El nuevo corazón de Abby le da una segunda oportunidad


Abby tenía solo 12 años cuando un presunto virus estomacal la envió a la sala de urgencias en el hospital local de Waxahachie.

“Me empezó a doler mucho el estómago y, al día siguiente, empecé a vomitar”, dice Abby. “Estaba nerviosa y no entendía qué pasaba”.

Poco después, trasladaron a Abby en ambulancia al Centro médico Children’s de Dallas. Dice que no recuerda el viaje, solo la mirada de miedo en los ojos de su madre durante el recorrido hacia el norte por la I-35.

Atención experta para la miocardiopatía

Una vez que llegó a Children's Health℠, los médicos realizaron pruebas adicionales y, poco después, descubrieron que el tejido alrededor del corazón de Abby se había infectado. Esto hizo que el corazón se agrandara de manera anormal y dificultara el llenado y bombeo de sangre, una afección conocida como miocardiopatía.

A la mañana siguiente, Abby se sometió a una cirugía a corazón abierto para colocar un DAV (dispositivo de asistencia ventricular) que ayudaría al corazón a bombear sangre por todo el cuerpo. Abby dice que tener el DAV dentro del pecho le generaba una sensación extraña, pero el equipo le enseñó rápidamente cómo funcionaba y la importancia que tenía para mantenerla sana. Lo llamó “Pinkie” en honor al personaje de los dibujos animados y su color favorito. Después de recuperarse en el hospital, Abby regresó a casa, y la controló de cerca el equipo del Centro para el corazón de Children's Health℠.

Abby sufrió hemorragias nasales ocasionales debido a las complicaciones de su DAV, que requirieron visitas a la sala de urgencias para recibir atención médica. No obstante, seguía disfrutando la sensación de independencia que sentía al volver a casa, lo que solo era posible debido al dispositivo médico que ayudaba a su corazón.

Abby encuentra apoyo a través del proceso de trasplante

Durante los cuatro meses que siguieron, el cardiólogo de Abby intentó reducir la configuración del DAV para ver si su corazón podía bombear sangre adecuadamente por todo su cuerpo por sí solo, pero poco después, determinó que se estaba volviendo demasiado arriesgado y que era hora de considerar un trasplante de corazón. Fue una conversación sensible para todos.

“Mi madre convocó una reunión familiar”, cuenta Abby. “Mis padres lloraban, a mi hermano se le llenaron los ojos de lágrimas y yo estaba muy nerviosa, pero llamamos a mi médico y le dijimos que queríamos seguir adelante con el proceso de trasplante”.

Se añadió a Abby a la lista de trasplantes, y esperó poco menos de tres semanas antes de que su padre y su hermano la despertaran en mitad de la noche para hacerle saber que era hora de ir al hospital. Recuerda que, en el camino hacia allí, la superó la emoción, ya que se dio cuenta de que sería la primera vez que regresaba al área de cardiología desde el diagnóstico inicial y la cirugía.

Después de ingresar y prepararse para la cirugía, llevaron a Abby al quirófano, donde un cirujano cardiotorácico realizó la operación de nueve horas de duración para reemplazar su corazón por un corazón donado. Aunque recuerda tener mucho dolor al despertarse de la cirugía, estaba decidida a levantarse y caminar, ya que sabía que era uno de los componentes clave para su recuperación en el hospital.

“Me levantaba dos veces al día para caminar, aunque fuera doloroso”, dice Abby.

Abby pasó la semana siguiente en el hospital recuperándose, y recibió apoyo no solo del equipo del Centro para el corazón, sino también de un equipo multidisciplinario de especialistas de vida infantil, trabajadores sociales y otras personas que la contuvieron como una familia extendida y la ayudaron a sentirse como en casa durante su estadía en el hospital. Solo ocho días después de la cirugía, Abby regresó a casa, feliz de estar de vuelta en su propia habitación y con su familia.

“Cuando vi a mi hermano de nuevo por primera vez después de la cirugía, fue el mejor día de mi vida”, dice Abby.

Abby sale adelante con su nuevo corazón

En la actualidad, Abby tiene 15 años y está muy bien. Dice que la experiencia del trasplante, aunque, por momentos, le resultó aterradora, la hizo más consciente de su salud y de los desafíos que otros también pueden estar enfrentando. Este año, planea probarse en el equipo de baloncesto de su escuela, y cuando sea mayor, espera convertirse en coordinadora de trasplantes, a fin de usar sus experiencias para apoyar a otros niños en caminos similares a los suyos.

“No cambiaría mi experiencia por nada, ya que me enseñó muchas cosas”, expresa Abby.

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El reconocido equipo de cardiólogos pediátricos y subespecialistas de Children's Health trata todo el espectro de problemas cardíacos pediátricos, con un compromiso con la excelencia. Más información sobre el Centro para el corazón.

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