Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los niños deben hacer una hora de ejercicio por día. “El ejercicio está a la vanguardia de la salud física”, dice Jacob Rivera, gerente de rendimiento, CSCS (especialista certificado en fuerza y acondicionamiento), USAW (USA Weightlifting), del Andrews Institute Sports Performance de Children's Health℠, que cuenta con tecnología de EXOS. “El ejercicio ayuda a los niños a fortalecer los músculos y huesos en crecimiento y forma parte de un estilo de vida saludable, combinado con una alimentación de calidad y un sueño adecuado”.
Algunos niños se sienten atraídos de forma natural por el entrenamiento físico y encuentran fácilmente formas de estar activos. Sin embargo, otros necesitan un poco de ánimo. Si su hijo se encuentra en la última categoría, considere estas tácticas para que su hijo o hija se mueva más.
1. Encuentre un motivo para hacer ejercicio.
La forma más eficaz de seguir una rutina de ejercicio o entrenamiento es encontrar una verdadera motivación. Hable con el niño sobre los posibles beneficios del ejercicio. El motivo debe ser específico, pero sencillo. ¿Es para desarrollar fuerza, aprender un deporte, usar nuevos equipos de ejercicio, divertirse más al aire libre o convertirse en deportista? Pídale a su hijo que imagine trabajar para alcanzar su objetivo y que se haga continuamente la imagen mental.
2. Establezca objetivos precisos y descriptivos.
Alcanzar objetivos pequeños e incrementales conduce al éxito a largo plazo. El niño puede comenzar poco a poco, como llevar al perro de la familia a dar un paseo. Alcanzar el primer objetivo, luego establecer un nuevo objetivo y así sucesivamente. Para caminar o correr, los buenos objetivos a corto plazo pueden ser una cantidad de millas o cuadras por día o una cantidad de días consecutivos en que se realizó la actividad. Esto ayuda a mantener al niño concentrado en su tarea actual mientras trabaja hacia la meta final. Recuerde: los objetivos a corto plazo ayudan a alcanzar objetivos a largo plazo.
3. Genere impulso.
Cuanto más se mueva su hijo a lo largo del día, más energía tendrá para entrenar o hacer ejercicio. Como familia, intenten tener el hábito de elegir las escaleras por sobre el ascensor, caminar por la casa cada una hora o estar de pie más tiempo en lugar de dirigirse siempre al sofá. Si se mueve más a lo largo del día, podrá moverse más mientras entrene y, por ende, tendrá niveles de energía aún mejores durante el día. Es una forma positiva del efecto bola de nieve.
4. Varíe las actividades:
Hacer el mismo tipo de ejercicio o actividad puede volverse monótono, sin importar lo entusiasmado que esté su hijo. Correr, caminar, andar en bicicleta, nadar, bailar, tirar a la canasta... las opciones son casi infinitas. Aliente al niño a variar las actividades. Esto ayudará tanto al cuerpo como a la mente a permanecer involucrados en las actividades.
5. Mantenga expectativas razonables.
Tener expectativas altas es genial. Pero asegúrese de que también sean razonables. No hay pastillas mágicas para la salud física o el rendimiento. Los cuerpos de los niños necesitan tiempo para mejorar y adaptarse. Ayude a su hijo a trabajar hacia el objetivo final, pero asegúrese de que el objetivo final sea realista y de comprender que este es un proceso diario, no solo un logro único.
Consideraciones especiales
Los niños necesitan al menos una hora de actividad física por día. Aprenda formas prácticas de animar a su hijo a hacer ejercicio con un experto de @Childrens.
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