Si bien el IBS (síndrome del intestino irritable) y la IBD (enfermedad inflamatoria intestinal) pueden causar síntomas gastrointestinales similares, como dolor abdominal y diarrea, estas dos afecciones son muy diferentes.
“Cuando hablamos de IBS e IBD, los padres pueden confundirse porque las afecciones suenan similares y a veces se utilizan indistintamente, lo que es un error”, dice el Dr. Bhaskar Gurram, director del programa de IBD pediátrica de la región sudoeste de Children's Health℠ y profesor adjunto de UT Southwestern. “La confusión se produce porque tienen síntomas similares, pero los tratamientos y resultados son muy diferentes”.
IBS frente a IBD: ¿cuál es la diferencia?
Tanto el IBS como la IBD son afecciones gastrointestinales crónicas, pero afectan al tubo digestivo de formas muy diferentes.
El IBS no causa ningún cambio visible ni inflamación en el tubo digestivo. Aunque la causa del IBS no está clara, se cree que es el resultado tanto de factores psicológicos como de disfunción gastrointestinal, lo que provoca hipersensibilidad intestinal. Esta hipersensibilidad se presenta como dolor, diarrea o estreñimiento.
La IBD, que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, causa áreas de inflamación en el tubo digestivo. Esta inflamación puede observarse durante una evaluación endoscópica realizada por el médico. Sin un tratamiento adecuado, la IBD puede progresar y provocar varias complicaciones que pueden necesitar cirugía.
“Si no tratamos estas áreas de inflamación, su hijo tiene mayor riesgo de cirugía, hospitalización o una gran necesidad de medicamentos”, explica el Dr. Gurram.
¿Qué causa el IBS y la IBD?
Causas del IBS
Los expertos aún no comprenden completamente la causa del IBS, pero sí saben que los siguientes factores pueden contribuir al desarrollo del síndrome en los niños:
- Alteraciones en la comunicación intestino-cerebro
- Factores ambientales, incluidos cambios en la dieta, cambios en el microbioma intestinal
- Los cambios genéticos (polimorfismos) pueden contribuir
- Infecciones entéricas o gastrointestinales (IBS posinfeccioso)
- Acontecimientos estresantes durante la infancia
Causas de la IBD
Aunque se desconoce la causa exacta de la enfermedad, se cree que surge de una sobreactivación del sistema inmunitario desencadenada por la alteración del microbioma intestinal en personas con predisposición genética.
Síntomas de IBS frente a IBD
Tanto el IBS como la IBD pueden provocar síntomas gastrointestinales molestos, como dolor abdominal y diarrea. Estos síntomas pueden ser graves e impedir que los niños asistan a la escuela o participen en actividades. Sin embargo, existen algunas diferencias entre los síntomas del IBS y la IBD.
Los síntomas del IBS incluyen:
- Dolor abdominal o cólicos
- Estreñimiento o diarrea
- Hinchazón
- Gases
- Cansancio
- Dificultad para dormir
Los síntomas del IBS pueden empeorar cuando su hijo come ciertos alimentos o está bajo estrés.
Los síntomas de la IBD incluyen:
- Dolor abdominal o cólicos
- Diarrea, generalmente con sangre y mucosidad
- Fiebre o sudoración nocturna
- Cansancio
- Pérdida de peso o crecimiento deficiente
- Anemia
“La presencia de sangre en las heces es una diferencia importante de síntomas entre las dos afecciones”, afirma el Dr. Gurram. “No vemos sangrado rectal en los niños con IBS”.
La IBD también puede afectar la forma en que su hijo absorbe los nutrientes. Incluso si come una dieta bien equilibrada, es posible que su cuerpo no absorba todos los nutrientes que necesita. Su hijo puede bajar peso o crecer más lentamente que otros niños de su edad.
Aunque el IBS y la IBD no son tan frecuentes en los pacientes más jóvenes como en los adultos, estas afecciones pueden producirse en la adolescencia temprana o comenzar durante la adolescencia.
“Estamos diagnosticando IBD de aparición temprana en niños menores de 10 años e IBD de aparición muy temprano en pacientes menores de 6 años”, dice el Dr. Gurram.
Diagnóstico del IBS frente a la IBD en niños
Como los niños con IBS e IBD pueden tener síntomas similares, el médico de su hijo necesitará una historia clínica exhaustiva de los síntomas del niño. Para determinar un diagnóstico, el médico le realizará una exploración física, a veces incluye una exploración rectal. Su médico puede solicitar análisis de sangre o análisis de heces. En muchos casos, estas pruebas son suficientes para diferenciar el SII de la IBD (enfermedad inflamatoria intestinal).
En función de los hallazgos, su médico puede añadir pruebas adicionales, como endoscopia superior e inferior, TC (tomografía computada) o IRM (imágenes por resonancia magnética) de intestino y colon. Se requiere una endoscopia superior y una colonoscopia para confirmar el diagnóstico de IBD antes de ofrecer el tratamiento.
“En ocasiones, es posible tener ambas afecciones simultáneamente”, dice el Dr. Gurram. “Una de las teorías para esto es que el proceso inflamatorio ha llevado al intestino a ser hipersensible incluso a pequeños estímulos, como ciertos alimentos. Por lo tanto, tenemos que evaluar cuidadosamente si su IBD no está bien controlada o si tiene SII además de la IBD”.
Tratamiento del SII frente a la IBD en niños
Aunque no existe una cura simple para ninguna de las afecciones, los síntomas del SII y la IBD pueden tratarse con la atención adecuada. El SII suele controlarse con terapia cognitivo-conductual ofrecida por un psicólogo, cambios en la dieta, medicamentos antiespasmódicos, medicamentos antidiarreicos y medicamentos neuromoduladores. A menudo, la IBD se trata con medicamentos antiinflamatorios, inmunomoduladores y biológicos. Un especialista en IBD pediátrica puede ayudar a determinar el mejor tratamiento para el niño.
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