El síndrome del intestino irritable (IBS) es un trastorno gastroenterológico que cambia la función del tracto gastrointestinal, desde los movimientos musculares hasta las señales que se envían desde el intestino al cerebro. Estos cambios microscópicos provocan los síntomas que categorizan el IBS, que incluyen dolor abdominal y problemas de estreñimiento y diarrea.
“El IBS es similar al dolor de una migraña”, dice la Rina M. Sanghavi, M.D., FAAP, MBA, directora de Neurogastroenterología y Motilidad Gastrointestinal de Children's Health℠ y profesora de UT Southwestern. “No se puede detectar nada extraño incluso con los mejores estudios, pero hay un cambio definitivo en la función intestinal”.
Si bien es poco frecuente que los niños menores de 6 años tengan IBS, puede ser bastante común en los adolescentes. Se estima que entre el 6 % y el 14 % de los adolescentes padecen IBS.
¿Cuáles son los síntomas del IBS en los niños?
Los síntomas del IBS pueden ser causados por diferentes desencadenantes en cada niño. Por ejemplo, su hijo puede experimentar síntomas si come ciertos alimentos, después de una comida abundante o cuando se siente estresado.
Los síntomas comunes del IBS en los niños incluyen:
- Cólicos y dolor abdominal
- Hinchazón
- Cambios en las deposiciones
- Estreñimiento
- Diarrea
- Deposiciones con mucosidad
Para que se les diagnostique IBS, los niños deben cumplir con ciertos criterios, llamados criterios de Roma IV, que incluyen:
- Al menos un día de dolor abdominal por semana durante tres meses, asociado con dos o más de los siguientes factores:
- El dolor aumenta o no cambia después de defecar
- El niño defeca con menos frecuencia (estreñimiento)
- Cambios en el aspecto o la forma de las heces (diarrea o heces endurecidas)
“Estos síntomas no pueden atribuirse a ninguna otra causa gastrointestinal”, dice la Dra. Sanghavi. “Es importante descartar otras causas con la ayuda de un gastroenterólogo pediátrico”.
Estrés e IBS
Otro signo del IBS a tener en cuenta es cómo el estrés de un niño afecta el dolor abdominal o los hábitos intestinales. Con el IBS, el estrés antes de un torneo deportivo, una prueba académica o incluso un evento feliz, como una fiesta de cumpleaños, pueden empeorar el dolor.
“Por lo general, estos son niños de muy alto rendimiento y, cuando están en una situación en la que se sienten ansiosos o estresados, los síntomas empeoran”, dice la Dra. Sanghavi.
¿Cómo se trata el IBS en los niños?
Si bien no hay cura para el IBS, un tratamiento eficaz puede reducir los síntomas del IBS en los niños. Un tratamiento importante es la TCC (terapia cognitivo-conductual). La TCC puede ayudar a calmar las señales nerviosas intensas e innecesarias desde el intestino hasta el cerebro que se producen cuando el IBS está presente.
“La terapia cognitivo-conductual u otras técnicas de desensibilización pueden ayudar al cerebro a enviar señales al intestino para que ‘esté callado’”, dice la Dra. Sanghavi. “Muestra los beneficios más uniformes y es la terapia más duradera para el IBS”.
El equipo de atención de su hijo también puede sugerir lo siguiente:
- Manejo de la nutrición y la digestión con un gastroenterólogo pediátrico
- Control del estrés y el comportamiento con un psicólogo pediátrico
- Reducción del dolor con un especialista en medicina para el dolor
Manejo de la nutrición y la digestión
Un gastroenterólogo pediátrico controlará la salud digestiva de su hijo. Es posible que su hijo deba cambiar su dieta o conductas alimenticias. En algunos casos, también puede beneficiarse con suplementos de fibra o medicamentos antidiarreicos para mejorar la digestión.
Es importante tener en cuenta que no hay una dieta que sea la mejor para los niños con IBS. Si bien los adultos con IBS a menudo prueban la dieta FODMAP, que se centra en eliminar los azúcares, es demasiado restrictiva para los niños en crecimiento.
La Dra. Sanghavi recomienda que sus pacientes lleven un diario de alimentos para identificar aquellos que se desencadenan los síntomas del IBS. Entre estos, se incluyen los alimentos con alto contenido de fibra, lactosa o gluten. Un diario de alimentos puede ayudar a determinar cuál de estos alimentos, si corresponde, debe eliminarse de la dieta.
Manejo del estrés y el comportamiento
Otro aspecto importante del tratamiento es determinar los factores estresantes que pueden desencadenar los síntomas del IBS. Si el IBS de su hijo mejora los fines de semana o durante el verano, eso podría ser una señal de que su carga de trabajo y actividades durante el año escolar es demasiado alta.
“Es importante que los niños y los padres sepan que está bien relajarse con los horarios y participar en menos actividades o clases avanzadas”, dice la Dra. Sanghavi. “Eso, en sí mismo, puede ayudar a mantener el IBS bajo control”.
Reducción del dolor
En casos graves de IBS, se puede recetar a los niños medicamentos ansiolíticos o anticonvulsivos para ayudar a calmar los síntomas mientras aprenden técnicas de TCC. Un médico especialista en medicina para el dolor también puede recetarle medicamentos para ayudar a combatir el dolor abdominal para que su hijo pueda permanecer en la escuela y en las actividades.
Se estima que entre el 6 % y el 14 % de los adolescentes experimentan síndrome del intestino irritable, y el estrés puede desencadenar los síntomas. Obtenga más información sobre los signos del IBS de un experto de @Childrens.
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