A medida que aumentan las tasas de obesidad en los niños, también está aumentando el número de niños diagnosticados con diabetes tipo 2. Ambas afecciones no solo roban a los niños una buena salud en las primeras etapas de la vida, sino que preparan a los niños para problemas de salud graves cuando son adultos.
La Dra. Olga Gupta, endocrinóloga pediátrica y directora médica del Centro de obesidad y sus consecuencias para la salud (COACH) en Children's Health℠ e investigadora del Touchstone Diabetes Center en UT Southwestern, afirma que tres tendencias están contribuyendo al aumento de la obesidad y la diabetes tipo 2.
“Un aumento de los edulcorantes ocultos, la distorsión de las porciones y la alimentación sin sentido han contribuido a la creciente obesidad y la diabetes”, dice.
El primer paso para mejorar la salud de su familia y prevenir problemas futuros es observar cómo esas tendencias han afectado la dieta y el estilo de vida de su familia.
Edulcorantes ocultos
La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda que los niños de entre 2 y 18 años no reciban más de 25 gramos, solo 6 cucharaditas, de azúcar agregada por día. Puede que no sea tan difícil hacer un seguimiento si solo fuera cuestión de contar las cucharadas del tazón de azúcar. Lamentablemente, los azúcares añadidos (aquellos que no se producen naturalmente en los alimentos) tienen varios nombres diferentes y aparecen en todo tipo de alimentos. Quizás le sorprenda saber que el kétchup, las galletas saladas, el pan, las sopas, los cereales, la mantequilla de maní, las carnes curadas y los aderezos para ensaladas contienen azúcares añadidos. Los nombres más comunes para el azúcar que verá en las listas de ingredientes incluyen:
- Edulcorante de maíz
- Jarabe de maíz
- Palabras que terminan en “osa” (como dextrosa o fructosa)
- Concentrados de jugo de frutas
- Jarabe de maíz con alto contenido de fructosa
- Azúcar invertido
- Jugo de caña evaporado
Dado que la mayoría de los alimentos procesados contienen azúcar, la forma más fácil de eliminar los azúcares añadidos es sustituir las bebidas azucaradas por agua y comer más alimentos enteros: frutas, vegetales y cereales integrales. Eso le da una razón para comprar y cocinar en familia con más frecuencia.
Distorsión de porciones
Las investigaciones muestran que la media de las porciones de comida en los restaurantes de comida rápida y los restaurantes para comer sentado ha aumentado. Han agrandado los platos para acomodar porciones más grandes, desde aproximadamente 10 pulgadas en la década de 1980 hasta 12 pulgadas para el año 2000.
Los alimentos también se envasan en porciones más grandes. Aunque se hayan popularizado los paquetes de una sola porción, muchos alimentos y bebidas vienen con dos o más porciones por paquete (como un refresco de 20 onzas). Vea en la etiqueta el número de porciones que tiene el envase.
Lamentablemente, a medida que nos acostumbramos a porciones más grandes, puede ser difícil reconocer cuándo estamos llenos, especialmente con alimentos que realmente disfrutamos. Sin embargo, se puede enseñar a los niños a prestar atención a las señales de saciedad. Una forma es evitar el uso de la regla “limpiar el plato”. Si el niño deja regularmente mucho alimento sin comer, sirva una porción más pequeña.
El niño necesita alimentos para crecer, pero en la cantidad adecuada para mantenerse sano. Eso también cambiará a medida que crezca. Cuando aprende los tamaños de porción correctos de alimentos por edad, puede ayudar al niño a mantener un peso saludable y desarrollar buenos hábitos alimenticios.
Alimentación sin sentido
Comer sin sentido significa no participar conscientemente en el consumo de alimentos o no tomar decisiones basadas en el hambre para comer. Aparece en todo tipo de formas, como cuando se distrae mientras mira televisión o juega videojuegos, o cuando le da refrigerios a su hijo para mantenerlo feliz mientras hace recados, incluso si no tiene hambre.
No importa cómo comience, comer sin sentido puede contribuir a formar una mala relación con los alimentos y los malos hábitos alimenticios, como comer cosas equivocadas o en exceso, o comer para distraer o calmar. El resultado final puede ser problemas de salud y peso de por vida.
Enseñarle a su hijo cómo comer conscientemente requiere crianza consciente. Eso significa pensar en cómo habla y usa la comida. Ayude al niño a aprender a comer conscientemente:
- Para que aprenda lo que se siente tener hambre.
- Para que sepa que está bien tener un poco de hambre.
- Para que use alimentos para nutrirse, no para pacificar o recompensar.
- Para que coma solo en la mesa siempre que sea posible, sin distracciones como juguetes o televisión.
Puede enseñarle al niño a comer de manera saludable hablando con él sobre alimentos, alimentación y peso. Puede mostrar su apoyo a un estilo de vida saludable al convertirlo en una prioridad para toda la familia. Si sospecha que el niño tiene síntomas de diabetes, hable con su pediatra familiar o con un especialista en endocrinología.
La cantidad de niños diagnosticados con diabetes tipo 2 está aumentando, y los edulcorantes ocultos, la distorsión de las porciones y la alimentación sin sentido podrían ser culpables.
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Averigüe cómo los expertos en endocrinología de Children's Health ayudan a diagnosticar y tratar la diabetes en niños de todas las edades.
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