Una paciente diminuta da batalla a lo grande


La bebé Andrea nació 3 meses antes de su fecha de parto, y hasta la cesárea de emergencia, su madre, Brenda, había tenido un embarazo relativamente tranquilo. Ni bien Andrea nació, se descubrió que había un teratoma sacrococcígeo enorme en la base del coxis. Un teratoma sacrococcígeo es un tumor que se desarrolla en el vientre materno y surge de la base del coxis. Es el tumor más frecuente en los recién nacidos. La mayoría de los teratomas no son cancerosos, pero estos tumores gigantes pueden causar problemas circulatorios graves antes y después del nacimiento. Al ser prematura, Andrea medía poco más de un pie de largo, y el tumor era tan grande como ella, lo que lo hacía potencialmente mortal.

Los médicos, entre ellos, el Dr. Luc Brion, neonatólogo del Children's Health℠ y profesor de Pediatría en UT Southwestern, y el equipo de reanimación de la Unidad de parto de Parkland, realizaron las tareas de reanimación que le salvaron la vida a Andrea inmediatamente después del parto. Debido al tamaño del tumor, sabían que era una situación crítica, y el equipo de Reanimación del recién nacido estaba ahí para ayudar. Este equipo, dirigido por la Dra. Myra Wyckoff, médica pediátrica de Children's Health℠ y profesora adjunta de Pediatría en el Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas, tiene renombre mundial y proporciona información clave para establecer estándares y protocolos internacionales para la reanimación neonatal. Su experiencia ayudó a darle a Andrea una oportunidad de luchar en la vida.

Una vez que Andrea se estabilizó, la trasladaron a la UCIN (Unidad de cuidados intensivos neonatales) del Centro médico Children’s de Dallas, la única UCIN del norte de Texas designada como nivel IV (el nivel más alto de atención neonatal) por el Departamento de Servicios de Salud del estado de Texas y clasificada a nivel nacional en la lista de los “Mejores hospitales infantiles” según U.S. News & World Report. “Durante los dos primeros días de su vida, Andrea tuvo que empezar a tomar medicamentos para ayudar a sus pulmones y mantener la presión arterial, y requirió transfusiones debido a una coagulación deficiente”, explica la Dra. Vedanta Dariya, directora médica asociada de la UCIN del centro médico de Children’s, profesora adjunta de Pediatría del Centro médico de la Universidad Southwestern de Texas y la médica a cargo de su atención durante sus primeros dos meses de vida. “Además de todos los problemas médicos a los que se enfrenta un bebé prematuro, el tumor estaba empeorando su afección pulmonar y cardíaca, y se produjo un sangrado en el propio tumor”.

El enfoque óptimo para estos tumores es extirparlos quirúrgicamente. Sin embargo, el estado de Andrea era crítico y la operación conllevaba riesgos altos. Después de muchas conversaciones con el equipo médico y quirúrgico, cuando Andrea tenía solo tres días de vida, sus padres tuvieron que tomar una decisión que nunca imaginaron que deberían tomar: avanzar con la cirugía, conociendo los riesgos extremos debido a la afección de Andrea, o cesar cualquier intervención médica, sabiendo que muy probablemente Andrea no sobreviviría mucho más.

“Su padre y yo supimos que teníamos que darle una última oportunidad de luchar, así que le dimos al equipo el visto bueno para realizar una cirugía para extirpar el tumor”, dice Brenda, conteniendo las lágrimas.

La cirugía fue larga, duró más de 4 horas, con dos cirujanos y personal de quirófano, dos anestesistas y el equipo de cabecera de médicos, enfermeros, enfermeros con práctica médica y terapeutas respiratorios trabajando juntos. La cirugía fue todo un éxito. La Dra. Dariya atribuye el resultado positivo a la increíble experiencia coordinada del equipo quirúrgico y médico. “Para poner en perspectiva lo grave que fue su afección, durante la cirugía el equipo esencialmente reemplazó todo su suministro de sangre casi tres veces en el transcurso del procedimiento”, dice. Aun así, Andrea tenía un camino difícil por delante, ya que se recuperó de la cirugía y enfrentó otros problemas relacionados con su nacimiento prematuro. Tenía ictericia grave y dificultades respiratorias y de alimentación que superar. Sin embargo, después de casi 70 días en la UCIN, finalmente recibió el alta hospitalaria, incluso antes de la fecha prevista de parto.

Brenda dice que, durante todo este proceso, tuvo la seguridad de que su hija estaba en buenas manos. “Los enfermeros también trataron a Andrea como si fuera su bebé”, dice. “La cuidaron muy bien, y me sentí 100 % cómoda con cualquier enfermero o médico que la cuidara durante su estadía en el hospital”.

Andrea todavía tiene controles regulares con el Centro Pauline Allen Gill para el cáncer y los trastornos sanguíneos de Children's Health℠, a fin de controlar los niveles sanguíneos y asegurarse de que el tumor no reaparezca. Además, se le hace un seguimiento en el programa Thrive, que proporciona atención de seguimiento especializada y continua a expacientes de la UCIN. El programa Thrive se centra en dar apoyo a la salud general de cada bebé hasta su quinto cumpleaños, incluidas las visitas del niño sano de rutina y las vacunas, así como en evaluar cualquier necesidad cognitiva, conductual o emocional que pueda requerir atención adicional.

Brenda no dudó en continuar con la atención de su hija en el Centro médico de Children’s en Dallas. “Conocen su historia y han participado en su atención desde el principio”, dice. “No sentí que pudiera confiarle a ningún médico su atención a menos que fuera de Children’s y UT Southwestern”.

¡Gracias!

Ahora está suscrito al boletín familiar de Children's Health.

Children's Health no venderá, compartirá ni alquilará su información a terceros. Lea nuestra Política de privacidad.

Boletín familiar de Children's Health

Reciba consejos de salud y de crianza de los expertos de Children's Health dos meses al mes, directamente en su bandeja de entrada.

Leer más artículos como este

Powered by Translations.com GlobalLink Web Software