Septicemia en niños: Conozca las señales


Cuando un niño o un adulto tiene una infección, el sistema inmunitario del cuerpo se pone en marcha para combatirla. Cuando se enfrenta a una infección viral (como un resfriado o gripe) o una infección bacteriana (como estreptococos), un niño puede experimentar síntomas como fiebre, dolor de garganta, dolores corporales y dolor de cabeza. Estos síntomas suelen ser manejables y una respuesta inmunitaria saludable garantiza que el niño se recuperará completamente en unos días.

A veces, cuando el sistema inmunitario libera sustancias químicas en el torrente sanguíneo para combatir una infección, estas sustancias químicas pueden atacar los órganos y tejidos normales. Esta reacción inmunitaria excesiva se denomina septicemia y puede causar inflamación, problemas de circulación sanguínea, presión arterial baja, dificultad para respirar e insuficiencia de órganos vitales. La septicemia en niños y adultos puede ser potencialmente mortal.

¿Quién está en riesgo de desarrollar septicemia?

La septicemia es poco frecuente, pero puede desarrollarse en niños o adultos de cualquier edad. Es más frecuente en:

  • recién nacidos y bebés menores de 3 meses cuyo sistema inmunitario inmaduro no puede combatir las infecciones abrumadoras.
  • niños no vacunados contra las dos bacterias que causan septicemia con más frecuencia, Streptococcus pneumoniae (también llamada neumococo) y Haemophilus influenzae
  • niños o adultos con afecciones médicas crónicas.
  • niños o adultos con VIH, cáncer u otras afecciones que debilitan el sistema inmunitario.
  • personas de edad avanzada.

Nota sobre la septicemia en bebés:

La septicemia que afecta a los recién nacidos casi siempre es causada por bacterias en la sangre. Los culpables frecuentes incluyen estreptococos del grupo B (EGB), Escherichia coli (E. coli), Listeria monocytogenes, meningitis por Neisseria, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae tipo B y salmonela.

Los bebés prematuros, especialmente aquellos que deben pasar tiempo en la UCIN, tienen mayor riesgo de septicemia porque tienen sistemas inmunitarios poco desarrollados y pueden estar expuestos a bacterias a través de procedimientos que implican vías intravenosas, catéteres o tubos de larga duración y tubos respiratorios conectados a un respirador.

En ocasiones, las infecciones transmitidas de la madre al bebé pueden causar septicemia. Los problemas a continuación pueden aumentar el riesgo de infección en recién nacidos:

  • Infección/fiebre materna durante el trabajo de parto
  • Infección del útero o la placenta
  • Ruptura del saco amniótico antes de las 37 semanas
  • Ruptura del saco amniótico más de 18 horas antes del parto

Hasta el 30 por ciento de las mujeres embarazadas son portadoras de estreptococos del grupo B (EGB), que pueden transmitirse al bebé durante el parto. Las mujeres se someten a pruebas de detección de esta bacteria en las últimas etapas del embarazo mediante un hisopado sencillo y, si está presente, se trata a la madre con antibióticos por vía intravenosa durante el trabajo de parto para evitar la transmisión. Los estreptococos del grupo B son inofensivos para la madre.

¿Cuáles son los síntomas de septicemia en un niño?

Los recién nacidos o los bebés con septicemia pueden mostrar estos síntomas:

  • Fontanela (punto blando) protuberante
  • Cambios en la frecuencia cardíaca
  • Disminución de la micción
  • Dificultad para despertarse
  • Desinterés o dificultad para alimentarse
  • Fiebre (temperatura rectal) de 100.4 grados o más
  • Incapacidad o falta de disposición para hacer contacto visual
  • Irritabilidad o llanto inconsolable
  • Ictericia (piel u ojos amarillentos)
  • Letargo
  • Pausa en la respiración durante más de 10 segundos (apnea)
  • Sarpullido
  • Apariencia enferma
  • Cambios en el color de la piel (pálida, irregular, azulada)
  • Dificultad para respirar o respiración rápida

Los síntomas de septicemia en bebés mayores de 3 meses y niños pueden incluir:

  • Confusión
  • Dificultad para respirar
  • Dificultad para despertarse
  • Infección existente (como neumonía) con síntomas que empeoran en lugar de mejorar
  • Fiebre de 102 grados o más
  • Incapacidad o falta de disposición para hacer contacto visual
  • Irritabilidad
  • Letargo
  • Corazón acelerado
  • Sarpullido
  • Cambios en el color de la piel
  • Dificultad para respirar

Si observa alguno de estos síntomas, llame al médico de su hijo de inmediato. Los bebés con fiebre alta, o cualquier niño con síntomas graves, pueden requerir atención médica de emergencia.

¿Qué es el choque séptico?

La septicemia se considera grave si una persona presenta al menos uno de los siguientes síntomas, que pueden indicar insuficiencia orgánica:

  • Dolor abdominal.
  • Actividad cardíaca anormal
  • Cambio en el estado mental
  • Disminución de plaquetas
  • Dificultad para respirar
  • Disminución significativa de la producción de orina

El choque séptico se caracteriza por estos síntomas graves y una presión arterial muy baja que no responde al tratamiento común.

¿Cómo se diagnostica la septicemia en los niños?

Si el médico de su hijo sospecha septicemia o desea descartar una infección grave, puede indicar lo siguiente:

  • Análisis de sangre. Al examinar una muestra de sangre, el médico de su hijo puede buscar infecciones, funciones hepáticas o renales anormales o niveles bajos de oxígeno, lo que podría indicar septicemia.
  • Análisis de orina. Al examinar una muestra de orina, el médico del niño puede buscar bacterias que podrían indicar septicemia.
  • Punción lumbar. Al examinar una muestra de líquido cefalorraquídeo, el médico de su hijo puede detectar infecciones, incluida la meningitis.
  • Radiografías. Las radiografías pueden mostrar neumonía u otras afecciones que pueden causar septicemia.

El médico puede comenzar a administrar antibióticos a su hijo de inmediato, incluso antes de tener los resultados de estas pruebas. Si su hijo tiene septicemia, deberá recibir tratamiento en el hospital con antibióticos y líquidos intravenosos, así como medicamentos para la presión arterial y equipos para ayudar al niño a respirar, en algunos casos. El tratamiento temprano es fundamental para prevenir el daño orgánico.

Cómo proteger a su hijo de la septicemia.

No hay forma de prevenir todos los casos de septicemia. Pero hay maneras de proteger a su hijo de muchas infecciones que pueden provocar septicemia:

  • Asegúrese de que su hijo reciba las vacunas contra Streptococcus pneumoniae (también llamada neumococo) y Haemophilus influenzaea en las edades y dosis recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
  • Si está embarazada, asegúrese de que se le realice una prueba de EGB entre las semanas 35 y 37, y haga un seguimiento de sus resultados para saber si necesita antibióticos durante el trabajo de parto. Si experimenta un parto prematuro, pregúntele al médico si debe recibir antibióticos. Si sabe que es positiva para EGB (estreptococos del grupo B), diríjase al hospital poco después de que comiencen los síntomas del trabajo de parto o si rompe bolsa.
  • Asegúrese de que usted y las demás personas que estén en contacto con sus hijos estén al día con las vacunas y se laven las manos con frecuencia para ayudar a prevenir infecciones. No permita que los visitantes enfermos estén cerca de bebés y niños pequeños.
  • Si su hijo necesita dispositivos médicos como catéteres o vías intravenosas a largo plazo, siga las instrucciones del médico para limpiar y acceder al dispositivo.
  • Llame al médico de su hijo de inmediato si observa alguno de los síntomas antes mencionados u otros síntomas o comportamientos que le preocupen.

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