como hinchazón, dolor de estómago y diarrea”.
Si los niños tienen una deficiencia secundaria de lactasa temporal, puede ser útil evitar los lácteos durante unas dos semanas y luego volver a introducir los productos lácteos. La intolerancia transitoria a la lactosa a veces puede ocurrir después de una gastroenteritis viral o bacteriana.
Obtener más información
Si su hijo tiene síntomas gastrointestinales inexplicables, como diarrea, un gastroenterólogo pediátrico de Children's Health puede ayudarlo a encontrar respuestas. Obtenga más información sobre nuestro programa y servicios de gastroenterología pediátrica.
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