Desde su nacimiento, Amanda fue una niña perfectamente saludable. Durante 13 años, conoció y disfrutó de todo lo que una niña se merece: amistades, escuela y deportes. En ningún momento hubo indicios de que Amanda pudiera tener una cardiopatía.
En agosto de 2016, cuando Amanda ingresó al séptimo grado, esperaba formar parte del equipo de voleibol de su escuela. Las pruebas se realizaron el segundo día de clase por la mañana. Las 80 chicas que se probaron calentaron juntas e hicieron un breve simulacro antes de que los entrenadores las llamaran.
A las 7:47 a. m., Amanda dio un paso hacia atrás y se desplomó.
Cómo un DEA le salvó la vida a Amanda
La respuesta del personal de entrenamiento y la administración escolar fue inmediata. Dos de los entrenadores de voleibol le tomaron el pulso a Amanda. Cuando no pudieron localizarlo, inmediatamente comenzaron a realizar RCP. Otra persona corrió a buscar el DEA (desfibrilador externo automatizado), ubicado justo a la salida del gimnasio, mientras alertaba al director de la escuela.
El director colocó las almohadillas del DEA en el pecho de Amanda y permitió que la máquina controlara su corazón. Más tarde, los médicos descubrieron que Amanda había padecido FV (fibrilación ventricular), una arritmia cardíaca importante. El DEA indicó que había que realizar una descarga, que el director administró inmediatamente. Afortunadamente, la descarga hizo que Amanda recuperara el ritmo cardíaco. Los entrenadores continuaron con la RCP hasta que Amanda volvió a respirar. Habían pasado seis minutos desde que se había desplomado. La ambulancia tardó otros 10 minutos en llegar para llevar a Amanda al departamento de urgencias.
“Si no hubiese estado en la escuela, habría muerto”, dice Jan, la madre de Amanda. “Si no hubiera DEA, habría muerto”.
Atención para el corazón de Amanda
Inicialmente, los padres de Amanda no sabían lo grave que era la situación. “Nos acababan de decir que se había desmayado y que había paramédicos en el lugar”, cuenta Jan. “Pensé que quizás era el estrés de las pruebas. Hasta que los paramédicos volvieron del hospital, no supimos que, en realidad, el corazón le había dejado de latir”.
Después de estabilizarse, Amanda fue trasladada a Children's Health℠. En cuanto la llevaron del departamento de urgencias a su habitación, el equipo de especialistas de Amanda estaba listo para ayudarla.
“Todo estuvo perfectamente sincronizado”, dice Jan. “Aunque todo tenía que suceder rápido para Amanda, entre las pruebas y la cirugía, nos mantuvieron informados minuto a minuto. No quedó ninguna pregunta sin responder”.
El equipo trabajó incansablemente para garantizar que Amanda estuviera estable y segura. Una residente, Sara, estuvo todo el tiempo al lado de Amanda.
A lo largo de tres días, Amanda se sometió a una serie de pruebas para evaluar su corazón, incluido un ecocardiograma y una IRM. En su segundo día en Children's Health℠, Amanda se sometió a una cirugía para insertar un DCI (desfibrilador cardioversor implantable), un dispositivo que realiza un seguimiento de la frecuencia cardíaca de Amanda y que puede restaurar un ritmo normal, si es necesario. Después de la cirugía, Amanda pasó un día más recuperándose antes de irse a casa.
Amanda sigue adelante con nuevos sueños
Aún se desconoce la causa exacta de la arritmia de Amanda. Sin embargo, se recuperó completamente del episodio y, casi dos años más tarde, no ha habido más daños en su corazón.
Amanda sigue teniendo citas de seguimiento. El DCI controla su ritmo cardíaco, y envía comentarios regulares a su equipo de atención para realizar un seguimiento de cualquier irregularidad. Gracias al monitoreo domiciliario, Amanda no tiene que hacer consultas con el médico para controles frecuentes. En cambio, solo deberá ir si el equipo encuentra un problema, lo cual, afortunadamente, aún no ocurrió. En algún momento, un enfermero llamó a Jan para hacerle saber que había detectado un episodio de frecuencia cardíaca elevada.
“Lo rastreamos y descubrimos que sucedió cuando Amanda estaba en una casa embrujada”, dice Jan.
Aunque Amanda pudo volver al voleibol, su verdadero amor, hubo restricciones en su actividad física. No puede participar en el acondicionamiento y tiene que usar un Fitbit para llevar un registro de su frecuencia cardíaca durante la actividad física. Sin embargo, está realizando estas modificaciones con calma, y optó por competir en salto con pértiga con el equipo de atletismo.
“No puede correr, pero es una forma de que siga participando en un equipo con sus amigos”, dice Jan. “Sabemos que hay modificaciones que deben hacerse si una actividad tiene un impacto tal que podría desactivar su dispositivo o si es demasiado agotadora para ella, pero estamos trabajando en ello”.
Aunque la FV implicó restricciones en la vida de Amanda, ella ha encontrado nuevas formas de redirigirla. Su nuevo objetivo es asistir a la facultad de derecho. También está buscando formas de ayudar y animar a otros deportistas jóvenes que tuvieron FV, principalmente a través de la organización sin fines de lucro Living for Zachary.
“Ella misma estableció estos objetivos y sueños, y la apoyamos 100 %”, dice Jan. “Es muy difícil, porque su vida cambió en un minuto. Pero está decidida, y estamos orgullosos de ella”.
Obtener más información
El reconocido equipo de cardiólogos pediátricos y subespecialistas del Centro para el corazón de Children's Health trata todo el espectro de problemas cardíacos, con un compromiso con la excelencia. Obtenga más información sobre nuestros tratamientos y servicios.
¡Gracias!
Ahora está suscrito al boletín familiar de Children's Health.
Children's Health no venderá, compartirá ni alquilará su información a terceros. Lea nuestra Política de privacidad.