Juan es un niño juguetón al que le encanta el aire libre y todo tipo de comidas, en especial, las frutas y el espagueti. Pero alimentarlo no siempre fue fácil para su mamá, Claudia.
Noticias inesperadas
Cuando Claudia estaba embarazada de 36 semanas, una ecografía de rutina reveló labio leporino y fisura palatina.
“Estaba triste y muy preocupada”, comenta Claudia. “No sabía lo que significaba el diagnóstico. Me preguntaba qué había hecho mal para causarlo”.
Después de su nacimiento, Juan pasó 15 días en un hospital local. Claudia lo alimentó con un biberón especial en casa que tenía cortes más anchos en la tetina, ya que Juan no tenía una succión adecuada y no podía coordinar para controlar completamente el flujo.
“Fue difícil porque la leche se volcaba y él se ahogaba”, recuerda.
En busca de la mejor atención
Claudia llevó a Juan a un hospital pediátrico vecino, pero, finalmente, no sintió que ese fuera el lugar para él. Después de investigar otras opciones, Claudia encontró el Centro Fogelson de cirugía plástica y craneofacial de Children's Health℠, donde un equipo multidisciplinario se especializa en procedimientos de labio leporino y fisura palatina.
“Cuando vi las imágenes del antes y el después en el sitio web de Children’s, me sentí mejor y me di cuenta de que iba a superar esto”, dice Claudia.
Los expertos de Children's Health℠ evaluaron a Juan a los 3 meses de edad. El labio leporino unilateral y la fisura palatina de Juan incluían la base de la nariz, los labios, las encías y el paladar. Se realizó un procedimiento por etapas para reparar el labio de Juan. El primer paso, el moldeado nasoalveolar, permite al equipo lograr mejores resultados funcionales y estéticos. A Juan le colocaron una placa de moldeado hecha a medida, que guio el crecimiento de sus huesos faciales para reducir el espacio en las encías.
Cuando Juan tenía 6 meses, se sometió a la reparación final del labio, que implica diferentes tipos de tejido: piel, músculo y cartílago. Aunque la cirugía no suponía un gran riesgo para la vida de Juan, era compleja y definiría su aspecto.
Seis meses después, la reparación del paladar de Juan había concluido. Comenzó con la parte del paladar móvil en la porción posterior y luego creó una barrera entre el labio y la nariz de Juan. La reparación del paladar conlleva el riesgo de una fístula, u orificio, en el paladar, y el riesgo de que Juan no hable bien debido al exceso de aire que pasa por la nariz.
Juan se someterá a unas seis cirugías antes de los 21 años. Mantener las cirugías a un nivel mínimo razonable puede ser un desafío. El objetivo es mantener todo encaminado y avanzar.
“Me ayudaron en todo”
Claudia está sumamente feliz con los resultados y con haber elegido a Children’s para la atención de Juan. Dice que el enfoque de equipo le permitió atravesar los momentos difíciles.
“Las cirugías marcaron una gran diferencia”, dice Claudia. “Todo el mundo fue increíble y me ayudó en todo, desde la alimentación hasta la cirugía y la recuperación”.
Juan se somete a una evaluación por año mientras esperan a que hable con más frecuencia para analizar si necesita terapia del habla. Juan tiene un excelente pronóstico y se desempeña igual que otros niños de su edad.
En todo este proceso, Claudia dice que Juan se mantuvo feliz y activo. Uno de sus momentos favoritos es cuando el niño de 2 años muestra su nueva sonrisa.
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El Centro Fogelson de Cirugía Plástica y Craneofacial del Children's Health brinda diagnósticos y tratamientos para niños de cualquier edad con alguna necesidad de reconstrucción. Obtenga más información sobre nuestros programas y servicios.
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