Como sobreviviente de una cardiopatía congénita, Carrie nunca esperaba estar del otro lado de la relación paciente-cuidador. Pero cuando su hija nació con la misma afección cardíaca, encontró apoyo continuo en los expertos de Pediatric Heart Specialists, del Centro para el corazón de Children's Health℠.
Una infancia no limitada por la cardiopatía congénita
Poco después de que Carrie naciera en Tyler, Texas, se le diagnosticó transposición de las grandes arterias, una anomalía cardíaca poco frecuente y grave. La trasladaron al Centro médico Children’s de Dallas, donde el Dr. Penn Laird, padre, le realizó una septostomía auricular con balón. Siete meses más tarde, se sometió a una cirugía a corazón abierto.
Cuando era pequeña, el corazón de Carrie no la frenaba. Incluso recuerda sus citas anuales de cardiología con cariño, como días divertidos en los que podía salir de la escuela y pasar tiempo con sus padres.
“Mi afección cardíaca nunca fue algo aterrador, y tuve mucha suerte porque no tenía ningún tipo de limitación”, explica Carrie. “Podía jugar y hacer ejercicio, incluso me convertí en corredora”.
Cuando Carrie empezó a asistir a la universidad en Denton, Texas, necesitaba un cardiólogo de la zona para las citas de seguimiento. Empezó a ver al Dr. Laird, fundador de Pediatric Heart Specialists y el mismo cardiólogo que le había realizado la septostomía auricular cuando solo tenía un día de vida. “Escribía largas cartas a mi familia, haciéndoles saber cómo me estaba yendo”, recuerda Carrie.
Finalmente, Carrie empezó a ver al hijo del Dr. Laird, el Dr. Penn Laird II, cardiólogo de Pediatric Heart Specialists, aproximadamente cada dos años para recibir atención. Después de casarse con Brant, Carrie comenzó la conversación con el Dr. Laird II sobre la posibilidad de un embarazo y su salud cardíaca. Las pruebas demostraron que el corazón de Carrie era fuerte y no sería un problema que Carrie y Brant formaran su familia.
Al bebé de Carrie se le diagnostica una anomalía cardíaca
Cuando Carrie quedó embarazada, armó su equipo de atención, lo que implicaría ver al Dr. Laird II cada trimestre para control. Pero, cuando estaba embarazada de cinco meses, una ecografía de nivel 2 reveló una sorpresa y el peor miedo de Carrie: el corazón de la bebé presentaba una anomalía.
“Llamaron de inmediato al Dr. Laird, y él dijo que fuera directamente a su consultorio”, recuerda.
Un ecocardiograma fetal confirmó que la bebé tenía transposición de las grandes arterias, la misma cardiopatía congénita que Carrie tenía cuando nació.
“Recuerdo que pensé: ‘¿Cómo pudo suceder esto?’. Se suponía que la anomalía no era genética y, en ese momento, fue realmente abrumador y conmocionante”, dice Carrie.
Mientras Carrie luchaba por comprender las noticias, recuerda hacer la pregunta que tantas madres hacen cuando algo le sucede a su hijo: ¿Fue por algo que ella hizo?
“Recuerdo que el Dr. Laird me dijo inmediatamente que no era por nada que yo hubiese hecho. Fue difícil, pero fue reconfortante”, dice.
Durante el resto del embarazo, Carrie trabajó con sus equipos de atención para controlar de cerca el crecimiento del bebé. Debido a la hipertensión arterial, Carrie tuvo que hacer reposo en el hospital durante el último mes de embarazo. Durante ese tiempo, el Dr. Laird II y sus enfermeros iban a ver a Carrie con frecuencia, para dar apoyo a medida que se acercaba el nacimiento de su bebé.
“Siempre vamos a priorizar a nuestros pacientes y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para asegurarnos de que se sientan lo mejor posible con la situación”, explica el Dr. Laird II. “Parte de eso es estar disponibles cada día y compartir palabras positivas de aliento. Eso es una gran parte de ser médico y brindar atención a un paciente”.
Tratamiento de la anomalía cardíaca de Caroline
Caroline nació la mañana del 4 de octubre de 2018. Inmediatamente después del nacimiento, el Dr. Laird II realizó una septostomía auricular con balón, el mismo procedimiento que su padre le había realizado a Carrie después del nacimiento. Ingresaron a Caroline en la UCIN (unidad de cuidados intensivos neonatales) y solo unas horas más tarde, Carrie pudo ver a su bebé.
“Fue muy conmovedor verla después”, dice Carrie. “Recuerdo que la miraba y solo le decía que lo sentía mucho. Es muy difícil ver que tu hijo pasa por eso y sentir que no puedes hacer nada para ayudarlo”.
Caroline pasó el mes siguiente en la UCIN recuperándose y fortaleciéndose. Luego, al cumplir un mes de vida, Caroline recibió la autorización para irse a casa.
La bebé Caroline prospera
Desde que se fue a casa, Caroline no solo está sobreviviendo, sino que está prosperando.
“Es un verdadero regalo, y creo que es un recordatorio diario de que si la vida nos plantea desafíos, eso no nos define”, dice Carrie.
“Con su anomalía cardíaca específica, la historia de Carrie y Caroline es bastante poco frecuente”, explica el Dr. Laird II. “Es genial que a Carrie le haya ido tan bien, y me alegra a que Caroline también”.
Durante todo este proceso, Carrie ha apreciado el nivel personal de apoyo, empatía y ánimo que ha recibido de su equipo de atención. Le gusta compartir fotos a medida que Caroline crece y se siente tranquila al tener un nivel de atención experto cerca para ella y su hija.
“Espero que esto no limite a Caroline y que tenga una infancia sana y feliz”, dice Carrie. “Es lo único que queremos, pero si sucede algo, sé que estamos en buenas manos”.
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