En un momento, la diabetes de tipo 2 se conocía como diabetes de inicio en la edad adulta y la enfermedad rara vez se asociaba con niños. Sin embargo, según estudios recientes, el número de niños y adolescentes diagnosticados con diabetes de tipo 2 está en aumento. ¿El culpable? Otra afección que también está en aumento en los niños: la obesidad.
La diabetes de tipo 2 se produce cuando el cuerpo no usa la insulina correctamente y no puede mantener los niveles de azúcar en sangre normales. La diabetes de tipo 1, que generalmente se diagnostica en niños y adultos jóvenes, se produce cuando el cuerpo no produce insulina y se suele considerar un trastorno autoinmunitario.
“Los padres a menudo sienten alivio cuando descubren que su hijo tiene diabetes de tipo 2 y no diabetes de tipo 1, el tipo de diabetes que denominan “la grave y aterradora”, afirma la Dra. Olga Gupta, endocrinóloga pediátrica y directora médica de Children's Health℠ e investigadora del Touchstone Diabetes Center en UT Southwestern. “Pero la diabetes de tipo 2 es una enfermedad grave que, al igual que el tipo 1, puede causar efectos secundarios de por vida y riesgos para la salud, como problemas renales, enfermedades nerviosas, problemas de visión y problemas cardíacos”.
La buena noticia es que la diabetes de tipo 2, a diferencia del tipo 1, es evitable. El ejercicio regular y una dieta saludable pueden reducir el riesgo del niño de desarrollar esta afección de por vida.
El peso, y dónde está, importa
Los niños, como los adultos, tienen diversas formas y tamaños. Eso significa que el peso saludable también varía. No se puede saber si el niño tiene sobrepeso con solo mirarlo, pero las investigaciones han demostrado que las personas que tienen más peso en la parte media tienen un mayor riesgo de diabetes. Una forma de identificar posibles problemas de peso es con el índice de masa corporal (IMC), una herramienta de detección que utiliza la relación altura-peso para calcular cuánta grasa corporal tiene una persona.
Un IMC alto aumenta el riesgo de desarrollar afecciones de salud graves, incluida la diabetes de tipo 2. Sin embargo, unos cambios simples en el estilo de vida pueden tener un gran impacto en la prevención de esta enfermedad.
“El ejercicio y la dieta son las formas más importantes de prevenir la obesidad y prevenir y tratar la diabetes de tipo 2”, afirma la Dra. Gupta. “Si su hijo tiene diabetes de tipo 2, el tratamiento puede requerir medicamentos junto con ejercicio y dieta, pero ser activo y tomar buenas decisiones nutricionales es clave para mantener a los niños sanos”.
Beneficios del ejercicio
Los niños no tienen que formar parte de un equipo que juega en un campo o en una cancha durante horas cada semana para cosechar los beneficios del ejercicio. Jugar un poco a “Las traes” después de la cena o una caminata diaria por el vecindario pueden tener un impacto positivo en la salud. Ya sea que forme parte del estilo de vida familiar para prevenir problemas de peso y diabetes o parte del tratamiento de la diabetes, el ejercicio regular:
- reduce la glucemia incluso sin medicamentos.
- quema calorías y grasas adicionales para ayudar a controlar el peso.
- mejora la presión arterial.
- aumenta la energía.
- ayudar a manejar el estrés.
Algunos niños necesitan motivación para moverse. Hacer que el ejercicio sea una parte divertida de las actividades de la familia puede ser toda la motivación que necesiten:
- Paseen al perro.
- Vayan en bicicleta hasta la biblioteca o almacén cuando puedan.
- Exploren senderos o los diferentes vecindarios de su ciudad.
- Jueguen juegos activos, como las escondidas y capturar la bandera.
- Incluya a los amigos de su hijo.
- Haga un seguimiento del progreso de todos.
Si el niño tiene diabetes, hable con su médico sobre cómo el ejercicio afecta los niveles de azúcar en la sangre y con qué frecuencia debe controlarlos.
La importancia de una dieta saludable
Mantener a su familia saludable y controlar la diabetes requieren una nutrición saludable. Elija alimentos de alta calidad que aporten un valor nutricional: carnes magras, cereales integrales y muchas frutas y vegetales frescos. También sustituya las bebidas azucaradas por agua y limite los alimentos fritos y dulces.
También es importante cuánto come el niño. Las porciones de alimentos han incrementado en los EE. UU., lo que facilita que todos coman más de lo que necesitan. Comer cantidades saludables y ser consciente de la saciedad son buenos hábitos alimenticios que ayudan al niño a mantener un peso saludable.
Hacer cambios en el estilo de vida puede ser difícil para un niño. Afortunadamente, el ejercicio y la alimentación saludable son buenos para todos. Compren y cocinen alimentos saludables en conjunto y hagan actividades en familia para que todos tengan un estilo de vida saludable. Si sospecha que el niño tiene síntomas de diabetes, consulte a su pediatra o a un especialista en Endocrinología.
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Averigüe cómo los expertos en Endocrinología de Children's Health ayudan a diagnosticar y tratar la diabetes en niños de todas las edades.
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