Por qué los medicamentos para el resfrío no siempre son adecuados para el niño

No se recomiendan medicamentos de venta libre para la tos y el resfrío en niños pequeños. Vea otras formas de tratar la tos o el resfrío del niño sin medicamentos.


En promedio, los niños sufren de seis a ocho resfríos cada año. Estos resfríos son causados por virus, que se propagan a través del aire o cuando los gérmenes entran en los juguetes u otras superficies de las manos sucias, toses o estornudos. Lavarse las manos con frecuencia, evitar a las personas enfermas y toser en la manga pueden ayudar a prevenir la propagación de resfríos. Pero es probable que los niños se enfermen porque sus sistemas inmunitarios no están tan bien desarrollados como los sistemas de los adultos.

Debido a que los antibióticos son ineficaces para las enfermedades causadas por virus, es posible que tenga la tentación de darle al niño pequeño medicamentos de venta libre para el resfrío para ayudarlo a dejar de toser o limpiarse la nariz tapada. Sin embargo, estos medicamentos no están diseñados para bebés o niños pequeños y podrían tener efectos negativos.

Lo que los padres deben saber sobre los medicamentos contra el resfrío para niños pequeños

No se recomienda el uso de medicamentos de venta libre para la tos y el resfrío en niños de 4 años o menos, y solo debe utilizarse bajo la indicación de un médico para niños de 4 a 6 años. Para los niños menores de 6 años, los medicamentos de venta libre para la tos y el resfrío pueden tener más riesgos que beneficios.

“Los medicamentos contra el resfrío tratan los síntomas, pero no la causa del resfrío”, dice el Dr. Michael Lee, pediatra de Children's Health℠ y profesor en UT Southwestern. “No deben administrarse a niños menores de 6 años, ya que también podrían causar efectos secundarios”.

Entre los efectos secundarios de los medicamentos contra el resfrío que se pueden producir en niños, se pueden incluir los siguientes:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Somnolencia excesiva
  • Convulsiones
  • Náuseas.

Incluso hasta los 12 años, los niños pueden tener mayor riesgo de sufrir estos efectos secundarios.

También debe evitar darle aspirina al niño, que puede tener efectos secundarios peligrosos en los niños. Otros reductores de la fiebre que se pueden usar para mantener cómodo al niño son el paracetamol y el ibuprofeno (para niños mayores de 6 meses). Consulte al pediatra para conocer la dosis correcta para el niño.

Remedios caseros para los síntomas de tos y resfrío

Los remedios caseros son la mejor manera de aliviar los síntomas del resfrío en los niños pequeños.

“En lugar de darle a su hijo medicamentos de venta libre, le sugerimos que pruebe remedios caseros para aliviar los síntomas”, recomienda el Dr. Lee. “Estos remedios caseros generalmente son seguros y pueden ayudar al niño a encontrar alivio y descanso”.

Puede probar remedios caseros como:

  • Dele al niño líquidos calientes, como té o caldo sin cafeína, para aflojar la mucosidad y aliviar el dolor de garganta
  • Deje que el niño respire vapor de agua tibia de una ducha tibia, para aflojar la mucosidad
  • Considere la posibilidad de usar un humidificador para ayudar a que la garganta y la nariz del niño permanezcan húmedas.
  • Ayude al niño a descansar y dormir para que se cure.
  • Dele al niño algo frío, como helados o paletas, para aliviar el dolor de garganta.
  • Utilice una solución salina, como un aerosol nasal, para ayudar a aflojar la mucosidad de la nariz.
  • Haga que el niño se suene la nariz con frecuencia o use una pera de succión si no sabe sonarse.
  • SOLO si el niño tiene más de 1 año, dele una cuchara llena de miel para ayudar a combatir la tos.

Recuerde que el niño solo necesita tiempo para curarse. Puede tardar semanas en reponerse de un resfrío o de la tos. Los síntomas deberían mejorar gradualmente durante este tiempo.

Si los síntomas del niño empeoran, llame siempre al pediatra. Es posible que deba llevar al niño a un profesional médico si tiene:

  • Dificultad para respirar
  • Dificultad para tragar
  • Asma
  • Vómitos
  • Fiebre alta de más de 102 °F en niños mayores o de más de 100.4 °F en bebés.

El pediatra de su hijo siempre es el mejor recurso para obtener asesoramiento y atención médica.

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