La alegría y los beneficios de leerle a su hijo

Ocho consejos para ayudarle a aprovechar al máximo el tiempo de lectura con su hijo


Los expertos coinciden en que leerles a los niños puede ayudar con su desarrollo emocional y cognitivo. Pero, lo que es igualmente importante, es un momento mágico que permite a los padres relajarse después de un día ajetreado y disfrutar de un momento tranquilo con su pequeño. Se ha demostrado que cuando los padres dedican tiempo a concentrarse en su hijo, esto proporciona efectos positivos duraderos que promueven la autoestima y el crecimiento emocional e intelectual.

La Dra. Eileen Santa-Sosa, Ph. D.,, psicóloga de Children's Health℠ que se especializa en el desarrollo de bebés y niños pequeños con afecciones médicas, ofrece los siguientes consejos para aprovechar al máximo esta actividad especial con su hijo.

1. Nunca es demasiado pronto para empezar a leerle a su hijo

Comience a leerle a su hijo lo antes posible, incluso durante el embarazo, ya que el niño reconocerá su voz y comenzará a interactuar con el mundo. Es importante hacer que la lectura forme parte de su vida, ya que los beneficios de leer duran toda la vida.

“Hasta los 5 años, el cerebro se encuentra en el período de desarrollo más rápido de su vida”, dice la Dra. Santa-Sosa. “Los niños absorben la información y el conocimiento de nuestras experiencias y nuestro lenguaje”.

2. La lectura no tiene una fecha de finalización

Lea con su hijo todo el tiempo que pueda. Los intereses de un niño cambian con el tiempo, pero el valor emocional e intelectual de la lectura sigue creciendo. La lectura temprana y continua también ayuda a los niños a comprender el mundo cambiante y puede inspirar un amor de por vida por la lectura.

“Los niños pequeños aprenden cómo funcionan los libros observando e interactuando. Aprenden a pasar las páginas y a leer de izquierda a derecha”, añade la Dra. Santa-Sosa. “Los padres pueden describir las imágenes a los niños más pequeños y ayudarlos a relacionarlas con sus experiencias cotidianas. Más cerca del preescolar, señale las imágenes de los libros y pregúntele a su hijo qué cree que sucederá a continuación. Anime a su hijo a pensar en lo que la persona o el animal podría estar sintiendo y a compartirlo con usted”.

Continúe adaptándose con su hijo. Pídale a su hijo que le lea o cree una historia utilizando las imágenes y los personajes del libro.

3. Incorpore libros que tengan objetos claramente etiquetados

Un estudio reciente halló que los bebés conservan la información y prestan más atención si los libros etiquetan claramente a las personas y los objetos. El estudio también halló que los libros etiquetados fomentaban una mayor interacción de padres e hijos durante la lectura.

Leer juntos desarrolla el vocabulario y la relación padre-hijo, dice la Dra. Santa-Sosa. “Leer ofrece oportunidades para que los niños aprendan sobre el mundo más allá de su hogar y amplíen su vocabulario”.

4. Tenga cuidado con la tecnología

Un nuevo estudio descubrió que el comportamiento de los padres puede cambiar cuando leen a su hijo libros electrónicos, en comparación con los libros impresos. Además, puede afectar la conversación y la lectura de libros compartida entre padres e hijos. Estos hallazgos preliminares sugieren que es importante que los padres sean más cautelosos cuando lean libros electrónicos. Los padres pueden recordarse a sí mismos que deben hacer su propia lectura al niño y evitar distracciones, como botones o funciones que leen por ellos. Además, los padres deben ser conscientes de interactuar con su hijo, no con el lector electrónico. Es posible que los padres tengan que hacer un esfuerzo adicional para recordarse a sí mismos usar las mismas estrategias que usan con un libro impreso, para involucrar al niño en la conversación y tener una experiencia compartida.

5. Conecte lo que hay en la página con el mundo de su hijo

“Es posible que los libros para bebés no tengan muchas palabras, pero tienen colores y formas”, explica la Dra. Santa-Sosa. “Cuando los padres se los describen al niño, pueden nombrar cosas familiares e inventar historias”. Conectar la historia con el mundo del niño da vida al libro.

La Dra. Santa Sosa dice que es importante que los niños de todas las edades puedan conectar la historia con la vida real o con lo que hay en su hogar. “Por ejemplo, si un libro tiene fotos de comidas, saque esos artículos de la cocina y téngalos a mano. Permita que su hijo mire y pruebe la comida. Esto mejora el aprendizaje del niño”.

6. Su hijo le ayudará a encontrar el mejor libro para él

Las librerías y bibliotecas tienen secciones dedicadas a temas específicos para cada edad o etapa. Pero con tantos títulos para elegir, puede ser difícil decidir qué libro es mejor para su hijo.

La Dra. Santa-Sosa recuerda a los padres que es importante elegir libros adecuados para el desarrollo, así como prestar atención a lo que les gusta a sus hijos. “Esté atento a las señales verbales y no verbales. Su hijo le hará saber si un libro lo entusiasma. Los bebés sonreirán y los niños pequeños harán preguntas. Puede ver cómo se sienten con respecto al libro”.

7. Su propio entusiasmo por la lectura es igualmente importante

Más allá de enseñar palabras, uno de los mayores beneficios de leer en voz alta a un niño es el profundo vínculo que desarrolla. Crea recuerdos positivos y aumenta la autoestima de su hijo.

“Haga que sea un momento divertido. Sea entusiasta y demuéstrelo con la voz y los gestos. Esto capta la atención de un bebé o niño pequeño y realza el amor que usted siente por su hijo. La atención exclusiva fomenta el desarrollo de la conexión emocional”.

La Dra. Santa-Sosa dice que a veces es mejor que el niño se siente mirándolo a usted en lugar de sentarlo en su regazo, para que pueda ver claramente su cara.

8. Los hermanos mayores también se beneficiarán de la lectura en voz alta

Involucrar a los hermanos mayores en la hora de la lectura puede ayudarlos a sentir un apego emocional hacia los hermanos más pequeños (y viceversa), fortaleciendo el vínculo familiar. Los hermanos mayores también aprenderán habilidades sociales valiosas.

“Esta puede ser una oportunidad de aprendizaje para todos los niños involucrados. Les permite desarrollar habilidades sociales, como compartir e interactuar, y es como tener un compañero de juego sofisticado”, añade la Dra. Santa-Sosa.

La Dra. Santa-Sosa recomienda a los padres que se turnen con los hermanos mayores para leer o para que respondan preguntas mientras usted lee en voz alta. Haga de este momento una actividad familiar variada (un libro para bebés en un momento y un libro para niños pequeños más tarde en el mismo día), para mantener a todos los niños interesados e involucrados. Use una combinación de tiempo con los hermanos y momentos especiales para un solo hijo.

Consejos sobre cómo hacer de la lectura una rutina

Crear una rutina no tiene por qué ser complicado. Debe adaptarse fácilmente en su estilo de vida y convertirse en parte de su vida cotidiana. La Dra. Santa-Sosa ofrece consejos para crear una rutina que sea fácil de mantener:

  • Planifique según sus horarios. Piense en su vida cotidiana y en qué momento suele tener una pausa más larga y tranquila. No tiene por qué ser solo a la hora de acostarse; debe ser en los momentos en que pueda concentrarse solo en su hijo.
  • Sea tolerante. La vida es complicada. Habrá días en los que no podrá encontrar un momento tranquilo, terminar un libro o quizás simplemente se le olvide. No pasa nada: vuelva al día siguiente.
  • El tiempo de lectura no siempre sale según lo previsto. No pasa nada si su hijo se escapa corriendo en medio de un libro. Déjelo y termínelo más tarde.
  • Cree bolsos con libros para leer fuera de casa. Empaque libros adicionales en un bolso o en el auto para que pueda aprovechar los tiempos libres inesperados. Lea mientras espera para una cita o debe hacer una larga fila.
  • Involucre a su familia o a otros cuidadores. Establezca planes con guarderías, parejas, abuelos, tíos o mejores amigos. También pueden ayudar a que leer sea divertido y atractivo.
  • Pida sugerencias, pero concéntrese en lo que es mejor para su hijo. Hable con su pediatra, familia y amigos sobre qué rutinas les han funcionado. Pero recuerde que cada familia es diferente, así que concéntrese en las sugerencias que sean útiles y realistas.
  • Siga adelante. Nadie deja de aprender, así que prepare a su hijo cuanto antes y ayude a crear una pasión de por vida por la lectura.

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