Manuel recuerda el momento en que se dio cuenta de que su bebé nacida con labio leporino y fisura palatina iba a estar bien.
“Ni bien conocimos a su cirujano, supimos que estaba en las mejores manos posibles”, dice Manuel.
El Dr. James Seaward, cirujano plástico y craneofacial de Children's Health y profesor adjunto de cirugía plástica y craneofacial pediátrica de UT Southwestern, conoció a Manuel y su esposa, Belinda, después de que una ecografía revelara el labio leporino y la fisura palatina. Su bebé, Wendy, necesitaría una cirugía para repararlos.
“Estábamos muy nerviosos porque sabíamos que nuestra bebé sería muy pequeña durante la cirugía”, dijo Manuel.
Wendy nació con labio leporino del lado derecho completo y fisura palatina submucosa. Tenía un hueco completo en el labio superior hasta la fosa nasal. La fisura palatina submucosa significaba que los músculos de Wendy que elevan el paladar estaban separados y el paladar no funcionaba de la manera más eficiente posible.
Cuando Wendy tenía 4 meses, el Dr. Seaward reconstruyó la fosa nasal y el músculo del labio superior y las partes rojas y blancas de la piel del labio para que su rostro fuera lo más simétrico posible. Los principales riesgos de esta cirugía incluyen problemas de cicatrización y la asimetría en la cara, que provocan una deformidad significativa. Pero la cirugía fue un éxito y Wendy se recuperó rápidamente.
“Estábamos muy contentos de verla después de la cirugía”, dice Manuel. “Nos sentimos felices porque podíamos ver el cambio en su pequeño rostro y labios”.
Ese cambio drástico y su potencial para mejorar la vida de un niño es lo que llevó al Dr. Seaward a especializarse en cirugía plástica pediátrica.
“Reparar un labio leporino cambia completamente las interacciones psicosociales que el niño experimentará a lo largo de su vida”, dice el Dr. Seaward. “Y reparar una fisura palatina le da al niño la capacidad de hablar y ser comprendido”.
“Lo que no sabemos inmediatamente después de la cirugía es si la cicatriz crecerá al mismo ritmo que el resto de la cara, o si necesitará otras cirugías a medida que crezca para mantener la cara simétrica”, explica. “También veremos si las mandíbulas crecen a la misma velocidad, si la mandíbula inferior crecerá más que la superior o si su nariz cambiará con el tiempo hasta el punto en que necesite una cirugía adicional”.
Por ahora, la pequeña de 3 años, que no va a ningún lugar sin su querido osito de peluche, está prosperando y come todo lo que sus padres le ponen delante, según Manuel.
“Wendy es muy cariñosa e inteligente”, dice Manuel. “Le gusta mucho cantar. Puedo decir con toda la confianza del mundo que Children's Health fue el mejor lugar para ella”.
Manuel espera que Wendy siga siendo la niña cariñosa que es ahora y que no deje que nada se interponga en su camino.
“Siempre estaremos 100 % de su lado”.
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