En noviembre de 2018, Sawyer estaba emocionada por su primer partido de fútbol después de un receso de 12 semanas debido a una lesión en la mandíbula. Jugaba al fútbol desde pequeña y estaba entusiasmada por volver a jugar después de su lesión.
Pero durante el juego Sawyer y una oponente saltaron para cabecear la pelota durante un partido y chocaron.
Cuando entró en el auto después del partido, su madre, Mandy, se dio cuenta de que algo andaba mal.
“Sawyer me dijo que le dolía la cabeza y el estómago”, recuerda Mandy. “Sabíamos que algo no andaba bien”.
Un diagnóstico de conmoción cerebral trae incertidumbre sobre el futuro
“Sawyer siguió asistiendo a la escuela, pero para el segundo período, le dolía tanto la cabeza que a menudo tenía que volver a casa temprano”, dice Mandy.
Durante las semanas siguientes, el pediatra de Sawyer supervisó su progreso, pero lamentablemente sus síntomas no mejoraron. Sawyer siguió teniendo dolores de cabeza diarios y tenía enormes dificultades para leer y resolver problemas matemáticos sencillos porque no podía mantener los números en línea.
En enero de 2019, Sawyer y su familia comenzaron a sentirse desanimados porque no veían el fin del problema y temían que no hubiera nada más que se pudiera hacer.
“Con un hueso roto, sabes que va a curarse, pero cuando se trata del cerebro, simplemente nunca lo sabes”, dice Mandy.
La atención especializada para la conmoción cerebral aporta esperanza para la recuperación
Después de informarse sobre sus dificultades, el cirujano ortopédico anterior de Sawyer sugirió que la familia se pusiera en contacto con Scott Burkhart, Psy. D., neuropsicólogo del Andrews Institute for Orthopaedics & Sports Medicine de Children's Health℠, que se especializa en el tratamiento y manejo de las conmociones cerebrales.
Mandy llamó para concertar una cita y se sorprendió al recibir una llamada telefónica del propio Dr. Burkhart solo unas horas después.
“Quería saber más sobre Sawyer. Al instante, me mostró lo bondadoso que era y que realmente se preocupaba por mi hija”, dice Mandy.
Tres días después, Sawyer y su madre viajaron desde su ciudad natal de College Station hasta el Andrews Institute de Children's Health para reunirse con el Dr. Burkhart. Sawyer había completado una prueba inicial de conmoción cerebral antes de la temporada de fútbol, por lo que el Dr. Burkhart pudo comparar su estado actual con los resultados anteriores para determinar el alcance de sus lesiones y cómo tratarlas. Como que Sawyer seguía sufriendo importantes problemas visuales y vestibulares, el Dr. Burkhart y su equipo desarrollaron un programa de terapia física para mejorar su equilibrio y fuerza visual, que también incluía ejercicios específicos para su deporte. Después de algunas sesiones, Sawyer regresó a College Station para continuar con la terapia en casa.
Durante las semanas siguientes, Sawyer continuó con sus ejercicios en casa, y regresó a Plano en febrero para una visita de seguimiento con el Dr. Burkhart. El estrés de la escuela y las actividades extracurriculares parecían exacerbar los síntomas, por lo que ella y el Dr. Burkhart elaboraron un plan para abordarlo.
“El Dr. Burkhart siempre hablaba directamente con Sawyer para asegurarse de que entendía lo que estaba pasando y para que se hiciera responsable de su parte en su propia recuperación”, dice Mandy.
Atención especializada en casa con Teleconcussion
Para marzo, Sawyer se sentía mucho mejor. Sus dolores de cabeza estaban desapareciendo y su comprensión lectora y sus habilidades matemáticas habían mejorado en gran medida. Durante una llamada telefónica para hablar sobre su progreso, el Dr. Burkhart sugirió que utilizaran una nueva herramienta, Teleconcussion, para la última visita de Sawyer antes de que se la autorizara a reanudar sus actividades normales.
Después de descargar la aplicación Visita virtual de Children's Health, Sawyer llamó al Dr. Burkhart utilizando la herramienta Teleconcussion para un examen virtual.
“El Dr. Burkhart entrevistó a Sawyer por videollamada e incluso pudo realizar las mismas pruebas de campo visual que hacía en el consultorio para evaluar el movimiento y el progreso de sus ojos”, dice Mandy. “Sin duda, era más práctico que conducir tres horas hasta Plano para una cita en persona, y pudo autorizarla para las actividades por teléfono”.
En la actualidad, los síntomas de Sawyer han desaparecido por completo y pudo realizar sus exámenes de primer año sin necesidad de adaptaciones especiales. En segundo año, planea jugar al vóleibol, al baloncesto, al atletismo y al golf. Sigue tan motivada como siempre para alcanzar sus objetivos, tanto académicos como deportivos, que ahora incluyen seguir una carrera en terapia física gracias a sus experiencias en Children's Health.
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El Andrews Institute for Orthopaedics & Sports Medicine de Children's Health, el único instituto pediátrico de su tipo en Texas, busca reducir la cantidad de niños que quedan fuera de la práctica por lesiones. Obtenga más información sobre nuestra amplia gama de servicios disponibles para ayudar a los deportistas a mantenerse saludables y mejorar su juego.
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