Hay varias razones por las cuales un niño puede tener problemas para sentarse quieto, seguir instrucciones o prestar atención. A menudo, este comportamiento podría deberse a la edad o al nivel de madurez. Sin embargo, la hiperactividad frecuente o los problemas para concentrarse podrían ser un signo de TDAH trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Entonces, ¿cómo puede saber si su hijo muestra comportamientos normales en la infancia o si presenta síntomas de TDAH? La respuesta depende de la edad del niño, junto con otros factores.
“La mayoría de los niños de 2 a 3 años son hiperactivos e impulsivos, eso es parte del desarrollo normal”, explica la Dra. Catherine Karni, directora médica de Servicios para Pacientes Ambulatorios de Children's Health℠ y profesora de Psiquiatría en UT Southwestern. “Nos preocupa el TDAH en un niño cuando los síntomas se extienden más allá de eso”.
¿Qué es el TDAH?
El TDAH es un trastorno neurológico caracterizado por dificultades con la atención o impulsividad que superan las expectativas normales. A una persona con TDAH le puede resultar difícil mantener la concentración en ciertas situaciones. Algunas personas con TDAH pueden ser impulsivas e inquietas, y les resulta difícil permanecer quietos, pero no siempre es así.
La mayoría de los síntomas del TDAH comienzan en la infancia y se hacen más evidentes cuando el niño comienza la escuela. Un niño con TDAH que demuestra impulsividad y dificultad para permanecer sentado puede volverse menos hiperactivo a medida que crece. Las dificultades para concentrarse y prestar atención también pueden mejorar a medida que el cerebro madura. Sin embargo, los síntomas del TDAH a veces pueden continuar hasta la adolescencia y la edad adulta.
Signos de TDAH en niños
El diagnóstico del TDAH en niños se basa en varios factores, incluidos los niveles de atención y los niveles de actividad. Un niño con TDAH puede tener los siguientes síntomas más allá de lo que la mayoría de los niños de su edad demuestran:
- Dificultad para quedarse quieto
- Dificultad para seguir indicaciones
- Habilidades organizativas y de planificación deficientes
- Interrumpe en el aula (p. ej., hablar, dejar el asiento)
- Es olvidadizo (debido a una atención incoherente)
- Dificultad para mantener las manos quietas
- Comportamiento impulsivo
Los síntomas del TDAH pueden afectar no solo el rendimiento académico del niño, sino también al desarrollo social del niño. Por ejemplo, si el niño no está atento a las sutiles señales faciales o al tono de voz, puede que no reaccione adecuadamente en algunas situaciones sociales. Un niño hiperactivo también puede modificar el comportamiento de sus compañeros o alterar el estado de ánimo del aula.
Los signos de TDAH no se limitan al aula ni a casos particulares. Para cumplir con los criterios de diagnóstico del TDAH, los síntomas deben haber estado en curso durante al menos seis meses y deben interferir en la capacidad funcional de su hijo.
“Tiene que haber pruebas en múltiples entornos; queremos ver un patrón de dificultades que estén afectando a la función durante un período de tiempo, no solo en el contexto de una situación estresante”, explica la Dra. Alice Ann Holland, neuropsicóloga pediátrica certificada por la junta y directora de investigación del Servicio de Neuropsicología en Children's Health y profesora adjunta en UT Southwestern.
Diagnóstico del TDAH en niños
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aproximadamente el 9.4 % de los niños en EE. UU. de entre 2 y 17 años han sido diagnosticados con TDAH a lo largo de su vida. “Hay estudios que muestran que las tasas de diagnóstico están aumentando; sin embargo, no está claro si esto es relativo a una mayor incidencia, o si es debido a una mayor concienciación, por ejemplo, escuelas que implementan medidas de detección”, dice la Dra. Dawn Johnson, directora médica asociada de Children's Health.
La Dra. Johnson destaca que es importante no confundir los signos del TDAH con la inmadurez. “Se debe tener en cuenta el nivel de madurez al evaluar un diagnóstico de TDAH”, afirma. Los pediatras a menudo ofrecen pruebas de detección del TDAH y, si es necesario, pueden derivar a su hijo para una evaluación integral por parte de un pediatra o psicólogo pediátrico del desarrollo para confirmar el diagnóstico.
También es importante saber que el TDAH puede producirse junto con otras afecciones, como el trastorno del espectro autista, la depresión, la ansiedad, los trastornos del aprendizaje y los trastornos del lenguaje. Al mismo tiempo, algunas afecciones, como la depresión, la ansiedad y los traumas, pueden dar lugar a síntomas que parecen TDAH sin que el TDAH esté presente.
“A menudo no está claro cuál es la causa de los síntomas, por lo que una evaluación integral por parte de un médico que tiene experiencia en salud mental de niños puede ser útil para determinar si un diagnóstico de TDAH es adecuado”, dice la Dra. Johnson.
Tratamiento del TDAH en niños
“Aunque no hay ‘cura’ para el TDAH, los tratamientos disponibles pueden ayudar a reducir los síntomas y mejorar el funcionamiento”, dice la Dra. Karni. “El TDAH se trata habitualmente con medicamentos, educación, capacitación, terapia o una combinación de tratamientos”.
Un tratamiento respaldado por la investigación es la modificación de la conducta, que implica que un terapeuta conductual trabaje con el niño para identificar ciertas conductas que deben abordarse. Se puede establecer un sistema de recompensas, como un gráfico de pegatinas o la concesión de privilegios, para alentar al niño a trabajar en el comportamiento. Los padres participan activamente en este proceso, y el terapeuta les enseña cómo reforzar de la manera más efectiva los comportamientos positivos para su hijo.
La coordinación continua de la atención con los maestros y el terapeuta del niño es una parte importante del tratamiento del TDAH. Los padres pueden solicitar servicios y adaptaciones escolares, como un plan 504, para asegurarse de que su hijo reciba el apoyo que necesita para aprender mejor en la escuela.
También hay diferentes medicamentos, tanto “estimulantes” como no estimulantes, que han demostrado reducir los síntomas del TDAH. Estos medicamentos se consideran la primera línea de tratamiento para el TDAH, pero siempre deben complementarse con apoyos e intervenciones conductuales. Los medicamentos para el TDAH pueden tener algunos efectos secundarios, como disminución del apetito y problemas para dormir. Cada niño responde a los medicamentos de manera diferente, así que hable con su médico sobre qué esperar si su hijo comienza a tomar medicamentos para el TDAH.
Con el tratamiento adecuado, los niños con TDAH pueden tener mucho éxito en el tratamiento de los síntomas. Sin embargo, si no se trata, el TDAH puede tener efectos a largo plazo, como una autoestima deficiente, baja moral, malas relaciones, abandono de la escuela, depresión e incluso abuso de sustancias posterior. Es importante que los padres reconozcan los signos y síntomas del TDAH y busquen ayuda si les preocupa.
El diagnóstico del TDAH en niños se basa en varios factores, incluidos los niveles de atención y los niveles de actividad. Sin embargo, es importante no confundir los signos de TDAH con la inmadurez. Los expertos de @Childrens comparten a qué hay que prestar atención.
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