Un donante anónimo permite que un joven paciente vuelva a jugar después de sus batallas contra el cáncer


Cuando Jude tenía solo 5 años de edad, sus padres, Keith y Boots, percibieron que el niño había comenzado a manifestar muchos hematomas en las piernas y se enfermaba más de lo que creían que era normal. Se lo mencionaron a su pediatra, quien solo lo atribuyó a que los niños siempre tienen hematomas y les dijo que no había nada de qué preocuparse. Fue poco tiempo después, cuando llevaron a Jude a la sala de urgencias del Centro Médico Children's de Plano con 105 °F de temperatura y manchas rojas en la cara, que su familia recibió la noticia que ningún padre quiere oír: Jude tenía leucemia.

Comienza la primera batalla de Jude

Lo trasladaron de inmediato al Centro médico Children’s de Dallas en ambulancia y lo ingresaron en el Centro Pauline Allen Gill para el Cáncer y los Trastornos Sanguíneos, donde pasó las dos semanas que siguieron antes de regresar a casa para continuar con su tratamiento de quimioterapia ambulatoria.

“Después de un mes de tratamiento ambulatorio, nos dijeron que no estaba respondiendo”, dice su madre, Boots. “Esperamos otro mes, pero la leucemia se multiplicó por diez”.

Volvieron a ingresar a Jude en el hospital, donde comenzó un intenso régimen de quimioterapia destinado a matar todas las células cancerosas.

“Fue muy difícil porque no estábamos seguros de si la leucemia desaparecería”, explica Boots.

Poco después, los médicos determinaron que Jude necesitaría un trasplante de médula ósea. Afortunadamente, su hermano mayor era el donante perfecto.

Jude sufrió un problema hepático poco frecuente, pero grave, que lo mantuvo en la UCI (unidad de cuidados intensivos) temporalmente mientras se recuperaba, pero, finalmente, pudo regresar a casa lleno de esperanza y planes para dejar el cáncer atrás. Estuvo bien durante los próximos cinco años, haciendo visitas regulares a Children's Health℠ para controlar su progreso, y centrándose en la escuela, los amigos y en simplemente ser un niño.

Un viejo enemigo regresa

No fue hasta 2015, cinco años después de su trasplante de médula ósea y, casualmente, el mismo día en que se emitió un especial sobre la “vida después del cáncer” de Jude en una estación de radio local, que regresó con su familia al Children’s Medical Center Plano con dolor de estómago y un recuento elevado de glóbulos blancos.

“Ya tenía la sensación de que algo no estaba bien”, dice Boots.

Una vez más, trasladaron a Jude y su padre en ambulancia hasta Dallas, donde la familia se enteró de que el cáncer había vuelto.

“Todos nos sorprendimos, hasta los médicos”, cuenta Boots.

Jude comenzó el tratamiento y la preparación para un segundo trasplante de médula ósea, pero los médicos informaron a la familia que su hermano no sería candidato para donar nuevamente y que tendrían que buscar un donante en otro lugar.

Un extraño se convierte en un héroe

Derivaron a la familia a Be the Match ®, el registro de médula más grande y diverso del mundo.

“Aprovechamos mucho la concientización a través de los medios de comunicación para intentar encontrar un donante compatible”, explica Boots. “Incluso la escuela de Jude organizó un registro de médula ósea”.

Aun así, no fue hasta meses más tarde que Jude y su familia se enteraron de que el registro había identificado a cuatro personas que tenían el potencial de ser compatibles para un trasplante. Después de más pruebas, se eligió solo a una mujer de Alemania, como donante anónima para Jude.

El trasplante se realizó sin problemas, y no se presentaron las complicaciones hepáticas que Jude había sufrido la primera vez. La leucemia entró en remisión, y así sigue siendo casi tres años más tarde.

Un joven de pie, victorioso

Actualmente, Jude está en séptimo grado y es el mariscal de campo del equipo de fútbol americano. Está ganando fuerza constantemente a través de entrenamientos regulares, algo que no podía hacer durante el tratamiento, y espera guiar a su equipo de vuelta al campeonato y llevarse a casa el trofeo, el próximo año.

Jude sigue tomando medicamentos para suprimir su sistema inmunitario debido a recuentos de enzimas hepáticas superiores a los normales, pero también espera ansioso el día en que termine el tratamiento para poder viajar a Alemania a conocer a su donante y agradecerle personalmente.

Boots dice que espera que otros consideren registrarse como donantes de médula ósea en el registro Be the Match, y señala que “no es tan aterrador como parece, y cualquier inconveniente que pueda surgir vale la pena en comparación con la posibilidad de salvarle la vida a alguien”.

Obtener más información

Para muchos pacientes con leucemia, linfoma y otras enfermedades potencialmente mortales, encontrar un donante de médula es su mejor oportunidad de curarse. Regístrese para ver si es la persona compatible que puede salvar una vida.

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