Signos de depresión en niños

¿Su hijo parece inusualmente triste, irritable o callado últimamente? Estos cambios en el estado de ánimo podrían deberse a un estrés temporal en la vida. Pero ¿cómo saber si es algo más? Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la cantidad de niños con depresión y ansiedad ha aumentado con el tiempo, y el 3.2 % de los niños de entre 3 y 17 años tienen un diagnóstico actual de depresión.

Tipos de depresión y trastornos del estado de ánimo en los niños

Los niños pueden experimentar diferentes tipos de depresión y trastornos del estado de ánimo. Un profesional de salud mental con licencia puede proporcionar un diagnóstico basado en los síntomas del niño y recomendar el mejor tratamiento.

Los tipos más comunes de depresión y trastornos del estado de ánimo en los niños incluyen los siguientes:

• Trastorno depresivo mayor (TDM): También llamado “depresión mayor”, el TDM se diagnostica cuando un niño experimenta depresión grave o intensa que dura más de dos semanas.
• Trastorno depresivo persistente (TDP): También llamado “distimia”, un niño con TDP experimenta síntomas más leves de depresión, pero que duran más tiempo (más de un año en los niños, dos años en los adultos).
• Trastorno de adaptación con estado depresivo: Este diagnóstico describe el estado depresivo que se desarrolla en los 3 meses posteriores a un acontecimiento triste o estresante, como la muerte de un familiar o la separación de los padres. Algunas dificultades de adaptación son normales y esperables en los niños; este diagnóstico solo se da si las dificultades son desproporcionadas con respecto al acontecimiento desencadenante e impiden el funcionamiento cotidiano.
• Trastorno afectivo estacional (TAE): El TAE es una forma de TDM con un patrón estacional. Los niños con esta forma de depresión tienden a experimentar síntomas principalmente cuando las horas de luz diurna son más cortas, como ocurre durante los meses de invierno en el hemisferio norte.
• Trastorno bipolar: Un diagnóstico de trastorno bipolar describe períodos episódicos de manía (estado de ánimo eufórico o irritable persistente junto con un aumento de los comportamientos dirigidos a objetivos, presentes la mayor parte del día, casi todos los días durante al menos una semana) que alternan con períodos episódicos de depresión. El trastorno bipolar es poco frecuente en los niños. Los arrebatos de ira repentinos no son trastorno bipolar.
• Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (TDDEA): El TDDEA se diagnostica cuando un niño mayor de 6 años muestra un patrón duradero e intenso de irritabilidad, agresividad, ira, rabietas intensas y arrebatos frecuentes. El estado de ánimo del niño es de irritación o enojo persistente la mayor parte del día, casi todos los días, incluso entre arrebatos, y permanece así durante más de un año.

¿Cuáles son los factores de riesgo de la depresión infantil?

Es importante que los padres y cuidadores comprendan los factores de riesgo de la depresión en los niños, que pueden incluir ansiedad, antecedentes familiares de trastornos mentales, los cambios hormonales de la pubertad y los factores estresantes de la vida.

“La ansiedad crónica es uno de los factores de riesgo más comunes que vemos para la depresión en los niños”, explica Alice Ann Holland, Ph. D., ABPP (Junta Estadounidense de Psicología Profesional), directora de investigación del Servicio de Neuropsicología en Children's Health℠ y profesora adjunta en UT Southwestern. “Me refiero a ansiedad que no se ha diagnosticado o tratado adecuadamente durante meses o años, lo que hace que los niños se desgasten emocionalmente con el tiempo”.

Los factores de riesgo de la depresión infantil pueden incluir factores estresantes de la vida, como los siguientes:

• cambiarse a una nueva escuela
• conflictos en el hogar
• lidiar con acoso escolar, ya sea presencial o en redes sociales
• afrontar problemas médicos
• separación o divorcio de los padres
• inicio escolar

Además de los factores estresantes de la vida antes mencionados, los adolescentes también pueden enfrentarse a las siguientes situaciones que pueden desencadenar depresión:

• estrés académico, especialmente relacionado con las admisiones universitarias
• presión por el rendimiento atlético
• relaciones románticas, incluidas las relaciones negativas y las rupturas
• falta de sueño

¿Mi hijo está deprimido?

Los síntomas de la depresión pueden variar en los niños y son diferentes de un cambio temporal en el estado de ánimo o la tristeza. Si su hijo muestra signos de depresión que duran más de dos semanas, o si los síntomas parecen aparecer aproximadamente al mismo tiempo que ciertos factores estresantes (como los exámenes) o en ciertos momentos de la semana (como los domingos por la noche antes de que comience la semana escolar), la ansiedad o la depresión pueden ser la causa.

Signos de depresión en niños

Los signos de la depresión en niños menores de 12 años pueden incluir los siguientes:

• disminución de interés por las actividades favoritas
• dificultad para iniciar o mantener relaciones sociales
• sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso
• ausencias frecuentes de la escuela o un descenso repentino de las calificaciones
• síntomas físicos sin causa médica
• tristeza o llanto frecuente
• desesperanza
• bajo nivel de energía
• baja autoestima
• Aumento de la irritabilidad
• aumento de la frecuencia o intensidad de las rabietas (en los niños más pequeños)
• cambio importante en los patrones de alimentación o sueño
• temor o preocupación obsesiva por la muerte
• aislamiento social
• hablar de huir de casa o intentarlo
• pensamientos o expresiones de suicidio o comportamiento autolesivo
• Problemas para concentrarse

Signos de depresión en adolescentes

Los signos de depresión en adolescentes de 13 a 18 años pueden incluir todo lo anterior, más los siguientes:

• mayor interés en temas relacionados con la muerte
• aumento de los comportamientos de riesgo
• sentimientos de culpa excesivos o inapropiados
• sentimientos de inutilidad o autodesprecio
• consumo de sustancias
• impaciencia
• dificultad para tomar decisiones

La Dra. Holland observa que suelen pasarse por alto dos signos de depresión en los niños. Uno de esos signos es el aumento de la irritabilidad. “Las personas a menudo asocian la depresión con la tristeza, pero los niños y adolescentes pueden simplemente mostrar mayor irritabilidad en lugar de signos evidentes de tristeza, como el llanto”, dice. Es normal que a veces los niños estén irritables, por ejemplo, cuando están demasiado cansados, estresados o no se sienten bien. Pero si su hijo ha estado inusualmente impaciente o de mal humor durante semanas o meses, esto podría ser un signo de depresión.

El otro signo de depresión que se suele pasar por alto en los niños son los síntomas psicosomáticos, es decir, problemas de salud, como dolores de cabeza o de estómago, que no tienen una causa física. Una vez más, es normal que los niños ocasionalmente no se sientan bien. Sin embargo, “si el enfermero de la escuela dice que su hijo tiene dolor de estómago todos los días durante la clase de matemáticas, eso podría ser una señal de alerta”, dice la Dra. Holland.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si tiene depresión?

Los medicamentos pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes, y están especialmente indicados en casos de depresión grave. “Si un niño está demasiado deprimido como para hacer terapia, los medicamentos pueden ayudar a iniciar la interacción y hacer que se involucre mejor con la terapia y se beneficie de ella”, dice la Dra. Holland. Sin embargo, a los padres les puede resultar tranquilizador saber que no siempre es necesario tomar medicamentos para tratar la depresión en los niños.

Los estudios han demostrado que, en la mayoría de los casos, el tratamiento es tanto o más eficaz que los medicamentos solos a la hora de tratar la depresión en niños y adolescentes. La terapia cognitivo-conductual, o TCC, es un tipo de terapia común que, según ha demostrado la investigación, es eficaz para el tratamiento de la depresión infantil. Para niños muy pequeños o con habilidades lingüísticas limitadas, la investigación indica que la terapia de juego es el enfoque preferido.

Si le preocupa que su hijo pueda estar experimentando síntomas de depresión, considere los siguientes pasos para ayudar:

• Comience por hablar con su hijo: Pregúntele regularmente cómo se encuentra en todos los aspectos de su vida. “Establezca una comunicación abierta con su hijo antes de tener cualquier preocupación, de modo que si surgen problemas, se sienta cómodo hablando con usted sobre lo que está pasando”, dice la Dra. Holland. Aun así, si tiene alguna preocupación, no suponga que su hijo se lo dirá si se siente deprimido. Los niños pequeños, en particular, tienen dificultades para expresar sus sentimientos. Los adolescentes pueden sentirse avergonzados por tener que reconocer sentimientos de depresión. Con los niños de todas las edades, los padres deben transmitir su preocupación y hacer preguntas de manera cariñosa y comprensiva.
• Involucre a otros adultos: Hable con los maestros, entrenadores y cualquier otra persona que trabaje regularmente con su hijo. Pregúnteles si han notado algún cambio en el estado de ánimo o el comportamiento de su hijo. Pídales que supervisen a su hijo y le informen sobre cualquier comportamiento fuera de lo común.
• Consulte a un profesional de salud mental: Puede ir solo a reunirse con un profesional de la salud mental, como un psicólogo de la escuela, un consejero, un terapeuta o un psiquiatra, para hablar de sus preocupaciones sobre su hijo. Al hablar con usted, este especialista puede ayudarle a discernir si su hijo está lidiando con ansiedad crónica, con un factor estresante temporal de la vida, si muestra un comportamiento normal para su edad o si presenta síntomas de depresión. Esta conversación inicial debería ayudar a orientar la decisión de si su hijo debe ser evaluado (con terapia o medicamentos) por ese especialista o por otro profesional de la salud mental (ya que no todos los profesionales de la salud mental realizan evaluaciones).

¿Mi hijo necesita orientación?

Para saber cuándo buscar orientación para su hijo, los padres deben buscar cambios perceptibles en el comportamiento, como disminución del interés en actividades divertidas, aislamiento social o declaraciones como “Ya no quiero vivir”. Un profesional de la salud mental puede ayudar a su hijo a procesar estos sentimientos y proporcionar un diagnóstico adecuado.

Si no está seguro de si su hijo necesita orientación por depresión, hable con un médico sobre los síntomas del niño. Los adolescentes, en particular, tienen alto riesgo de actuar impulsados por los sentimientos de depresión y pensamientos suicidas, por lo que los padres deben buscar ayuda profesional antes de que esos pensamientos y sentimientos se intensifiquen.

La Dra. Holland observa que los adolescentes pueden resistirse a la terapia y a la orientación, y recomienda involucrarlos en el proceso. Para esto, usted puede preguntarle a su hijo si tiene preferencias por un proveedor (p. ej., hombre o mujer, joven o mayor) y escuchar sus comentarios. Recomiende a su hijo que sea paciente al comienzo de la orientación, ya que puede llevar algunas sesiones desarrollar una relación terapéutica. Sin embargo, si después de algunas sesiones queda claro que su hijo no se siente cómodo con ese proveedor, puede buscar un nuevo terapeuta. Pregúntele a su hijo qué hizo y qué no le gustó de ese terapeuta, ya que esto puede orientarlo en su búsqueda de un nuevo proveedor.

¿Quién puede tratar la depresión en niños?

Diferentes tipos de profesionales de la salud mental pueden ayudar a su hijo si tiene síntomas de depresión. Entre los profesionales con maestría y licencia en el estado de Texas se incluyen terapeutas matrimoniales y familiares (LMFT), consejeros profesionales (LPC) y trabajadores sociales (LCSW). Los profesionales de salud mental de nivel doctoral incluyen psicólogos (Ph. D. o Psy. D.) y psiquiatras (M. D. o D. O.). Estas abreviaturas después del nombre de un proveedor le indicarán qué nivel de formación tiene.

Los psiquiatras suelen proporcionar medicamentos en lugar de tratamiento semanal, aunque algunos ofrecen ambos. Es importante saber que las investigaciones demuestran que los medicamentos solos son menos eficaces que una combinación de medicamentos más terapia. Sin embargo, los casos leves de depresión pueden no requerir ningún medicamento, solo terapia/orientación. Un proveedor de salud mental con licencia puede ayudar a determinar el mejor tratamiento para su hijo.

La seguridad de su hijo es su máxima prioridad

Si su hijo pequeño o adolescente tiene comportamientos que le preocupan por su seguridad inmediata, como hablar de planes de suicidio u otras formas de autolesión, llévelo de inmediato a la sala de urgencias más cercana o llame al 911. La seguridad de su hijo es la máxima prioridad. En estas situaciones, debe guiarse por la filosofía de “es mejor prevenir que curar”.

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