A pesar de haber nacido cinco semanas antes, Davis parecía un bebé sano y fuerte. Pero poco después de irse a casa, sus padres, Anna y Frankie, notaron que Davis parecía mostrar síntomas de ictericia. Cuando Davis dejó de comer, los recientes padres llevaron a su hijo a una sala de urgencias en Fort Worth.
Esa noche, los niveles de oxígeno de Davis se redujeron rápidamente y sufrió un paro cardíaco. Anna y Frankie se enteraron de que Davis había contraído un virus en el útero. El virus había entrado en el torrente sanguíneo y líquido cefalorraquídeo, y le estaba atacando el hígado.
“Los médicos nos explicaron que, como era un virus y no una bacteria, no había nada que pudieran hacer”, dice Anna. “Su objetivo era proporcionarle cuidados paliativos para ayudarlo a mantenerse vivo mientras el virus avanzara”.
Después de cuatro días, su médico en Fort Worth dijo que Davis estaba entrando en una enfermedad hepática terminal y que necesitaría un trasplante de hígado. Davis tuvo que ser trasladado al Centro médico Children’s de Dallas para recibir apoyo adicional.
Encontrar atención experta para el hígado de Davis
El Dr. Jawahar Jagarapu, neonatólogo de Children's Health℠ y profesor adjunto en UT Southwestern, evaluó a Davis a su llegada. Supervisó la función pulmonar, renal, gastrointestinal, cardíaca y cerebral de Davis para asegurarse de que la infección no se hubiera extendido a otros órganos, lo que podía provocar una falla multiorgánica.
“El Dr. Jagarapu era exactamente el médico que necesitábamos en ese momento”, dice Anna. “Siento que realmente me cobijó y comenzó a enseñarme lo que necesitaría saber para cuidar de Davis”.
“Las historias como la de Davis siempre me recuerdan lo importantes que son nuestras palabras de empatía para los padres en sus momentos más difíciles”, dice el Dr. Jagarapu. “Fue un privilegio formar parte de su equipo de atención”.
Dos semanas después, Davis dio negativo para el virus y abrió los ojos por primera vez desde que acudió al hospital. Aunque Anna y Frankie estaban muy felices, Davis seguía luchando contra los efectos persistentes de la infección, entre ellos, hinchazón abdominal, desequilibrios electrolíticos, niveles elevados de amoníaco en la sangre e incapacidad para respirar por sí solo o aumentar de peso.
Con el tiempo, las enzimas hepáticas y la bilirrubina de Davis comenzaron a aproximarse a los niveles normales, y su equipo de atención se mostró cautelosamente optimista de que su hígado podría regenerarse lo suficiente como para no necesitar un trasplante. Anna y Frankie incluso comenzaron a prepararse para llevarlo a casa.
Sin embargo, una semana después, Davis dio positivo para peritonitis, una infección bacteriana en el abdomen. Aunque la infección se detectó y trató de forma temprana, reveló la extensión del daño hepático: tenía cirrosis, lo que confirmó que necesitaría un trasplante de hígado.
Un nuevo hígado para Davis trae esperanzas
Mientras Davis esperaba un nuevo hígado, el Dr. Dev M. Desai, Ph. D., director de Trasplantes pediátricos de Children's Health y profesor en UT Southwestern, informó a Anna y Frankie qué esperar antes y después de la cirugía de trasplante.
“La operación de trasplante es solo el primer paso en el recorrido del trasplante”, explica el Dr. Desai. “Les explico a las familias que el equipo de trasplante siempre estará a su lado para ayudarlas a atravesar este evento extremo”.
El hígado de Davis tenía tantas cicatrices que corría el riesgo de hemorragia interna grave y daños en el riñón y otros órganos. Sus electrolitos estaban desequilibrados, lo que hacía que su ritmo cardíaco estuviera desincronizado. Necesitó soporte vital y recibió transfusiones de sangre mientras su familia seguía esperando y rezando.
“Fue un período muy tumultuoso, mientras veíamos a Davis cada vez más enfermo y esperábamos a que recibiera un hígado”, dice Anna. “Fue el momento más solitario de mi vida, aunque estaba rodeada de gente y tenía mucho apoyo”.
Después de dos semanas de espera, el Dr. Desai informó a la familia de Davis que había un hígado disponible.
“Nos alegramos por Davis y lloramos de tristeza por la vida perdida y por los corazones rotos de la familia del donante”, recuerda Anna.
Ocho horas después de la llamada del Dr. Desai, Davis, de solo 4 meses, se sometió a la cirugía. A las 5 a.m., después de 6 horas de cirugía, el Dr. Desai informó a Anna y Frankie que la cirugía había ido bien.
“Recuerdo abrazarlo tan fuerte cuando nos dio las buenas noticias”, dice Anna.
Tras un mes de recuperación, y un total de 142 días en el hospital, Davis recibió el alta. Como su familia vive a una distancia significativa del hospital, Anna y Davis permanecieron en un hotel cercano durante las semanas siguientes para ir a los controles. Finalmente, un mes más tarde, Davis pudo volver a casa con su hermano mayor, Jackson.
En casa, Davis comenzó fisioterapia, terapia ocupacional y del habla, y volvió a Children's Health cada dos semanas para visitas de seguimiento durante los cuatro meses siguientes.
Mirar hacia el futuro y retribuir
En la actualidad, Davis está bien. Ya no necesita la sonda de alimentación, cada día se vuelve más fuerte y su familia recientemente celebró un hito que Anna y Frankie llevaban esperando bastante tiempo: ir a ver jugar a los Dallas Cowboys en familia.
“Puede parecer tonto”, dice Anna. “Pero somos fanáticos de los Cowboys desde que tengo memoria, y soñábamos con verlos jugar con nuestros hijos algún día. Durante mucho tiempo, no sabíamos si Davis estaría aquí para verlos con nosotros, así que fue un momento especial para todos”.
Mientras miran hacia el futuro, la familia de Davis está buscando formas de retribuir y ayudar a los demás. Tras ser personalmente beneficiados por el acto desinteresado de la donación de órganos, se comprometen a difundir la concientización sobre la creciente necesidad de registrarse como donantes de órganos a través de Outlive Yourself Foundation.
“Mi hijo hoy no estaría aquí si no fuera por el acto desinteresado de la donación de órganos”, dice Anna. “Estamos eternamente en deuda con la familia del donante de Davis y seguiremos agradecidos hasta el fin de los tiempos por el sacrificio de amor que cambió el curso de su vida”.
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Como uno de los programas integrales de trasplante pediátrico más grande del país, estamos dedicados a la atención centrada en el paciente y la familia, un enfoque que brinda resultados que superan los estándares nacionales. Obtenga más información sobre nuestro programa de trasplantes pediátricos.
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