Una conexión de la infancia lleva a una profesión sentida
Erin Hunter, RN, BSN, se sometió a la primera cirugía a corazón abierto para reparar una cardiopatía congénita conocida como “tetralogía de Fallot” cuando tenía tan solo 9 meses de vida. Su médico la remitió al Centro médico Children's después de que su mamá notara que le faltaba la energía de un bebé típico, en especial, cuando le daba de comer, y sus dedos y labios se ponían azules a veces. Debió someterse a seis cirugías a corazón abierto más antes de llegar a los 11 años de edad.
Aunque enfrentó circunstancias tan difíciles y aterradoras a una edad tan temprana, dice que nunca se sintió realmente asustada.
“Sabía que estaba en buenas manos”, dice. “Recuerdo lo compasivos que eran todos, y me encantaba interactuar con los médicos y enfermeros antes y después de cada cirugía, procedimiento o control”.
Como paciente del Centro médico Children’s, Erin también asistió al Camp Moss, un campamento anual de verano de una semana de duración dedicado específicamente a niños con problemas cardíacos. Hizo amigos para toda la vida que enfrentaban desafíos de salud similares a los de ella, y tuvo aún más oportunidades de conocer a los increíbles enfermeros y médicos que se ofrecían como voluntarios en el campamento cada año. Dice que fueron estas interacciones las que la llevaron a seguir una carrera profesional en enfermería. Y, por supuesto, esa carrera profesional tenía que ser en el Centro médico Children’s.
“Sabía que quería volver porque tuve una conexión muy fuerte durante mis años como paciente”, dice.
Erin obtuvo su título en enfermería en la Universidad Cristiana de Texas y ahora es una de las enfermeras altamente calificadas del Centro para el corazón de Children's Health. Ha estado aquí desde 2013 y cree que sus propios antecedentes le dan una gran perspectiva para brindar la mejor atención a sus pacientes y familias. Sabe que, al compartir su propia historia, puede dar esperanzas a las familias para el futuro de su hijo.
“Sé que, para muchas de nuestras familias, cuando su hijo llega al Centro para el corazón, es inesperado y ciertamente no lo que habían imaginado para él”, dice. “Muchos de nuestros pacientes van a necesitar atención de por vida, y puede ser difícil para nuestras familias sobrellevar o ver más allá de la próxima cita. Estoy agradecida de poder alentarlos con mis propias experiencias como paciente y asegurarles que cuidaremos de su hijo de manera excelente”.
Continúa: “Creo que nunca se trata de ‘nosotros’, sino realmente de todos los demás y de lo que podemos hacer, sea poco o mucho, para tener un impacto y mejorar la vida de nuestros pacientes de alguna manera, tal vez incluso de por vida. Se trata de retribuir”.
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